New Beginnings

2017. Century Media Records

Parker Griggs es un guitarrista fantástico, y fanático de los buenos riffs alcoholizados y de los solos de la vieja escuela del rock, al punto que parece un músico perdido en el tiempo. El también vocalista y líder de Radio Moscow, vuelve a la carga con un disco aún más abrasivo que su antecesor “Magical Dirt” (2014), reencontrándose con el desierto y sus sonoridades áridas, densas y psicotrópicas. Al power trío oriundo de Iowa no le interesa inventar la pólvora, pero sin duda asumen la misión de traer de vuelta aquel blues rock de finales de los sesenta que pareciera olvidado entre tanta digitalización. Retomándolo desde donde lo había dejado, en un ejercicio que es más que mera nostalgia.

Los nuevos-viejos aires se sienten desde la portentosa ‘New Beginnings’, que inicia el disco y pone de manifiesto el soberbio protagonismo de la guitarra eléctrica. La pedalera de Griggs le otorga el sonido vintage que siempre ha perseguido, y su performance tributa al legado de Cream, Blue Cheer, Grand Funk, y sobre todo, de Jimi Hendrix, a la que le suma su propia destreza y creatividad. Logra destacarse porque descansa sobre una precisa base de bajo-batería, a cargo de Anthony Meier y Paul Marrone, respectivamente, sus socios desde 2014. El fortalecimiento de este núcleo sólido, aparte de lograr un exquisito feeling (que se percibe muy bien en vivo), ha hecho de esta grabación uno de sus discos mejores logrado hasta la fecha.

Los antecedentes. ‘Deceiver’ es un torrente de solos al estilo Clapton, de aquella época en donde tagueaban las paredes de Londres diciendo que era “dios”. ‘No one knows where they ve been’ pareciese ser una nueva ‘Foxy Lady’, con capas de riffs que toman fuerza gracias al uso de efectos como el wah wah y el fuzz, y unas líneas de bajo que flotan como burbujas sicodélicas. ‘Pacing’ recoge el sonido oscuro y avasallador de Black Sabbath. ‘Pick Up the Pieces’, aunque baja los decibeles, tiene la fuerza mística de Led Zeppelin. El ejercicio de Radio Moscow no permite dudas. Griggs nos introduce a un mundo onírico en donde las seis cuerdas nos guían a un viaje al interior del disco pero como si fuese una gran colorida jam session.

“New Beginnings”, además, está celosamente producido (por el mismo Griggs), y como aquellos LP de antaño, muchos de sus detalles y trucos en la instrumentación se van descubriendo a medida que se repite en varias ocasiones. Radio Moscow –como sus pares de DeWolff- cumplen su rol de mantener vivo el fuego del viejo rock, haciendo lo que más les apasiona y dominan. Sonidos del pasado en el segundo tiempo del siglo XXI. Todo cambia para quedarse igual.

César Tudela

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