Ocultum: Hijos de nadie Entrevista con la banda nacional de stoner doom Viernes, 18 de Marzo de 2022 Con dos discos de estudio, “Ceremonia Oculta Primitiva” (2015) y “Residue” (2019), más el disco en vivo “Descending Live 2021” (2021) grabado en plena pandemia y hasta una joya secreta de sus tiempos pretéritos que sólo merodea por las cloacas del underground, Ocultum prepara sus próximos pasos para continuar la senda oscura que vienen trazando desde el 2009 y que goza de respeto en las huestes entendidas en el stoner/doom. El timing es perfecto para abrir las catacumbas del infierno verde y escuchar lo que Ocultum tiene para decirnos. Esperamos lo peor. Ocultum no conversó con Bulldozer para responder las mismas preguntas de siempre. Reniegan de la “entrevista-biografía”, prefieren generar contenido a través de la conversación y que esta fluya por los caudales de sus ácidas personalidades. Tienen harto que decir, y nada mejor que la revista dedicada 100% al metal para hacerlo. Y es que solo la actualidad de la banda ya es un buen pie para apretar “rec” en la grabadora: la vuelta a los escenarios en ciudades como Quilpué y Rancagua, el lanzamiento en vinilo de su segundo disco “Residue” (2019) y su punzante perspectiva sobre lo que está pasando en el entorno de los sonidos sabbáthicos subterráneos es parte de los que abordan el baterista Ricardo Robles, el bajista Pablo Kataldo y el vocalista y guitarrista Sebastián Bruna en las siguientes líneas, todo bajo el manto de las vibraciones canábicas y nauseabundas del stoner/doom más pútrido. •El sitio web de la revista Decibel destacó el lanzamiento de “Residue”, disco que originalmente salió en 2019, pero que ahora tiene su versión en vinilo. ¿Qué piensan de ese reconocimiento? -Sebastián Bruna: Creo que es súper importante porque es una revista “cotota”. Siempre tienen bandas que me gustan en sus portadas, Electric Wizard ha salido varias veces ahí. Esto es parte de la promoción que está haciendo el sello Interstellar Smoke Records, con los que vamos a sacar el vinilo de “Residue”. Es relevante tener algo de prensa. -Pablo Kataldo: Sí, estoy de acuerdo con Seba, varias bandas que son íconos han salido en Decibel. También hemos salido en sitios independientes tanto chilenos como europeos, más pequeños tal vez, pero nos han apoyado y eso igual nos hace sentir orgullosos. Me gusta salir en noticias o entrevistas, eso ayuda a que la banda se conozca. -Ricardo Robles: Yo soy bien “quitado de bulla”, pero leo las entrevistas y compartimos con quienes nos apoyan, eso es bacán. No me mato tanto por eso, pero agradezco los logros de la banda, al fin y al cabo, eso es lo que está en juego. Igual es importante el tipo de preguntas que te hacen en las entrevistas, casi siempre llaman a la “biografía”. La mayoría son cuestionarios y son siempre lo mismo. -SB: Nos han hablado revistas de Francia o Alemania, y todas tienen el mismo cuestionario, pero sirve igual. Hay gente que es adicta al stoner/doom y siempre está buscando bandas. Creo que también es importante que los tres estemos en instancias como esta, no somos Megadeth. Es importante hablar de cómo se manejan las cosas y mostrar que estamos siempre trabajando. Este sonido es una pasión para nosotros, más allá de la forma en la que se dé a conocer. Lo bueno es que hemos tenido la oportunidad de darnos a conocer como tres entes. •¿Qué marcas hacen de Ocultum una banda que llama la atención en estos distintos canales según su punto de vista? -PK: Si bien Ocultum tiene un nicho y se codea con un cierto género, eso no significa que nos restrinjamos. Ósea, Ocultum tiene libertad de creación para hacer un disco como “Ceremonia Oculta Primitiva” y otro como “Residue”, que son completamente distintos. A lo mejor podemos componer un disco crust más adelante, siempre teniendo la amalgama del stoner/doom y la psicodelia que nos caracteriza, pero no nos limita. A todos nos gusta el stoner y el doom, pero algunos también escuchamos progresivo, a otros les gusta el punk, el hardcore, el crust, el black metal o el death metal y así sucesivamente. Hay harta visera puesta en la creación. -RR: Es una pregunta que también nos hemos hecho en la interna. Más allá de que es difícil proponerse una idea y llevarla a cabo en su totalidad, hay algo más allá de eso y es la unión de los tres, que tenemos tres diferentes tipos de convivencia musical, porque no todos escuchamos lo mismo, como decía Pablo, pero tenemos un poder de composición tal que cada uno lo lleva de la mejor manera. Cada persona tiene su propio torrente sanguíneo, su propia manera de ver las cosas y eso es lo que nos hace hacer esta música que, claro, tú llamas stoner/doom y que probablemente está de moda. Hay una gran cantidad de bandas, pero Ocultum se destaca porque estás tres personas tienen una capacidad compositiva que no se puede comparar con las demás. No es por tirarme flores, pero hay muchos grupos que son super monótonos, dentro de lo monótono que somos nosotros también. Hay muchas intenciones armónicas, ritmos y estilos como el blues o el rock ácido que, cuando se mezclan, obtienes un resultado como este. -PK: Si bien compartimos con bandas del mismo género, creo que hay cabida para todo. Por ejemplo, hay bandas chilenas que son muy repetitivas en lo que hacen, pero que me encantan. No voy a decir nombres, pero son bandas que tienen la estructura de cualquier canción stoner, aunque a mí me gusten mucho. No tenemos miedo de hacer cualquier otra cosa y eso puede diferenciarnos un poco. Los ritos, los pasajes o la experimentación tienen que ver con eso. -SB: Hay una búsqueda de independencia. Se crea una suerte de sectarismo cuando tocas parecido o resuelves las cosas de la misma manera que otra banda, hay una suerte de confort. Estamos en la época de los clones malos de Electric Wizard y de los clones buenos, y de otros que mezclan una huevada amorfa con una onda cuática. Estamos en una época en la que hay de todo. De alguna forma, hay una intención de Ocultum de marcar una forma de ser y mantener arriba el nombre de la banda. -PK: ¡A todos nos gusta Black Sabbath! (ríe). •¿Todo Black Sabbath o solo con Ozzy? -SB: A mí me gusta todo, excepto cuando se ponen medio glam (ríe). ¡Ahí ya no! -PK: Cada período tiene su mérito. •Hablando de influencias, ¿hay bandas nacionales que sean influencia para ustedes? -SB: Creo que las influencias son indirectas, por lo menos en mi caso como músico. Escuchar a los Jaivas desde chico algo me debe haber marcado, además de la psicodelia mezclada con el folclore. Hay una tristeza que caracteriza a toda la música chilena, una nostalgia. Chile no es un país alegre, no estamos bailando por las calles. Creo que eso queda en el ADN de uno. Tenemos que admitir que nos gusta la música en inglés y que la hemos escuchado toda la vida. Esto es bien personal, pero creo que hay influencias en términos más técnicos que musicales. Hemos compartido con A Sad Bada, Matanza, Sangría, entre otras, y conversamos de cuerdas o cosas ñoñas como amplificadores o efectos. Para una manga de huevones que fuimos los que secundamos a Yajaira, que fueron los primeros, y que no tenían a nadie que les dijera cómo hacer las cosas, todo esto ha sido un trabajo de mirar, compartir información e investigar. Crear el tono lleva tiempo y las bandas chilenas nos han ayudado mucho a elaborarlo. -PK: Esas bandas que nombra Seba están dentro también del crecimiento que hemos tenido, ha sido a la par. Estuvimos en Rancagua hace poco y, en vez de conversar sobre música, el tema con las otras bandas era lo fuerte que sonaba el bajo (ríe). Ricardo estaba en otra banda antes de Ocultum, y me impresionó lo salvaje que tocaba la batería cuando lo fui a ver, nunca había visto a alguien tocar con las baquetas al revés para que sonara más cruda. Esas son ñoñerías que también te hacen crecer, junto con el medio también. -SB: La anterior banda de Ricardo era Oscuro Matadero. Cuando los vi, descubrí el manejo de las atmósferas, que tampoco lo había visto en bandas del estilo. Sin ser una banda stoner/doom o lo que quieras, es llamativo, eso también es una influencia. -RR: Me gusta el rock y el metal, ahora último le he puesto harto oído a las nuevas bandas. Por suerte los cabros son bien conocidos en el ámbito, yo no era tanto, he ido conociendo. A mí también me gusta mucho el folclore en sí, no sólo el nacional. Violeta Parra o Los Jaivas usan el contratiempo, no son planos. Si bien la música de nosotros es hipnótica, de repente cae un palo atravesado y te despierta, te saca del sueño. Violeta Parra es una persona que tenía un manejo de la guitarra increíble, solamente con su instrumento y su voz lograba llevarte por los caminos del diablo. Eso es lo que se va mezclando en la banda, dentro del metal, del rock y del punk. •Además de sus dos discos de estudio, tienen el en vivo “Descending Live 2021”, grabado en plena pandemia. ¿Cómo fue esa experiencia? -PK: Son dos discos de estudio más el “Descending Live 2021'', pero hay una joya oculta de unos años atrás. Es un EP que fue nuestra primera grabación. -SB: ¡Cuando Ocultum tocaba en Mi! Es súper antigua, de hecho se llamaba Ocultum Lapidem. Nadie nos conocía. Luego de eso, se decidió darle una nueva identidad a la banda al cambiar la afinación a Si y ahí comenzamos como Ocultum, con el logo que tenemos ahora. -PK: Lo menciono porque en las últimas tocatas hemos hecho una reversión de una de las canciones del EP, e incluso hemos pensado en tocar más. Esas canciones eran stoner puro… -SB: Con respecto a “Descending Live 2021'', ese fue un lapsus de Ocultum en el que Pablo no participó y decidimos hacer eso más que nada por la pandemia. -RR: El en vivo nació de una idea muy vaga en la sala de ensayo. Tenemos un buen padrino en ese espacio y, con su visión, su técnica y su participación, logramos hacer un en vivo con cuatro o cinco personas, algo muy difícil dadas las condiciones de la pandemia y los permisos para transportarse. También sucedió algo que a mí, en cierto modo, me gustó, y no es por tirar mala onda, pero siento que las bandas se nivelaron en la pandemia. Todos tuvieron que rebuscárselas para demostrar quienes eran. La participación de las bandas se equilibró y ahí se cayeron muchas, otras supieron mantenerse. Hicimos “Descending Live 2021” en dos días, siendo el primer día sólo de instalación y acondicionamiento del espacio. Una mención a Cristian Fonseca, que nos apañó harto en ese tema. Fue un trabajo en poco tiempo con un gran resultado. •También volvieron a los escenarios. Tocaron en Quilpué y Rancagua. ¿Cómo fue el recibimiento en regiones? -PK: En Quilpué estuvimos con Mölek, Divinorum y Serpiente Antigua. El espacio era una fábrica abandonada que las mismas personas del colectivo que organizó la tocata recuperaron. No había tanta gente, son tocatas que se arman entre amigos para amigos. Las bandas del colectivo se conocían y, en ese contexto, nos invitaron. De hecho, los equipos de sonido que tenían sonaban monstruosos, tanto así que ni siquiera nos escuchábamos nosotros. Mucha gente ni siquiera fue por nosotros, fue a ver a las bandas locales y a compartir. -RR: Salir de Santiago es una experiencia súper enriquecedora para el ánimo. Tomas la carretera y sabes que estás respirando otro aire, que compartirás con otra gente no ves nunca, fue una de las cosas que más me llenó. Fue una tocata al aire libre, podías ir para a donde quisieras en la fábrica, que está ubicada en un cerro. Para donde ibas escuchabas música. -PK: Estaba al lado del cementerio. -RR: Sí, tocábamos y veíamos el cementerio, fue la raja. Y fue justo en el ocaso, cuando el sol se puso, llegó la noche, y fue todo mágico. •¿Sienten que se recibe de manera especial a las bandas de Santiago en regiones? -PK: Me sentí apañado, en Rancagua sobre todo. La gente, los organizadores, y las bandas, todo se dio de manera respetuosa. Llegamos temprano, escuchamos a todas las bandas, compartimos con la gente, había mucha buena onda. El espíritu era: “viene gente de afuera, que no es de la región, que no es del sector, démosle espacio y buena onda”, así lo sentí más allá de lo musical. Eso es gratificante. •Siempre se habla de una “hermandad” del underground, pero muchas veces esas bandas están en boca de todos y en manos de nadie. ¿Creen que hay una romantización del llamado underground local? -SB: Pienso harto en ese tema y en la actitud de los estilos más duros como el death o el black metal, ellos siempre hablan del underground y resulta que, si los ponemos en una balanza, son más mainstream que el stoner o el sludge. Hay grupos de pop extranjeros que aparecen con poleras de Incantation (ríe), se nota un cambio de paradigma. Creo que hay que luchar en contra de cierta sectorización de la música. A veces los mismos artistas se sabotean. Ese discurso de “soy una banda emergente” siempre me ha parecido raro. ¿En dónde quieres emerger?, ¿qué es para ti ser “emergente”? ¿Quieres que te auspicie la Coca Cola?, ¿quieres tocar en los actos de Bachelet o de Piñera?, ¿qué quieres? ¿Qué significa “ser underground”?, ¿qué tocas siempre en tu casa? Estamos en una época en la que hay gente que le gusta cierta música y tú tocas algo que les puede gustar. Listo. Es la globalización, cualquier persona escucha lo que sea. El término “underground” está muy manoseado por los tradicionalistas, por los huevones que llamamos despectivamente los “true”. En el fondo, son huevones que se quedaron pegados en una “doctrina Kast” que dice “esto sí, esto no”. Váyanse a la chucha. Al final, ser underground o no ser underground me tiene sin cuidado. Uno hace una canción, un huevón en una plaza hace una canción, o un tipo que toca con una cuerda y canta “chicken and corn” son más underground que todos nosotros. Listo. La verdad, no me adscribo a ese tipo de huevadas. Lo que sí creo es que hay una hostilidad musical que puede alejar mucha gente y ahí uno puede discriminar. Si no quieres gente superficial, falsa o de un esquema político que no te dañe, tu sonido lo dirá y alejará a ese tipo de buitres. Actualmente la cosa está así. La música habla de tus convicciones y genera el campo de fuerza necesario para hacer un filtro entre la gente que te escucha y la que no, porque uno tampoco quiere sentirse apoyado por los neo-nazis, por ejemplo. -PK: Acá en Chile hay dos tipos de bandas, las que ganan plata y las que no. Sí tocas en una banda que genera plata, te ponen tocatas, backline, transporte y todo eso. Si no generas plata, tienes que rebuscártelas, pagar por tocar en locales y hacer todo. De hecho, esa fue una de las cosas que me aburrieron del circuito nacional, es pesado. Uno va a las tocatas como espectador, lo pasa bien, se cura y después se va al carrete, o sigue el carrete ahí mismo, pero llevar el equipo, a veces a regiones, hacer la prueba de sonido, tocar ahí, transportar las cosas a las cinco de la mañana, volver a tu casa, etc. Hay todo un trabajo de por medio. Por eso se agradecen espacios como los de Quilpué o Rancagua. Nos invitaron sin esperar nada, y eso es difícil de ver, así se generó algo especial. De hecho, eso te da ganas de seguir haciendo más cosas en vivo y decir “Ocultum tiene los medios a nivel musical para poder armar una tocata”. Cuando tienes esa vuelta de mano, dan ganas de hacer cosas, pero es una paja cuando no la tienes. Hace un par de años atrás, mandé todo a la chucha porque es cansador y por eso los chicos grabaron “Descending Live 2021” sin mí. -RR: También llevo muchos años tocando música y siempre ha sido lo mismo, nada nuevo bajo el sol. Creo que repudiar las huevadas acomodadas es más de lo mismo, mejor, como dice Pablo, tenemos que hacer las cosas entre nosotros y al final ha sido mucho mejor así. -PK: Sebastián, que a estas alturas también es como el mánager de la banda (ríe), se partió el lomo haciendo tocatas y generando espacios, pero la vuelta de mano nunca fue. -SB: Queda el antecedente de quién cumplió y quién no, pero da lo mismo, nosotros somos estoicos en ese sentido. El bajista de Red Valley, Luis Matías Pérez, me preguntaba si teníamos bandas amigas y le dije que no lo necesitábamos, pero que si quería subirse al barco era bienvenido. -RR: Se están generando buenos lazos con la gente de región. -SB: En Perú dejamos una buena huella. Salieron dos fechas en Lima durante la época del primer disco y no descartamos que salgan más. La pandemia ha sido una mierda en ese sentido porque se habló con gente de Sudamérica para armar cosas, pero ha estado lento y el bicho culiado sigue avanzando. -PK: Igual hay que decir que en Santiago hay bandas con las que hemos tocado y vamos a seguir tocando, e independiente de todo, no hay mala onda ni nada, pero hay que ampliar para el que quiera estar, y el que no quiere estar, que no esté. •Finalmente, ¿cómo va el disco nuevo? ¿Van a seguir trabajando con los sellos que distribuyeron “Residue”? -SB: Tenemos una portada, dos canciones, una reversión de un tema antiguo y avanzando un cuarto tema. Inicialmente habíamos dicho que sería un EP, pero nos dimos cuenta que los temas llegan a los diez minutos. Están ensayados y hay que seguir dándoles forma. Hay nombres, hay lírica, hay riffs y también hay una modificación. No hay una continuidad de “Residue”. Nos tiene felices. Al contrario de “Residue”, que fue un ejercicio de rescatar muchos riffs que ya existían, la composición de este disco ha estado fuertemente influenciada por el trabajo de Ricardo. -RR: La pandemia nos ayudó a encerrarnos a componer y a desestresarnos a la vez, a botar toda la tensión. Por suerte, nunca se nos cerró la sala. Pasamos momentos cuáticos, nos enfermamos. Lo pasamos mal con el tema del Covid y todo eso también está reflejado en lo que se viene. -SB: En “Residue” trabajamos con Black Bow Records, el sello de John Davies de Conan. Nos ofreció sacar el CD y tampoco puedo decir que fue la mejor experiencia porque John siempre está muy ocupado con bandas de todo el mundo. Tuvimos un pequeño trato con Interstellar Smoke Records, que están muy interesados en bandas latinoamericanas, nos sacaron en casete y ahora después de dos años lanzarán la edición en vinilo. Las cosas pueden ser más rápidas cuando hay plata sobre la mesa, pero nosotros somos de clase obrera, no somos empresarios. Las cosas van a nuestro ritmo. Ahora, sería bacán hacerlo de nuevo con Interstellar Smoke Records, pero creo que vamos a ofrecer nuestra música. Nos gustaría que todo saliera por un mismo sello y de forma rápida. No nos importa si es alguien de Chile o de Indonesia. En ese sentido, no somos hijos de nadie. -PK: Los sellos son empresas. De hecho, antes de poder hablar con cualquier otro sello afuera, se habló con sellos acá y los tratos eran pésimos, sobre todo para bandas que no generan tanto dinero. Tenemos bandas amigas que siguen agarradas con sellos chilenos y no han podido vender sus copias, es una mierda. Uno de los sellos buenos con los que hemos tenido la suerte de trabajar, es con Manifestation, sacaron “Ceremonia Oculta Primitiva” y “Residue” por amor al arte. Ambos en casete, con ediciones espectaculares, eso se agradece, le doy las gracias por este medio. -SB: Es muy probable que sigamos trabajando con Manifestation. Hacen muy buenas ediciones, no piden nada a cambio y son rectos en su forma de trabajar, tienen muy buena manufactura. Eso es súper importante porque uno quiere que su banda tenga un disco rico, ¡no vamos a sacar las huevadas en fotocopias! (ríe). Por Pablo Cerda Colaboración: Caleb H. Heaphy Tags #Ocultum Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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