Defying Gravity

Viernes, 21 de Julio de 2017

2017. Frontiers

¿Qué le pasó a Mr. Big? Tras dos discos realmente buenos e inspirados como lo fueron What if (2010), y The Stories We Could Tell (2014), con su noveno disco de estudio Defying Gravity realmente se pegan una caída de aquellas y parecen una banda irreconocible, no en el sentido musical, sino por la falta de fuerza y empuje de la grabación y también porque esta vez las canciones no suenan con el altísimo nivel de las dos placas anteriores.

Queda la sensación que la banda llegó al estudio de grabación sin ningún material compuesto y todo el trabajo se concretó en base a sesiones de jams, y a pesar de contar con Kevin Elson en la producción, quien ha estado detrás de la consola en los mejores discos del cuarteto (ahora quinteto con la incorporación del baterista Matt Starr debido al mal de parkinson que afecta a Pat Torpey), tampoco en el aspecto sónico el álbum suena adecuadamente, ya que le falta brillo, matices y potencia, todo suena muy plano y opaco, sin pegada.

No se trata que el nivel individual de músicos de la talla de Eric Martin, Billy Sheehan y Paul Gilbert haya decaído, pero esta vez las canciones no resultan del nivel al que la banda nos tenía acostumbrados; la voz de Martin se mantiene en buen estado, el bajo alucinante de Sheehan sigue impertérrito y lo mismo ocurre con los grandes solos de Gilbert, pero al juntar todos los elementos algo no termina de cuajar y las canciones se hacen anodinas y el disco se hace monótono y derechamente olvidable en varios pasajes.

A pesar de canciones que dan para entusiasmarse como la inicial Open Your Eyes con su riff y onda totalmente Zeppelin; la contagiosa base rítmica de Everybody Needs a Little Trouble; la melódica Mean to Be; el inicio complejo y virtuoso de 1992 que recuerda a Racer X; y la bonita balada Forever And Back, hay poco más que rescatar de un disco que nunca logra desafiar la gravedad musicalmente hablando, a pesar de su bonita portada, y ocurre que cuando una banda pone su propio listón de calidad a un nivel altísimo, se nota demasiado cuando hay algún porrazo o caída como la que nos ocupa.

Una lástima por un álbum que no logra colmar las grandes expectativas que bandas de esta trayectoria siempre despiertan, pero de seguro en vivo Mr. Big seguirá ofreciendo esos shows alucinantes de visitas pasadas.

Cristián Pavez