Spiral Vortex: Los caminos que se abren

(Publicado originalmente en revista #Rockaxis209, noviembre de 2020)

Cumpliendo una década de trayectoria en 2020, Spiral Vortex celebra el logro junto al lanzamiento de su cuarto trabajo de estudio, “Prisma”. Nacidos entre campos y montañas al sur de Santiago, los hermanos Maximiliano y Sebastián Aylwin, hablan sobre este nuevo LP y el décimo aniversario en un año complejo, donde la nueva música ha sido fundamental. «Definitivamente es un hito, pero sentimos que estamos empezando», confiesan.

Por Fernanda Hein

Spiral Vortex alcanza los dos dígitos de carrera con tres larga duración bajo el brazo. Una celebración que es coronada con el lanzamiento de un nuevo material que se viene cocinando desde hace cuatro años entre montañas y campos a las afueras de Santiago. Lleno de influencias de Pink Floyd, King Crimson y Gustavo Cerati, el álbum se convirtió en lo que ellos sienten como el primer trabajo real de la banda, logrando lo que definen como un sonido más claro, más coherente. En un año donde las cosas cambiaron para todos, los hermanos Vortex –Maximiliano (Maxi) y Sebastián (Lali) Aylwin– nos cuentan sobre cómo con una vuelta de tuerca a los planes originales están llevando adelante su décimo aniversario y, en paralelo, el lanzamiento de esta nuevo álbum llamado “Prisma”.

– ¿Cómo ha influido la pandemia en su trabajo?
– Maxi: Lo que más afectó, principalmente, fue no poder seguir tocando en vivo. Veníamos tocando harto el verano, había muchas ganas de seguir, hacer este lanzamiento e irnos a México. Eso fue lo principal, pero supimos darle la vuelta y terminamos el disco.

– Entendiendo por lo que estamos pasando este año, ¿tuvieron que adaptar su celebración? ¿Cuáles eran sus planes originales?
– M: Lo principal fue que no pudimos hacer un gran show así épico, como nos hubiera gustado. Teníamos muchas ganas de volver a México, ya habían conversaciones. Igual ha sido un año mucho más cortado pero, como te decíamos antes, a la vez sacamos la inspiración para terminar bien el trabajo.

– Este nuevo álbum conmemora sus diez años como banda. ¿Qué significa este número para ustedes?
– Lali: Es muy loco. Definitivamente es un hito pero siento que estamos empezando. Mi hermano, nuestro primo que es el tecladista y yo tocamos desde muy chicos. El nombre del grupo, claro, está hace diez años, pero tocamos hace más tiempo. Parece como si hubiese sido nada pero es bastante tiempo la verdad.
– M: Siento que es un buen hito, algo simbólico que igual da para celebrarlo. Son diez años con el nombre, una década. Uno parte sabiendo nada, siendo un cabro chico, dándole no más y en el trayecto vas aprendiendo mucho. Han pasado cosas que al principio no te imaginabas, es interesante y motivante. Es un buen check point para seguir adelante.

– ¿Cómo ha sido esta trayectoria de banda independiente en la escena chilena?
– M: Bueno, es lo que es. No sé si llamarlo difícil o fácil, pero nosotros partimos sin muchas pretensiones, solo buscábamos generar algo que nos hacía muy bien, una búsqueda más personal. Entonces claro, cuando empiezas a tocar puertas te puedes frustrar un poco porque al principio no pasa mucho, pero con el tiempo, si tu trabajo está bueno y le motiva a más gente, también uno se motiva más y el trabajo se abre un camino. Es complicado, pero a la vez, cuando se agarra un check point, uno le da para delante no más.

– En estos diez años, ¿han percibido un cambio dentro de esta escena?
– L: Sí, definitivamente ha cambiado. Me gusta mucho lo que está pasando en Chile en la escena independiente. Hay muchos artistas que me gustan y que partieron al mismo tiempo que nosotros, como Diego Lorenzini o Rubio que ahora son más conocidos, es bacán. Me inspira mucho que haya tan buena música independiente. Encuentro que Chile está haciendo buena música. Incluso, a nivel latinoamericano, el pop chileno es súper bueno.
– M: Sí, yo siento que ha cambiado harto pero para bien. Se han abierto más espacios, nuevas oportunidades, festivales, etc. La industria está mejor organizada a como cuando partimos.

– En cuanto al disco, ¿siempre estuvo planeado para su décimo aniversario?
– M: La verdad, no. Teníamos un poco la ansiedad de sacar un nuevo disco desde el 2018 porque estamos creando todo el rato. Esto es como una compilación también de los últimos cuatro años y a nosotros nos gusta harto los números, las fechas, los simbolismos, y está bueno que en 2020 haya salido nuestro cuarto disco. Igual ha sido un desafío sacarlo este año, tenía mis aprensiones porque era harto movimiento. De pronto, hubo tanta incertidumbre que no sabía si la gente quería escuchar nueva música. Finalmente, en la trayectoria del año, me di cuenta que sí. El arte es muy necesario para el bienestar emocional de la gente.

– ¿Siempre hubo un concepto claro para este álbum?
– L: No, pero fue agarrando forma. El primer single que tiramos el año pasado lo grabamos a finales del 2018 en México, lo trabajamos con Felipe Castro, un productor chileno que está allá y se podría decir que es bien popero. Eso marcó harto la pauta de todo el disco, ya que todo lo terminamos de hacer más o menos en esa línea. A diferencia de los discos anteriores que no se entendía tanto la voz o era todo mucho más atmosférico, ahora está todo mucho más claro, más nítido. Lo siento casi como un primer disco de Spiral. Quedó algo súper coherente y por eso también le pusimos “Prima”, porque en el fondo queríamos algo transparente.

– El álbum pareciera ser un resumen de su trayectoria.
– L: Sí, yo también lo veo así.
– M: Siento que fue un concepto que se fue dando. Cuesta al principio tener una idea tan clara de lo que podría ser un disco, como lo hizo Roger Waters con “The Wall”. Spiral siento que igual ha tenido una visión que va un poco en la estética de las letras, en el arte, en la geometría, en una búsqueda un poco más inherente. Spiral siempre ha tratado de transmitir buena energía, buena onda, conexión y trascendencia.

– ¿Cómo ha sido la búsqueda de este sonido donde la sicodelia es protagonista?
– M: Creo que el rock y la sicodelia van un poco de la mano. En nuestros inicios lo teníamos, pero de forma mucho más experimental. Con el tiempo, fue mutando sobre cómo llevar esta onda sicodélica hacia temas un poco más oreja, a cosas más estructuradas sin perder nuestra identidad.
– L: Claro. En verdad, siempre estuvimos ligados a la sicodelia y, con el tiempo, hemos logrado agarrar estas grandes improvisaciones de dos horas y meterlas a formato de canciones. La idea era entregar mejor el mensaje y encuentro que ahora, en este último disco, eso está. Están todos los sonidos más claros, mejor grabados, se entiende todo el mensaje mucho mejor. No es un mensaje nuevo lo que estamos entregando en las letras del disco, de hecho es bien parecido a lo que veníamos haciendo, pero ahora se entiende harto más.

– ¿Qué fue lo más desafiante durante el proceso creativo de este disco?
– L: Creo que creativamente estábamos súper bien, pero lo que definitivamente fue un desafío, y que fue nuevo en este disco, es que buscamos mucho la calidad del sonido. Anteriormente, íbamos al estudio uno o dos días y grabábamos todo el disco, en cambio ahora, fuimos a muchos estudios, trabajamos con tres productores y hubo más gente involucrada que mezcló y masterizó. Entonces ese fue el desafío: buscar que suene bien. La verdad, en este país todavía es un poco caro grabar, que suene como uno quiere lo puedes hacer con conocimiento en la casa, y eso es lo que veníamos haciendo. Ahora, ese fue el desafío, dedicarle a cada canción mucho tiempo, y ese tiempo también se resume en plata al final.
– M: Y congeniar con distintos productores, porque igual trabajamos con Andrés Nusser de Astro y con Felipe Castro (Felicaster), entonces también fue algo nuevo que los chicos se metieran en la composición, en cambiar algunas notas, cosas que nosotros antes no habíamos hecho. Finalmente, fluyó muy bien y se pudo lograr un buen resultado. Algunos pueden pensar que quizás es un popurrí porque hay varios productores en el disco, pero finalmente nosotros teníamos el hilo conductor de lo que queríamos hacer, y los chicos nos ayudaron con sus técnicas para que “Prisma” quedara mejor.

– El video de ‘Nueva visión’ fue grabado este semestre. ¿Cómo fue hacerlo bajo esta “nueva normalidad” pandémica?
– L: Bajo esta nueva visión (ríe).
– M: Ese video fue bien loco, lo veníamos tratando de hacer hace tiempo con unos amigos, quienes lo grabaron. Nos juntamos con los chicos de Trimex, que son los que hacen las luces y, la verdad, es que fue muy improvisado pero resultó súper bien. Por suerte fue cuando no teníamos que pedir permiso ni nada. Pero está el video de ‘Poliedros’, que ahí sí que fue todo un tema porque lo empezamos a grabar el 14 de marzo, un día antes de que explotara todo. La segunda toma del video pudimos hacerla recién seis meses después. Tuvimos que sacar permiso de producción y acotar el equipo, pero finalmente fueron buenos desafíos con muy buenos resultados. Nos gustó mucho cómo quedó el video.

– En este mismo single, ‘Nueva visión’, ¿cómo surge la idea de contar con más de 12 voces simultáneas?
– L: La verdad es que fue una grabación súper libre, entonces íbamos probando. Tuvimos la suerte de estar en un súper buen estudio junto a Felipe Castro y creo que por ahí va el tema. Contar con buenos equipos es fundamental, porque de repente uno graba en la casa 12 voces y suena horroroso. Nos llevó a ese lado más Beach Boys y nos gustó como sonaba. Y bueno, Felipe tiene toda esta onda de grabar como los Beatles, de si tienes que hacer 50 tomas de algo, hazlo, en vez de afinar y editar tanto. Al final terminó siendo una súper buena escuela.
– M: Es algo que ya venía de ‘Poliedros’, fue la primera vez que hacíamos algo así. También con Felipe Castro.
– L: Exacto, queríamos hacer muchas voces al estilo Bee Gees, pero que hayan sido 12 fue porque estábamos ahí y encontramos que sonaba increíble.

– ¿Qué puede esperar el público de este trabajo? ¿Dan alguna recomendación al momento de escucharlo?
– M: Que se conecten, que lo escuchen tranquilos y relajados. Es música como de viaje, para la noche, para que en verdad lo sientan. Nosotros estamos muy contentos con este trabajo, entonces esperamos que puedan disfrutarlo. Sabemos que hay gente que nos escucha harto, para ellos prometemos un disco completo, con recuerdos de nuestro primer disco, lleno de elementos del sonido actual, matices por descubrir y mensajes ocultos en las letras que pueden dar claves a los temas de hoy. Y para los que recién nos conocen, quizás se pueden llevar una buena sorpresa.

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