Mauricio Redolés: Resistiendo desde Cueto Road «Hay que levantar la palabra pueblo una vez más» Viernes, 01 de Abril de 2022 (Publicado originalmente en revista #Rockaxis210, diciembre de 2020) El encierro no le quitó filo a la lengua y pluma del músico nacional. “Quiero Seguir Continuando” fue el trabajo con el que Mauricio Redolés hace una declaración de principios por lo común, la integración, la tragedia, la ironía y la crítica de la sociedad actual. Aquí está, en su propia tinta, el Santo Patrono del Barrio Yungay. Por Jean Parraguez «Qué bueno que lo hayas encontrado entrete», es una de las primeras palabras esgrimidas por el también poeta a quien escribe este texto, a propósito de las canciones de su reciente álbum de estudio. «Entretenido» es uno de los muchos adjetivos posibles para describir al sucesor de “One, Two, Tres, Cuatro” (2013). «Trágico» también califica en esa nómina: en agosto de 2016, fue hospitalizado de emergencia por un accidente cerebrovascular, debiendo someterse a un largo proceso de recuperación. Dicho episodio se narra con sombrío detalle en la canción titular. «Es el texto final de mi libro “Algo Nuevo Anterior”, que fue escrito en 2016, el mismo año del ataque cerebrovascular. Y lo rescaté para ponerlo al final como justificando este deseo de continuar, de seguir, de aferrarse a la vida, a lo que uno hace, a la creación», reconoce, agregando que dicha obra literaria fue ampliamente elogiada, ganando incluso un premio a Escrituras de la Memoria, del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, y el Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio. «Incluso tuvo una buena crítica en El Mercurio, lo que habla que es un libro para todo espectador. Y ahí se denuncian cosas más o menos desagradables para los que leen El Mercurio, pero en realidad sus periodistas no tienen mucho que ver con seguramente los intereses más oscuros de la derecha, sobre todo en la página de la cultura», complementa. – Se tomó su tiempo para lanzar el disco. Antes del lanzamiento escuchamos varios adelantos. – Se terminó de grabar el año pasado. Claro, el disco estaba listo en noviembre del año pasado. Pero entre el estallido social y la pandemia se empezó a demorar su edición, su montaje, su masterización y finalmente la fabricación en físico, que se nos ha demorado harto. Pero ya está delante, ya está saliendo que es lo importante. – Usted tiene más material disponible. ¿Planea lanzarlo en un futuro cercano? – Estoy muy deseoso de terminar lo nuevo, estoy muy deseoso que termine la pandemia. O sea, de presentarlo luego, ya está terminado. Quiero que termine la pandemia porque tengo algunas ideas de próximos discos que no quiero que se demoren mucho en salir. Pero prefiero no hablar de ellos, porque prefiero trabajar más que hablar de esos discos. En todo caso, el grupo que me acompaña habitualmente son Gabriela Cáceres, Sebastián Redolés, en el bajo está Martín León. Van a estar ellos tres y queremos hacer un disco para seguir adelante. Para seguir continuando. Para continuar siguiendo. Gran parte del 2020, Mauricio Redolés estuvo encerrado en su casa ubicada en el tradicional Barrio Yungay. Al vivir un ACV quedó en primera línea de los grupos de riesgo en caso de contraer coronavirus. En lo físico ha sufrido, «porque tengo que constantemente estar caminando producto a que yo quedé muy mal después del ataque cerebrovascular y si no camino todos los días, lo paga el cuerpo. Quedo medio tullido», cuenta. Su rutina incluye usar una bicicleta estática y caminar mucho; esta última actividad, la hace en su casa. «15 vueltas ahí son un kilómetro, así que trato de hacer el kilómetro diario y me hace bien indudablemente». – Usted ha estado muy activo en internet. – Vía Zoom o Meet, uno está constantemente hablando con amigos. A través del teléfono. El 6 de mayo comencé un programa de Facebook, como un late televisivo al cual Tito Escárate le hizo una canción (‘Amigo Redo’) que tiene muchas visitas en Facebook y YouTube. Es un ska muy pegajoso, muy oreja. Un regalo del Tito. Y habla del late que hice, en donde entrevisté a Patricio Manns hace poco, a Miguel Lawner, a la actriz Ana María López del grupo de teatro El Riel. En su programa, Redolés también entrega opiniones del espectro político, poesía y social, con toda la experiencia y autoridad de alguien que, a sus 67 años, ha visto mucho y nadie le vende cuentos, los alimentos creativos que han sido constante en su obra, en que el barrio donde vive siempre guarda un lugar muy especial. Llegando a Yungay “Quiero Seguir Continuando” fue registrado en Valparaíso. Sin embargo, la gran mayoría de sus historias transcurren en la capital, en Santiago Centro, en los alrededores de la célebre Cueto Road. Habiendo vivido gran parte de su vida en el mismo lugar, Redolés sabe y aprecia la vida en medio de esas calles que conoce tan bien, plasmando su experiencia en canciones como ‘Motel Catedral’, ‘Ferretería San Pablo’ o ‘Cueto 415’. En Barrio Yungay se lucha contra por mantener los viejos edificios, resabios de un pasado lleno de esplendor, de un sector que creció con el auge del tren y las pocas construcciones colosales de la segunda mitad del siglo XIX hasta las décadas iniciales del XX que hoy sobreviven a duras penas, bajo el riesgo amenazante de las grandes empresas inmobiliarias y su visión ávida de dinero, pero mezquina con la memoria. «Bueno, a nosotros se nos incendió la parte de atrás de la manzana el día 17 de octubre. Un incendio que quemó seis casas frente a la plaza», comenta, ejemplificando el poco cuidado de las autoridades frente a construcciones que datan de hace más de 100 años. – Ha vivido prácticamente toda su vida acá. Es un testigo de primera mano de todo lo que se han transformado estas calles. – El otro día vi unos fragmentos de una teleserie, “Marta a las Ocho”, una teleserie de Canal 13 que está en YouTube, y ahí sale la esquina de Cueto con Compañía, y al mirar la esquina me acordé de muchas cosas, de todo lo que ha cambiado. Me acordé de las casas originales, que eran unas casas de adobe de un piso bellísimas, coloniales, seguramente eran de 1850, originales de los comienzos del barrio. Después demolieron eso, o se cayó para el terremoto del 85 y hubo un cierre de ese sitio eriazo, donde una amiga mía, Jenny Paredes, de Valdivia, hizo un grafiti muy grande, enorme, con letras de dos metros de altura que decía: «Claudio, es muy tarde para el suicidio. Jenny». Y ese grafiti le llamó la atención a mi madre, quien me lo comentó, me decía que estaba muy impresionada. Ella pasaba por ahí, ella vivía en Bulnes, entre Huérfanos y Agustinas. Luego pensé en lo que se construyó ahí, que fue como una ferretería y un patio de descarga, y finalmente los edificios que están hoy día. O sea, en un lapso de 30 años ha habido tres construcciones distintas. Una construcción cada diez años más o menos. Lo que es una rotación muy grande en un lugar antiguo, ¿no? Que cada diez años es una nueva cosa. Y así podemos ver que este barrio cambia, cambia, cambia. – ¿Cómo se ha podido proteger el barrio de las inmobiliarias? Hay edificios nuevos, pero no son esas torres tremendas de Estación Central, por ejemplo, que tapan todo y aniquilan de cierta forma la convivencia entre los vecinos. – Hay un gran acoso, un bullying de las constructoras, de las inmobiliarias por hacer edificios. Afortunadamente acá, por un movimiento de vecinos en el cual yo participé en sus comienzos, logramos parar y crear una zona típica el Barrio Yungay y eso permitió que no se construyeran edificios de más allá de cuatro pisos. Pero alcanzaron a quedar algunos adefesios, como está muy bien graficado con el edificio de Libertad con Catedral, que tiene como 20 pisos. Hay otro en Bulnes con San Pablo que debe tener unos 30 piso fácil, y que es una agresión enorme contra un bello barrio. Eso por un lado, y por otro, la instalación del narcotráfico. El disco “Quiero Seguir Continuando” sitúa varios de los pensamientos y anécdotas en las calles de su barrio, una radiografía a su realidad. La canción ‘Son de Yungay’ es el ejemplo más decidor: al ritmo de la salsa, Redolés habla de un «casco urbano abandonado», en que todos tienen cabida, apelando a la multiculturalidad de una población en que los migrantes latinoamericanos juegan un papel no menor, llegando desde sus países a encontrar una oportunidad mejor, pero viviendo en condiciones poco favorables en viviendas abandonadas, sin instalaciones eléctricas modernas muchas veces, propiciando tragedias como la de aquel 17 de octubre, en que muchas familias perdieron su hogar. El nivel de abandono de las autoridades repercute también en lo policial, algo que ha denunciado Redolés en más de una ocasión. «Alguna vez denuncié en una columna en Facebook cómo se estaba lumpenizando el barrio», comenta. – Es fuerte ver la poquísima ayuda de las autoridades en Yungay, cuando debería ser todo lo contrario. ¿Ha tenido algún entrevero con vecinos por lo que ha dicho? – Con un dirigente vecinal que ahora quiere ser alcalde, porque sus ganas de escalar no le faltan, me agredió verbalmente, me llamó a una reunión en que una de las vecinas me trató de «nostálgico de la dictadura» porque yo estaba pidiendo más vigilancia, confundiendo ellos pueblo con lumpenaje. El pueblo no es lumpen, el pueblo es pueblo y el lumpen es lumpen. Son categorías distintas, pero hay gente que no conoce el pueblo, entonces cualquier cosa que les huela a pobreza para ellos es pueblo, y eso de que lumpen «es el pueblo, compañero», es un discurso populista. Esa gente le ha hecho mal también al barrio, esa junta de vecinos en particular. No vamos a dar nombres para no darles más relevancia, porque les encanta estar en la vitrina todos los días. Ellos han hecho un negocio del barrio, y hay que reconocer también que han sido parte importante de generar movimiento en el barrio, pero han tratado de redituar económicamente todo el rato. Y al final ha sido malo porque no han logrado generar un movimiento vecinal amplio, si no que se ha transformado en un negocio particular de este dirigente de la junta de vecinos que ahora es candidato a alcalde. – En este nuevo disco se siente mucho ritmo latinoamericano, a pesar de que una canción parte en inglés, tributa a Robert Johnson, hay generosidad en sonoridades nortinas, también bolero, salsa, es algo súper integral. ¿Qué estuvo escuchando en este tiempo? ¿De dónde sale todo eso para poder enlazar todos esos sonidos? – Claro, mira, la verdad es que a los 67 años uno ya ha escuchado un poco de todo. Ahora estoy muy fascinado con un ritmo colombiano, no sé qué será, es un ritmo muy tropical de un trío con un güiro, un cuatro y una guitarra. ‘El pueblo no se rinde carajo’ se llama el tema. Es pegajoso, es absolutamente genial y me tiene fascinado. Y de repente me puede gustar un blues, como ‘Love in vain’ de Robert Johnson, que ese tema lo caché el 77 en Birmingham. – ‘Padre soltero’ es fuerte de escuchar también, porque habla de una realidad muy poco hablada. – Sí, efectivamente hay muchos padres solteros. Obviamente no tantos como las madres solteras. Es una realidad que tiene que ver con muchos fenómenos sociales, entre otros la sensibilidad del macho que, en épocas pretéritas, era muy raro que se decidiera por quedarse con los hijos. Terminaban cuidándolos las abuelas o las tías, y ahora no. Hay muchos hombres que dicen «ya, yo me quedo con el cabro chico». Me pasó a mí, que me quedé con mi hijo Sebastián cuando él tenía cinco años recién cumplidos, lo que fue una experiencia muy fuerte y muy maravillosa. El otro día me estaba acordando de un carrete que me perdí en Valparaíso porque tuve que volver corriendo a Santiago. La nana a las 10 de la noche se iba y no podía abusar de la señora dejándole a mi hijo. Además, era mi responsabilidad. Me acuerdo que en pleno carrete, siete y media de la tarde, me paré y me fui. Todos como «pero hueón, si es tan temprano, ¿por qué te vai?». Ahora, no fui ni creo haber sido una maravilla de padre soltero, creo que me faltó mucho para ser un buen padre soltero, o un buen padre. – ¿Qué nos puede contar de ‘Dile a Carmen’, una suerte de homenaje a Carmen Hertz y a lo que vivió con el asesinato de su asesora del hogar, Sofía Yáñez Calfupan? – Fue asesinada para que Carmen dejara de lado su labor de litigante en los casos de Derechos Humanos. Su compañero fue asesinado, Carlos Berger, ex director de la revista Ramona, que fue una revista juvenil de los años 70 que a mí me fascinaba. Y hace un ejemplo de valentía la Carmen, una mujer increíble, extraordinaria y de mucha generosidad también. Me acuerdo cuando la acusó, muy livianamente, Camila Flores de RN… hizo toda una investigación esta diputada y tuvo que rectificar después porque estaba basado en puras falsedades. Y Carmen Hertz aceptó las disculpas, tuvo una actitud bastante digna, y yo en mí poema, que fue musicalizado por Eric Merino Gutiérrez. El arreglo lo hizo finalmente el productor del disco, Martín León. A Carmen no la conocía, la conocí cuando el tema ya estaba grabado y me la presentaron y pude abrazarla. Ella estaba muy contenta con su canción. Salsa de Chile – ¿Pudo votar en el Plebiscito? – Sí. Apruebo. – ¿Qué cree que pueda venir ahora? Es un proceso largo. – Bueno, ahora como tú bien dices, viene la parte difícil. ¿Cuál es la parte difícil? Dejar atrás el pasado y enfrentar el futuro. Creo que este es un dilema que se da en parte importante de América Latina, no solamente en Chile. Se da en Perú, Colombia, Brasil, Argentina, Nicaragua, México. Hay una convulsión de la juventud latinoamericana, pero también de los adultos y de la gente como yo, de la tercera edad. Pero creo que muy, muy, muy importante es la llegada de todo un nuevo país, hablemos de la gente menor de 40 años, o incluso menos de 50 años que no quiere seguir viviendo como ha estado viviendo durante tanto tiempo. Está absolutamente asqueada de la sinvergüenzura, la manipulación, la corrupción. – La cultura debería tener un lugar prominente en una nueva Constitución. – Estaba durmiendo siesta el minuto antes de que me llamaras, y soñaba que estaba en un manicomio y que las enfermeras eran Izkia Siches y Alejandra Matus, y yo era un loco más y mi hijo me iba a visitar. Y nos pasaban unos juegos para que nos entretuviéramos los locos que estábamos ahí. El arte y los sueños nos han ayudado a mantenernos todavía en esta vereda. El arte siempre ha estado con el ser humano, desde sus comienzos junto con, lamentablemente, la guerra también. Junto con los ritos funerarios, con la experiencia religiosa, con la comida, la forma de cocinar, con el amor, con la reflexión poética. El arte es parte de la vida. Ahora, evidentemente que lamento la expresión de la señora Consuelo Valdés Chadwick de hace unas semanas atrás, lo lamento de verdad. Creo que, o fue mal asesorada o estaba volando bajo cuando dijo la brutalidad que dijo. Pero no le carguemos todos los dados a ella y al Ministerio de Cultura. Carguémoselos también a las universidades. ¿Qué han hecho las universidades por el arte en Chile? En segundo lugar, el arte no es un problema de los artistas, como decía muy bien Tito Escárate. El problema de la cultura no es si los artistas se les paga o no o de qué van a vivir, el problema es cómo tú generas ese puente entre arte y pueblo, entre arte y comunidad, entre arte y territorio. Porque para muchos de nosotros y muchas de nosotras, ha sido muy importante un buen libro, una buena serie, una película, una guitarra, una canción. Eso nos ha hecho sobrevivir como seres humanos. Por lo tanto, el Estado debiera tener una mayor preocupación por la cultura, debiera prodigarse en los institutos de estudios, en los liceos, en los colegios, las horas de literatura, de música, de pintura, de danza. – Algo más integral. – Debiera haber talleres, trabajo para quienes nos hemos dedicado al arte por toda una vida para poder realizar talleres. Y digo taller, no digo clases porque creo que es más importante para el arte el taller que la clase. La clase en definitiva es algo que se puede evaluar y es una cierta forma de adoctrinamiento, de concepciones preestablecidas. Yo prefiero el taller, un momento de efervescencia. Entre paréntesis, estoy hace dos meses haciendo talleres de poesía online: mauricioredolesproducciones@gmail.com. En Chile hay mucha gente que está escribiendo de manera formidable, creo que es necesario canalizar, hacer llegar todos estos poemas a la gente en general. Al pueblo. Usar de nuevo la palabra pueblo. Basta ya de tanta ciudadanía, hablemos de pueblo. Hay gente que no son ciudadanos, pero son pueblo. ¿Quién no es ciudadano? Bueno, el que no tiene derecho a ser ciudadano. O sea, los que no pueden votar no son ciudadanos. ¿Y qué son ellos? ¿No son tomados en cuenta? Los niños no son ciudadanos, son pueblo. Entonces hay que levantar la palabra pueblo una vez más. Nos debemos al pueblo, somos el pueblo. Y evidentemente que el Choclo Delano, Lavín, la señora Bachelet, Piñera con ella pasando vacaciones en Caburgua, el nefasto director de impuestos internos, Fernando Barraza, no son pueblo. También hay gente que no es pueblo. Ellos no son pueblo. El pelado Insulza, la Carolina Goic, Ricardo Lagos Weber, Ricardo Lagos Escobar no son pueblo. Son la élite que nos domina. Filo con ellos. Son la derecha. Tags #Mauricio Redolés, Quiero Seguir Continuando #Algo Nuevo Anterior Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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