Split

2017. Independiente

Como un acto de amistad, las bandas rancagüinas Errante y Beduino se unieron para crear un trabajo colaborativo de cuatro canciones que representara la sintonía entre ambas. El split (unión de artistas a través de un registro) fue grabado entre junio y octubre de 2017 en Equinox Media, en la Sexta Región, y coincidió con la conmemoración de los 10 años de trayectoria de Errante. Así, dos canciones quedaron a cargo de cada agrupación.

Este tipo de comunión, vista en otros discos chilenos de bandas como Yajaira-Hielo Negro y BBS Paranoicos, se enmarca en un trabajo oscuro, con pasajes cuyas atmósferas podrían encajar con el stoner, el post rock o con sonoridades metal. Para Errante, que describe el disco como “una amalgama perfecta, fuera de cualquier noción preconcebida”, se trata del quinto trabajo de estudio. Distinto para Beduino, que tras formarse en 2012, se anota ahora con su debut discográfico. 

El primer corte, ‘Cielo herido’, está a cargo de Beduino. El instrumental, que al inicio se mueve entre arpegios lóbregos, toma algo de luz tras el ingreso de los ritmos de batería. Las dos siguientes están a cargo de Errante. ’Entre la razón y el afecto’ va en la misma línea que la anterior, dando la sintonía para incluso creer que se trata de la misma banda. La irrupción del canto, a cargo de Jebu, y los elaborados sonidos finales dan alguna diferencia entre bandas. Errante apunta cada pasaje buscando desmarcarse de la estética metalera simple. Luego, ‘La tristeza del hombre común’ lleva un dejo de nostalgia en cada movimiento. Cuando la canción parece terminar, vuelve a la carga con nuevos impulsos.

El cierre queda en manos de Beduino. ‘La primera lluvia’ muestra unas guitarras espesas junto a un cambio de ritmo inicial. La voz, sin embargo, pareciera que no encuentra el espacio ni el tono y se oye desencajada, mostrándose como un punto débil. A medida que el track se desenvuelve, el canto va calentándose hasta alcanzar rugidos mejor ensamblados. El nuevo cambio de ritmo, al final, enseña un portentoso riff muy en sintonía con el stoner, que agrega fuerza a la despedida. Tras ello, el cierre está en manos de un arpegio de guitarra limpio.

Habría sido interesante, eso sí, poder unificar en algún momento a ambas agrupaciones en una canción como guinda de la torta, lo cual no ocurre en esta oportunidad. Más allá de eso, y apelando al poderío de tonos oscuros, Split (título que lleva este EP) junta a dos bandas que pueden tener diferencias musicales, pero que acá encajan en una línea. 

Juan Pablo Andrews

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