Miguel Conejeros: ''Siempre he vivido con, para y por la música'' En el "laboratorio" con Fiat 600 Viernes, 18 de Junio de 2021 El músico y DJ Miguel Conejeros, también ex-integrante de Pinochet Boys y Parkinson, entregó detalles sobre su más reciente placa titulada “Laboratorio” de su proyecto solista Fiat 600. En conversación con Rockaxis habla sobre diferentes temas, entre ellos su nuevo disco, la pandemia y la importancia de la música tanto en su vida como en estos tiempos tan complicados. - ¿Qué fue lo más desafiante de hacer en esta nueva entrega? - Quizás el hecho de estar con este encierro impuesto y tener que estar trabajando bajo este nuevo sistema. Pero lo otro tal vez más complejo es seleccionar el material en el que vamos a trabajar. Porque en el fondo, voy juntando mucho material, voy creando una biblioteca de sonido y ese es mi método de trabajo. Me hago ciertos códigos y lenguajes con recursos musicales ya sea distintos tipos de figuras musicales hechas por mí, u otros sampleos, un ruido, un sonido, incluso a veces textos… Tengo cuadernos llenos de cosas escritas. Entonces juntar este material bajo un concepto es quizás el desafío más interesante, porque encontrar un cierto hilo conductor entre todo eso para que finalmente el disco sea, quizás, algo más que un simple conjunto de tracks o de canciones, sino que tenga una cierta narración. Porque claro, muchas veces esa narración la leo yo no más, pero trato de que sea de cierta manera, que comunique cierto estado, que tenga un cuerpo, una historia, una linealidad que a veces está ligada con algunos elementos musicales y otras veces por ideas. Ideas que en este caso concreto es la palabra, la voz y en este álbum muchas de las voces son mías junto a, como te dije, los textos y escritos para las canciones. Finalmente es un poco el concepto de estar viviendo como con un sentimiento de estar en un laboratorio, estar viviendo un eterno experimento al que estamos todos sometidos, sin ponerme conspiranoico (ríe). Y también por otro lado el trabajo musical, porque igual yo lo veo como un trabajo de laboratorio. Lo veo como algo bastante solitario y ensimismado también, pero es como ir experimentando ciertas cosas hasta llegar a ciertos resultados. Es como una búsqueda todo el tiempo, y a veces, por lo menos para mí, lo entretenido y lo que hace estimulante el siempre hacer música es más que sacar el disco al final, porque esa es la parte tediosa del tema, sino que a mi me gusta el camino, el recorrido que uno tiene. Esa búsqueda que uno tiene hasta llegar a algo es lo que me hace sentir como estar encerrado en un laboratorio. Es jugar con distintos elementos, mezclarlos y crear un nuevo universo. - Hablando sobre laboratorios, la pista que lleva ese nombre es quizás la más social y política. Y entendiendo la situación que estamos viviendo en el país actualmente, ¿consideras a Chile como una especie de laboratorio? - En algún sentido sí. Bueno más que Chile, todo el mundo, porque al final es como difícil hablar de territorios cuando todo es tan globalizado y al final estos experimentos son a otra escala. Pero en cierto sentido Chile sí, siempre ha sido un poco laboratorio. Aquí se ha probado desde el sistema neoliberal, que aquí hemos sido como pioneros y conejillos de indias de eso, y de otros experimentos de control en que a mí me parece que Chile siempre ha estado un poco a la vanguardia en ese sentido. Ciertamente hay ese experimento social que estamos viviendo, adoctrinamientos o disciplinamientos sociales que vemos todos los días en Chile. Entonces me parece que sí, en cierta medida me he sentido como un poco en un laboratorio. También está este hecho de que te encierren en la casa y que ya empieces a trabajar todo por aquí, por zoom, y estás todo el día conectado. Al final tu casa empieza como… las paredes se derriban y es como si estuvieras viviendo en una casa de vidrio y, al final, la casa ya no es la casa, es un lugar público. Creo que aquí hay muchos experimentos que están probando con nosotros y dan esa sensación de que estamos siendo una especie de cobaya o algo así. - Y sobre la globalización. Esta mezcla de inglés y español en tus composiciones, ¿podría considerarse como una demolición de fronteras? - Absolutamente. El spanglish lo he empleado toda mi vida. Es que uno habla así o se comunica muchas veces, por ejemplo, hablando con un amigo que está en otro lado y hablas en inglés, en castellano. En mi caso lo he aplicado en las composiciones musicales. Creo que la voz y la palabra es un instrumento más, un elemento más a mezclar dentro del contexto musical y el idioma no es tan relevante, creo yo. Aunque igual últimamente, y bastante de este disco, es más en castellano. Por ejemplo, ‘Zoom’ es un juego de palabras casi como los dadaístas, como una escritura espontánea que desea encontrar un tema y a partir de ese tema, lo primero que se te viene a la mente son miles de palabras, después uno empieza a jugar con la musicalidad de eso y llegas a una poesía o un texto que encierra una idea. Entonces esa idea puede ser presentada por onomatopeyas, puede estar representada en inglés, en chino, japonés, en chileno, o en coa, no sé. Es como que todo va en función de una idea al final, eso es lo que mueve todo esto. - En este año de encierro, distanciamiento social y pandemia en general, el arte de por sí para muchos tomó una relevancia mucho más grande, ¿cómo el contexto actual afectó en tu percepción de la música? ¿Se volvió aún más relevante para ti? - Siempre he vivido con, para y por la música. Entonces más que tomar una relevancia diferente a la que siempre he tenido para mí, para mi existencia, me parece que lo que sí se ha puesto de claro manifiesto es que son expresiones con las cuales el ser humano no puede dejar de vivir. Podemos prescindir de muchas otras cosas, como de ir al mall a comprar estupideces, podemos prescindir de muchas cosas y quizás si uno se desnuda y llega a la caparazón de lo que uno realmente necesita, ahí aparece la música, la literatura, las películas, que siempre son las cosas como menos valoradas en la escala social. Lo que ha hecho esta pandemia es dar cuenta del real peso y significado que tiene el arte y la cultura en las vidas más íntimas de las personas, que es algo mucho más profundo y necesario. O sea, lo que dije antes, podemos obviar o abstraernos de muchas otras cosas, pero estas cosas artísticas son como una condición humana, las vamos a necesitar para poder vivir de una manera, tener una calidad de vida o una manera de aproximarnos, de sobrellevar estos tiempos que son un poco pesados. Es como lo único que tenemos. Aparte que la música en sí para mí cobra bastante sentido cuando se lleva o se ejecuta el ritual de hacerlo algo comunitario, algo que es una experiencia. Me parece interesante cuando hay también como una herramienta de conocimiento, cuando hay como un ritual de ir a ver a un grupo o ir a o a estar en una fiesta, todos bailando juntos. - Sobre este mismo tema, los vinilos volvieron a ser un gran boom dentro del mercado de la música, ¿has comprado alguno en este tiempo? Y de ser así, ¿cuál sería tu favorito? - Tengo una gran colección de vinilos, tengo muchísimos de hecho, pero cuando vivía en Barcelona, por ejemplo, todas las semanas me compraba 3 o 4 discos. Desde que llegué a Chile esa compra ha bajado mucho porque los discos aquí son muy caros y las lucas son muy pocas. Entonces no compro muchos vinilos, pero trato de comprar. El disco que me compré recientemente fue un disco antiguo clásico de techno que me gusta mucho y que lo pillé en una muy buena oferta por ahí por internet, también compré el disco de Billie Eilish en vinilo, que me gusta bastante. Aprendí a escuchar música con vinilos. El ritual de sentarse con el vinilo, con la carátula, leer las letras, ver los créditos, es algo que hasta el día de hoy tiene ese como sentido pop del objeto y lo tengo ahí arraigado. Creo que siempre voy a tratar de comprarme discos. - Volviendo al álbum. Este nuevo trabajo se arraiga en un sonido muy en las convenciones de la era digital, de los 90 y con unos toques de pop, es por esto que quisiera preguntarte ¿cuáles son tus influencias? - Mis influencias son muy variadas, escucho harta música de todo tipo. Por ejemplo hay momentos en que quiero escuchar techno duro, hay otros momentos en que quiero escuchar jazz. Hay mucha música que me gusta y siempre hay algo o algún músico que me influencia. En cuanto al disco, igual lo veo como una búsqueda futurista que tiene un poco de bass. La verdad es que el disco me parece que lleva un poco a unos trabajos antiguos que hice en Fiat 600 y siento que son un poco más eclécticos. No es un disco tan lineal como estaba haciendo últimamente donde hacía discos de techno un poco más house o de baile, o más temático en su estilismo musical. No, este es mucho más ecléctico. Y como dices tú tiene tintes pop, hay un poco de house clásico, hay ciertos elementos e imágenes o pasajes que son como pequeños homenajes, y también está la influencia que me ha llegado a través del hecho de hacer colaboraciones en este disco es importante. El hecho de llamar a la Fran Straube de Rubio y decirle “oye, mira, tengo unos temas y me gustaría trabajar contigo” también va influenciando al álbum. La participación de colaboradores es una influencia porque es lo que uno busca cuando pides una colaboración de alguien. Primero grabas porque lo admiras y segundo porque también buscas un poco que te abra para otros lados, que te muestre otros caminos. Entonces, condicionando y volviendo a lo colaborativo, este disco fue súper importante. - Para finalizar, recientemente comentaste que el techno es la evolución natural del punk. ¿Cómo ves esta evolución? ¿Se dio de manera natural, para ti, esta transición a un nuevo género musical? - Bueno, siempre terminan como descontextualizado un poco las cosas que uno dice (ríe), pero opino que la historia de la música es una concatenación de sucesos, de estilos, de hitos. Creo que hay muchas, muchas analogías entre el techno y el punk. Y ciertamente en mi desarrollo personal lo he sentido como una evolución lógica, sobretodo por el lado del “do it yourself” famoso del punk. Hazlo tú mismo con tus propios medios, esa búsqueda, esa experimentación, sobre todo del post punk, porque creo que ese género es lo que a mí más me influenció. Es una época de mucha experimentación, de los primeros sintetizadores también, y de distintas maneras de presentar la música, las gráficas, etcétera, etcétera. Un cambio desde lo estético hasta lo musical. Pero creo que sí, que hay una evolución lógica. Pero esos titulares así tan rotundos me sonrojan un poco (ríe) pero sí, está bien. Hay algo de eso. Por Fernanda Hein Tags #Miguel Conejeros #Pinochet Boys #Parkinson #Fiat 600 Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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