Los Miserables

1992. Alerce

Con la presidencia del democratacristiano Patricio Aylwin, los años de transición en Chile estuvieron regidos por un sistema que profundizó la economía neoliberal heredada de la Dictadura. Fue una época donde lo cultural tenía una censura implícita, hubo amarres políticos con el sistema binominal, los malls y las inmobiliarias llegaban a comunas populares como San Miguel o La Florida y Pinochet seguía ostentando poder como Comandante en Jefe del Ejército. El gobierno trabajó incansablemente para que los progresos económicos taparan la desigualdad. Lo cierto es que a fines de la década ya éramos una de las economías líderes de la región.

Fue en ese contexto de dobles discursos e hipocresía que apareció la segunda ola de punk chileno, con bandas que seguían metiendo ruido para denunciar esos "cambios en la medida de lo posible". Y uno de los líderes de ese movimiento fueron Los Miserables, banda formada en 1990 en una población periférica del sur de Santiago formada en aquel entonces por Claudio García (voz y batería), Patricio Silva (guitarras) y Óscar Silva (bajo y voz). Si bien ya habían publicado dos demos y "¿Democracia?" en 1991, "Futuro Esplendor" (1992) fue su primer trabajo discográfico para el sello Alerce, donde reflejaron con mucha crudeza y sentido de la realidad cómo era vivir en poblaciones con canchas de tierra, protestas, ollas comunes y ejerciendo resistencia contra la autoridad.

El material lo componen 20 canciones desde un punto de vista juvenil y militante, donde destrozan por igual al sistema económico, religioso y político de la época. Así, hay denuncias hacia la impunidad que tuvieron los militares para violar los Derechos Humanos ('Asesino'), el abuso de drogas como forma de escape ('Soy adicto'), la marginalidad y el desamparo ('Cae la noche sobre Santiago'), la desigualdad en la educación ('Futuro esplendor') o la manipulación de la iglesia en sectores vulnerables ('La iglesia de María'). También hay críticas hacia el arribismo de las clases bajas ('Esos loly pop'), los artistas vendidos ('Yo quiero ser artista') y la vida superficial de los jóvenes ricos ('Twist de los plásticos'). Uno de los mejores tracks es 'Chile no es una postal', que habla de ese país que no podía ser mostrado a los medios y era invisibilizado por las autoridades, subrayando el rol de los políticos que solucionan de forma pasiva y superficial las necesidades de la gente, los jueces que administran la justicia de forma autoritaria, los sacerdotes complacientes y las fuerzas policiales represoras.

Es muy divertida la plasticidad que tienen para realizar pastiches de algunas de sus influencias. Así, hay citas a Dead Kennedys ('Cada día nos matan', 'No existen soluciones', 'El abismo'), Todos Tus Muertos ('Chile no es una postal'), Kortatu ('Cae la noche sobre Santiago'), Rage Against the Machine ('Mundo de mierda', 'Gritos de violencia'), Metallica ('Yanqui') o Black Sabbath ('Futuro esplendor'), dando una amalgama interesante que pasa por el punk, el harcore, el ska y el reggae. La canción de cierre es 'Declaración de Intransigencia', uno de los himnos más reconocibles del conjunto y también su manifiesto, pues además de exponer con contundencia su descontento y resistencia contra la democracia manipulada, corrupta e impune, también advierten que no tomarán la postura de ser artistas blandos o complacientes con el sistema.

"Futuro esplendor" es uno de los discos clásicos del punk chileno y, lamentablemente, sus letras siguen vigentes. Pese a que entonces eran músicos más bien limitados, Los Miserables hicieron esfuerzos en evitar la monotonía en la que caen las bandas primerizas en su música, atreviéndose a realizar solos y estructuras complejas. Al mismo tiempo, el sonido es sucio. A veces se cuelan chirridos, acoples o cortes, pero esto enriquece y da más credibilidad al registro, pues enfatiza sus orígenes precarios y amateur.

Con una posición política asumida de manera clara e intransable, impactaron en una época oscura para el rock chileno, el cual veía como la balada y el pop copaban la industria. Para hacer promoción, la banda asistió a Sábado Gigante y Extra Jóvenes, donde más allá de lo anecdótico, dejaron en claro que no iban a conciliar ni a edulcorar su discurso para entrar al mainstream, algo que cumplieron con gran consecuencia cuando lograron pegar hits a fines de esa década. Pero esa es otra historia.

Giordano Antonelli Villavicencio