Punk superstars: Radiografía del pop punk chileno Lunes, 11 de Abril de 2022 (Publicado originalmente en revista #Rockaxis221, noviembre de 2021) Puede que el pop punk haya sido uno de los fenómenos musicales más destacados de comienzos del milenio del panorama rockero en Chile. En poco más de siete años, grupos como Gufi, Tronic, Fakie, Sin Perdón, S.I.A. y Peor Es Nada, con canciones aceleradas y letras que identificaban al público sub-20 de la época, dejaron una huella imborrable en toda una generación. Aunque sus logros pasan desapercibidos en cualquier recuento histórico de la música nacional, esta camada de artistas cosechó contratos inéditos, singles números uno en radios y un cancionero popular que sigue sumando adeptos hasta el día de hoy, a casi 20 años de su explosión. Por Oliver Arriola Definir a una generación de bandas como “punk superstars”– tal como el single de Gufi de 2005– puede resultar una contradicción. Si nos vamos a las raíces del punk, con grupos como The Clash o Sex Pistols, no podrían estar más lejos de siquiera aspirar a ser “súper estrellas” (aunque inevitablemente se convirtieran en aquello). Sin embargo, los noventas llegaron a romper esos paradigmas y bandas como Green Day, The Offspring y Blink-182 se apropiaron de la base de este sonido. Si bien mantuvieron la crudeza y la distorsión del punk, le dieron una vuelta pop, melódica y festiva. El denominado pop punk cautivó a la generación MTV desde mediados de la década con melodías simples, coros divertidos y temáticas melodramáticas sobre el desamor, fiestas y, básicamente, todo lo relacionado a las inquietudes adolescentes. Aunque hay indicios de que comenzó un par de décadas antes, fue en febrero de 1994 cuando el pop punk llega oficialmente como un fenómeno al mainstream gracias al disco “Dookie” de Green Day y tan solo unos meses después, “Smash” de The Offspring. Ambos álbumes sentaron las bases de toda una escena que vendría posteriormente. En cuanto a las repercusiones, estas fueron monumentales. De pronto, esta rama popular del punk se apoderó de los medios y en tan solo unos años se expandió por el mundo. Prende la tele, busca en MTV El pop punk y MTV son dos conceptos prácticamente inseparables. En una época donde el internet apenas comenzaba su expansión, la radio y la televisión eran la única manera de conocer nueva música, y el camino obligado de los artistas para consolidar su carrera. Y si bien en los ochenta ya era habitual que los grupos promocionaran sus sencillos a través de videoclips, a finales de los noventa la oferta y demanda de bandas era mucho mayor, por lo que lanzar un video debía ser mucho más que ver a tres tipos tocando. Si querías impactar, también tenías que entretener. A comienzos del milenio, la industria discográfica se apoyó en el videoclip, soporte más que consolidado y en el que los sellos no escatimaron en recursos al momento de realizar estas producciones. Para la generación que creció escuchando esta música, el impacto de los videos musicales fue tanto o más grande que el de las canciones. La expansión de MTV, con filiales en distintos puntos del planeta, fue otro gran acierto de la cadena. Para principios del 2000, la sucursal latinoamericana del canal era una de las principales fuentes de consumo musical en los países del cono sur. A esto, se suma la creciente oferta de contenidos culturales y de entretención de consumo masivo dedicado a los adolescentes que potenciaron la identidad de toda una generación. Si he nacido en Chile, vamos que se puede digo yo Tal como en el resto de países de Latinoamérica, el pop punk se masificó en Chile, a comienzos de los 2000, en gran medida gracias a la televisión. Sin embargo, la industria discográfica nacional estaba en declive. La llegada del internet dio paso a la piratería y por consecuencia a una dramática baja en las ventas de casetes o CDs originales. Los grandes sellos retiraron sus filiales en Chile y la música nacional se sumió en una grave depresión. Pero como siempre, después de la tormenta, viene la calma. Posterior a este suceso, se inicia una nueva época en nuestra escena: la industria independiente. Así nacieron nuevos sellos autogestionados como Quemasucabeza, C.F.A., Beast Discos y Sello Azul, quienes de a poco comenzaron a levantar el alicaído negocio musical local. Con el espíritu del “hazlo tú mismo”, además de las bondades que la tecnología comenzó a dar, como los softwares de producción musical (ProTools, Cubase, Fruity Loops) y la consolidación del mp3 como el formato por excelencia del intercambio y consumo de música en las nuevas generaciones, se fue gestando una escena local que comenzaba a experimentar en estudios caseros. Sin desmerecer al género, la música punk es bastante sencilla de ejecutar, por lo que replicar lo hecho por grupos como Green Day o Blink-182 no era tan dificultoso. El verdadero desafío era identificar a la audiencia con el mensaje, tal como los referentes estadounidenses. Esto motivó a jóvenes grupos como Fakie, Tronic, Inestable, S.I.A., Sin Perdón o Peor Es Nada, entre otros, a componer y grabar sus propias canciones que se transformaron en clásicos de su época, además de ser una radiografía de una parte de la juventud chilena de comienzos del siglo XXI. Aunque muchas de las bandas anteriormente mencionadas son pilares inamovibles de la escena, hay un par de personajes que sentaron las bases del pop juvenil unos años antes. La dupla Packman, conformada por el productor Christian Heyne y el multifacético líder de Glup!, Koko Stambuk, fueron las mentes detrás de exitosos proyectos de pop como Supernova y Stereo 3. Pero en 2002, motivados por toda la movida pop punk estadounidense y consolidados dentro de la industria local como unos verdaderos fabricantes de hits, ponen en marcha su último experimento: los íconos del pop punk chileno: Gufi. Consigue fama un poco para ti, un poco para mí Lo de Gufi fue una producción de otro nivel, que aunque fue gestionada y grabada en Chile, la filial mexicana de Sony Music fue la que financió su primer disco. Esto habla del buen sentido del negocio de Heyne y Stambuk, quienes lograron vender el concepto a los aztecas como una banda que se transformaría en un referente del pop punk hispanoparlante. Por su ya destacado currículum, la dupla Packman logró conseguir 80 mil dólares para producir “Historias de la Calle”, el primer álbum de Gufi. Aunque ambos productores gestionaron la grabación del disco, Gufi estaba liderado por su vocalista, guitarrista y compositor Tim Picchetti. Esta formación la completaría Emmanuel “Chiwawa” Finlayson en batería y Gustavo “Chavín” Labrín en bajo. Para 2002, el disco estaba prácticamente listo, pero una trágica noticia truncó el lanzamiento del LP. Finlayson fue asesinado en Puente Alto de una puñalada al corazón. Debido a esto, la banda quedó en un parón de tres años y su disco tardó en salir a la venta. De esta forma, Gufi se convirtió en una banda fantasma. El disco no se podía conseguir, pero sí salieron a rotación radial dos de sus más grandes éxitos: ‘Por Ella’ y ‘Paul’, esto gracias a que Chavín –que luego formaría Tronic– envió los dos singles a la radio Rock & Pop para que fueran pasados en la programación. Debido a esta astuta movida del músico, ambos sencillos se transformaron en numero uno en aquella radio y posteriormente en FM Hit y 40 Principales, según lo detalla un artículo del suplemento Zona de Contacto de El Mercurio del 2005. Yo me compro ropa una vez por año (2002 – 2003) Lo de Gufi fue prácticamente único, conseguir un contrato con una multinacional mexicana fue, gracias a la labor de Heyne y Stambuk, un hecho que no se volvió a repetir con ninguna banda del under chileno. Sin ánimos de desmerecer las obras, los inicios discográficos del pop punk de comienzos del 2000 fueron más bien precarios, de presupuesto acotado y, por ende, de baja calidad. Un ejemplo de esto es la primera producción de Fakie, llamada simplemente “Demo” (2002), un disco con evidentes pocas pretensiones, pero que supo esparcirse dentro del público local y hoy es considerado un disco de culto de la escena que cada tanto los nostálgicos rememoran dándole miles de reproducciones en las plataformas de streaming. El mismo año y en condiciones similares, Peor Es Nada publicó su primera producción, “Final Confuso”, con 13 potentes tracks cargados de cuestionamientos adolescentes, patinetas y el paso a la adultez. El 2003 fue decisivo para la explosión de la escena debido a la publicación de los que son considerados los mejores discos de pop punk y hardcore melódico chilenos. Uno de esos, “Capital” de BBS Paranoicos. Si bien no entran en la categoría de banda pop punk, porque comenzaron su carrera a inicios de los noventa con sonidos más crudos, este álbum significó un hito en su historia por el cambio de estilo, de algo más guitarrero a uno más melódico, además del paso de Omar Acosta a las voces, que les significó una apertura a un mayor público. Como siempre, fueron tratados de vendidos, pero fue un paso necesario para expandir su legado en el rock nacional. Otros que lanzaron una de sus producciones insignes fue Sin Perdón, banda que se curtió en el hardcore de los noventa, pero que en 2003 editan “Viejas y Nuevas Tragedias”, álbum que combina la velocidad del punk, las melodías del hardcore y las letras más emo de la escena. De aquí se desprenden clásicos de su repertorio como ‘A tí’ y ‘Tan fácil’. Los paininos Sin Instrumento Alguno (S.I.A.) también dejaron su huella en la escena con su incombustible “Vientos Modernos”, realizando un gran salto de calidad con respecto a su antecesor “Rocking with my Friends” (2001). S.I.A. arremetió con 14 tracks cargados de punk rock melódico y dudas existenciales. Uno de los imperdibles de su discografía. Sin duda, uno de los líderes indiscutibles de la escena pop punk chilena fue Tronic, gracias a su hilarante “Ke Patine la Risa” (2003). Tomando la batuta que dejó Gufi, arremetieron en la industria con un disco que escapa de toda grandilocuencia. 17 canciones grabadas completamente en casa con divertidas letras y pegadizos coros que marcaron a toda una generación. Gran parte de su popularidad se la deben a Ciro, la “mascota” del grupo. Ni hablar del apoyo de las radios, canciones como ‘Combo final’ u ‘Otra vez’ eran rotadas constantemente por las emisoras nacionales. Otra gran jugada fue la inclusión de los dos singles de Gufi en el disco, ‘Por ella’ y ‘Paul’. Ambos tracks generaban una confusión al no saber a cual agrupación pertenecían, sin embargo, les trajo buenos dividendos a ambos al tener una gran exposición mediática. Evoluciona que el pasado no existe (2004 – 2005) Los años posteriores supusieron un gran crecimiento para las agrupaciones ya mencionadas. Hubo un salto de calidad importante y el reconocimiento de la industria y los medios se hizo notorio en esta segunda etapa. Peor Es Nada volvió a la carga con “No More Love Songs” (2004), desde donde se desprenden clásicos como la veraniega ‘Enero 28’ y la romántica ‘Tiempo para dos’ (que cuenta con el primer videoclip editado del cuarteto). En esta etapa se puede ver la evolución del grupo en cuanto al sonido y a la promoción. Mismo crecimiento lo vivió Tronic con su segundo disco “Evoluciona” (2005), siguiendo la misma lógica de la autoproducción, pero con un peldaño más arriba en cuanto a la calidad de sonido. La madurez de este segundo disco se ve demostrada en las letras de canciones como ‘Somos Iguales’, ‘No te compro’ o ‘Sra. Ester’, que están cargadas de denuncias y crítica social. Recordada es la aparición televisiva del cuarteto en el late “La Tele o Yo”, presentando su single ‘Misis Guiñi’. Una de las bandas que ha tenido un respetable paso por la escena es Inestable. Con su segundo disco “No Hay Después” (2005), ganaron gran cantidad de adeptos gracias a un sonido muy similar al de Green Day. Similitud que le valió más de alguna crítica por el “forzoso” parecido. Aunque no es algo que se pueda negar, el álbum tiene una respetable batería de tracks, entre los que se destacan ‘Original’, ‘Desconectado’ y ‘Penas en alcohol’. 2005 también significó la vuelta a la escena de Gufi. Al fin su demorado primer álbum “Historias de la Calle” veía la luz, todo gracias a las negociaciones de Tim Pichetti, que se extendieron por casi tres años con Sony México, para que le cedieran el master de las grabaciones. De esta manera, el músico rearmó la banda y logró que su primer disco saliera a las tiendas. Con esto, no tardaron en llegar las ofertas: la compañía azteca CIE los contrató para telonear en tres fechas a los estadounidenses Good Charlotte en tierras mexicanas, siendo un contrato inédito en la historia del rock local, según señala una nota aparecida en El Mercurio. Ligas mayores (2006 – 2007) A pesar de todos los álbumes lanzados y los esfuerzos de las bandas por mantenerse a flote, la escena pop punk seguía siendo ocupando un espacio más bien subterráneo dentro del panorama musical chileno. Si bien los shows de los grupos eran convocantes y los discos tenían ventas respetables, las ansias por crecer eran mayores y la internacionalización era el paso obligado si los proyectos querían perdurar. Un grupo que tuvo su momento de alta rotación fue Sin Perdón con su disco “Homónimo” (2007). De aquí se desprende su mayor éxito, ‘El orgullo vale más’, que contó con gran difusión de los medios, por ende un aumento considerable en la audiencia del grupo. Aunque el cuarteto tuvo giras constantes por países vecinos, no tuvo una explosión mediática tan grande como la de sus colegas. Un notable salto fue el de Tronic con su impecable “Ligas Mayores” (2007). Esta vez dejaron de lado a su baterista virtual Ciro, reemplazándolo por uno de carne y hueso. Daniel Palma llegó a los tambores para aportar en la orgánica del tercer álbum del grupo. Cuando el disco salió fue un suceso, aunque generó sentimientos encontrados dentro de la fanaticada, ya que habían dejado atrás su etapa más adolescente. Sin embargo, fue una decisión acertada, “Ligas Mayores” es una de las mejores obras de su discografía. En cuanto a planes internacionales, las buenas migas con grupos como El Otro Yo le permitieron al cuarteto girar por tierras trasandinas. Posteriormente, el grupo se radicaría en México en 2010, donde han desarrollado gran parte de su carrera hasta la actualidad. Una de las apuestas más ambiciosas fue la de Peor Es Nada con su álbum “Último Intento” (2007). El salto en calidad es impresionante, además de la profundidad que adoptaron sus letras, tocando temáticas más existenciales, de autoconocimiento y superación. Si bien dejaron de lado la velocidad en algunos tracks, esto les permitió experimentar con nuevas sonoridades, incluyendo incluso arreglos orquestales en varios temas. Algunos sencillos como ‘Mañana’, ‘Tal vez’ o ‘Detén el tiempo’, contaron con alta rotación radial y sus respectivos videos tuvieron gran difusión por parte de MTV Latino. Los planes de internacionalización del grupo pronto se materializaron y para 2007 fueron invitados por la cadena televisiva para asistir a los premios MTV de ese año. Para hacer más provechosa la instancia, programaron una gira de presentación del álbum en tierras aztecas. Lamentablemente, los planes no perduraron más allá de eso y la banda no volvió a pisar suelo mexicano en los años posteriores. Un disco fundamental de la escena es sin duda “Antídoto” (2007) de BBS Paranoicos, marcado por el cambio definitivo de su sonido, pasando del hardcore más crudo a uno más melódico, apuntando a la masividad. Este álbum coincidió con el regreso a los escenarios del grupo luego de varios años de receso. De acá se desprende su hit ‘La rabia’, sencillo con alta rotación en MTV y radios nacionales, que expandió las fronteras del grupo, embarcándolos en una gira promocional que los llevó a recorrer todo Chile y varias ciudades de Argentina y Brasil. En esta etapa, la industria y los medios tenían un ojo puesto en lo que acontecía dentro del panorama rockero en Chile. Instancias como el Festival Hit Me de 2006 organizado por la radio FM Hit en el Movistar Arena, en donde Tronic, Gufi, Inestable y Sin Perdón compartieron escenario con los estadounidenses Yellowcard y los argentinos El Otro Yo. O el Festival Vive Latino 2007, siendo la primera vez que el evento sale de tierras mexicanas. En esa oportunidad, Tronic y Sin Perdón dieron la cara por la escena underground chilena. Al igual que en las dos primeras ediciones de La Cumbre del Rock Chileno, donde Gufi, Tronic, Sin Perdón y BBS Paranoicos marcaron su presencia. Mirando en retrospectiva, a más de una década de que el movimiento tuviera su apogeo, sucedieron hitos realmente importantes para la música nacional: contratos con sellos internacionales, reconocimientos de bandas extranjeras, canciones de alta rotación y discos lanzados a pulso que son espejo de toda una generación, en una época donde aún no explotaban las redes sociales ni había una red de servicios de streaming para descubrir y escuchar música. En plena época de grandes cambios de paradigmas tanto en la industria musical como en el ámbito social para los adolescentes, es monumental el esfuerzo de esta camada de bandas del pop punk nacional por ser escuchados y transformarse en la banda sonora de aquel tiempo. Aunque no tengan el reconocimiento merecido, Chile puede decir con orgullo que tuvo a sus propias súper estrellas del punk. Tags #pop punk chileno #Gufi #Tronic #Fakie #Sin Perdón #S.I.A. #Peor Es Nada Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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