Sangría: Renaciendo desde la ira Entrevista con la banda nacional de sludge doom Jueves, 18 de Agosto de 2022 Han sido años turbulentos para Sangría. La última manifestación discográfica del coloso del sludge/doom chileno, “Agnosis”, fue en un ya lejano 2015 y desde ahí que van venido sorteando distintas situaciones para lanzar “Esclavos de la Ira”, un registro que los ve renacer desde la constancia y el empuje. El nuevo disco, el estallido, la pandemia, la reconfiguración de la banda, sus recuerdos junto a Eyehategod y Amanera, la reedición de su primer largo, y la importancia de ampliar los espectros, todo en voz de los hermanos Frías en una conversación al son de Corrosion of Conformity, Sleep, Amenra y Saint Vitus sonando fuerte en los parlantes. No podía ser de otra manera. •El disco nuevo ha tenido un extenso proceso de creación. Cuéntenos un poco al respecto. -Osvaldo Frías: Así es, el disco nuevo ya tiene nombre y portada. Se llamará “Esclavo de la ira” y el arte está a cargo de Anima Mundi, el fotógrafo que trabaja con Amenra. Le puso “Me gusta” a una publicación de la banda y lo contacté, le dimos las directrices de lo que queríamos y aceptó trabajar con nosotros. El disco tendrá 7 canciones, partieron siendo 5 y, luego, sumamos 2 al final. -Carlos Frías: En ese sentido, el parón por la pandemia nos dio tiempo para crear un poco más. -OF: El hecho de tener una sala arrendada por mes también ayudó bastante. Antes trabajábamos en salas que se arriendan por hora, entonces nuestro tiempo era muy acotado y nos limitaba al sonido del lugar. Cuando tienes una sala que arriendas al mes, puedes dejar tu equipo ahí y eso te permite trabajar de mejor forma en tu sonido, lo que nos tiene bastante contentos. Al principio, ese fue uno de los factores que retrasó el disco, a lo que se sumó la pandemia y ciertas situaciones en la interna. Se fue perdiendo el ritmo y el fiato que llevábamos. •¿Se fue perdiendo el fiato incluso entre ustedes que son hermanos? -CF: No, entre nosotros no. O sea, ocurre lo típico de una relación de hermanos, discutimos un día y al siguiente ya estamos arreglados (ríe). -OF: El trabajo de Pablo Benavides, nuestro primo y ex baterista, permeó en la banda. Tuvimos que tomar la decisión de continuar con él y seguir esperando a que se dieran los tiempos, o que diera un paso al costado y así poder avanzar. -CF: El estancamiento me tenía un poco frustrado. Primero, dejamos de lado el disco nuevo por las giras y las tocatas, estuvimos 2 años a full. Luego, los toques de queda posteriores al estallido social nos recortaron mucho el tiempo para ensayar, con suerte podíamos juntarnos 1 o 2 horas semanalmente. -OF: Eso hizo que los ensayos se transformaran en algo mecánico. Como había poco tiempo, teníamos que llegar y tocar lo más rápido posible. -CF: Eso nos tenía cojos, nos estábamos cayendo a un hoyo. El tiempo ya era limitado y sentíamos que Pablo no podía estar al 100%. Lo conversamos y decidió dar un paso al costado. Cuando es un tema familiar, esas decisiones son mucho más difíciles. •Ahora tienen a otro baterista. Cuéntenos quién es y cómo llegó a la banda. -OF: Es un amigo que es parte del círculo de seguidores de la banda. -CF: Pasa siempre, toda la gente con la que nos relacionamos parte como seguidor de la banda y se van transformando en amigos. -OF: Gonzalo Piña, nuestro nuevo baterista, toca en Kontra, otro proyecto en el que participo. Encuentro que Gonzalo tiene una onda parecida al ex baterista de Saint Vitus (ríe), es ideal para Sangría. Tenemos otros amigos bateristas, pero están metidos en el black metal y eso no calza mucho con nuestra propuesta. -CF: De hecho, decidimos incluir a Gonzalo porque tiene gustos musicales similares a los nuestros. •¿Cómo fue ese primer ensayo con él? ¿Calzó inmediatamente o tuvieron que darle tiempo para que se acomodara? -OF: Le fuimos enviando las canciones para que las estudiara y llegara listo al ensayo. Tiene una batería electrónica en casa y estuvo 1 mes sacando como 3 canciones. -CF: El hecho de tener las canciones listas le hizo la pega más fácil, tuvo que poner oreja y estudiar las bases de lo que ya teníamos. -OF: Su aporte se puede escuchar en las 2 canciones que hicimos al final del proceso. Recogió todo lo que estaba armado y lo asimiló bien. Podríamos decir que Pablo era más “bruto” para tocar y Gonzalo es más técnico. •Después de todo el proceso que pasaron, ¿están más tranquilos con el resultado? -CF: No vamos a estar totalmente tranquilos hasta que veamos el disco publicado. Lo que sí nos deja contentos es haber terminado el proceso de composición de las canciones. Vamos a maquillarlas más, pero eso se hace estando ya en el estudio. -OF: En “Renaces de la miseria” hicimos una canción completa en el estudio, mientras lo estábamos grabando, la inventamos en el momento. •¿Han pensado en algún sello que mueva el disco? ¿Alguno nacional o internacional? -OF: Hay un sello chileno que está interesado, pero nos puede dar 30 copias. En ese sentido, quizá conviene más trabajar con uno internacional que puede darte hasta 60. “Agnosis” fue un bombazo, nos dieron el 20% de la distribución y eso difícil de lograr para una banda underground chilena. Ese trato se hizo con W.I.F.A.G.E.N.A Records, sello alemán que lamentablemente ya no existe. -CF: Los tratos con sellos extranjeros siempre son mejores. -OF: Lo que nos interesa es el vinilo, el tiraje en cd lo podemos hacer nosotros mismos y podemos trabajar con alguien que la haga en casete. -CF: El problema es que no todos tienen donde escuchar vinilos. -OF: Pero el casete se mueve harto igual, incluso hay gente que los tiene más por colección que para escucharlos. •¿Y cómo se viene la mano musicalmente hablando? ¿Hay cambios? ¿Voces limpias? ¿Más atmósferas? -CF: Soy un gran fanático de los pedales de delay que se utilizan para crear atmósferas y esta vez traté de incorporar eso en Sangría, reducir un poco el “machaque”. -OF: En mi caso, se podría decir que juego un poco más con las voces que en el anterior “Agnosis”, incluso algunos agudos. •¿Y eso tiene que ver con las letras? -OF: Sí, en parte. “Agnosis” tenía harto de política, por ejemplo. La primera canción se llama ‘Dueños de nada’, que es una reclamación, me inspiré harto en los episodios del estallido social. ‘Confrontación’ también habla de las protestas. ‘Somnia’ tiene que ver con un sueño que se hace muy real. ‘El Ancestro’ es un instrumental, ‘Ruinas del hombre’ tiene un mensaje bien subliminal, es como un cuento. En ‘Sentencia y agonía’ pensé en un hombre que está a punto de morir y la última es ‘Origen’, que trata sobre el principio y el fin de algo. Es un disco bien político. -CF: En cuánto a la composición, ‘Origen’ es la canción más antigua. -OF: Y quizá nuestra canción más post metal… Un ambiente distinto •Oss, tu decías que te inspiraste mucho en el estallido. Ustedes tocaron el 18 de octubre junto a Electrozombies en Mi Bar. ¿Cómo fue esa experiencia? -CF: Ese día en la tarde teníamos arrendado un furgón para llevar los equipos a MiBar. Cuando salimos de Pudahuel estaba todo más o menos despejado, pero cuando nos metimos al centro había un taco infernal. En el aire se respiraba un ambiente distinto, estaba pasando algo. Nosotros no cachábamos mucho, estábamos mentalizados en otra cosa. -OF: Nos demoramos como 4 horas en llegar a MiBar. La tocata se desarrolló igual, pero mucha gente, sobre todo parejas, decidieron irse pronto. Los más fieles se quedaron y después no encontraban locomoción para irse. La vuelta a casa fue lo más difícil, el furgón tenía que esquivar las barricadas, era como una película. -CF: Cuando ocurrió lo del metro nosotros estábamos absolutamente desconectados. Estábamos probando sonido, en otra. Nunca dimensionamos lo que estaba pasando. •¿Se acuerdan de cómo fue la tocata en sí? -OF: Fue una buena tocata, de hecho los de MiBar siempre se acuerdan de esa fecha. Fue una tocata normal, como te decíamos, lo más complejo fue la vuelta. -CF: Las ganas de tocar siempre estuvieron. -OF: Al otro día había que salir a protestar. Algo pasó ahí. -CF: Es que tendría que haber pasado hace mucho tiempo atrás. -OF: Lo sorprendente es que la gente estuvo harto tiempo en la calle, eso no había pasado en otros países. Bueno, hay algunos que siguen hasta el día de hoy, pero casi se ha transformado en un carrete. Se perdió el foco. Cuando tocamos en Ritual Eléctrico anduvimos por el sector y había casas tomadas, cosas así. Creo que ahora hay que esperar los efectos de lo que se vivió en el estallido. •Sangría siempre ha sido una banda que encara temas políticos. ¿Qué sensaciones les provoca este nuevo Chile que se está armando? -OF: Igual hay esperanza de que puedan surgir cosas nuevas, pero a la larga igual ves que los personajes se van volviendo marionetas, tampoco pueden ir en contra de ese poder. -CF: Participar en las protestas me trajo recuerdos de mi infancia. Mi mamá nos llevaba a eventos en contra del régimen en los 80, a hacernos presentes incluso siendo niños, a ver bandas, todo con una onda muy familiar. Vivo a pasos de La Moneda y ver a los milicos transitando por el sector después del estallido fue súper crítico. Ibas a comprar el pan y no sabías con qué te ibas a encontrar, a veces pasaban camiones con militares y te quedaban mirando. Cuando me pasó, me quedé congelado, no atiné a nada. -OF: Las letras de Sangría tienen mucho que ver con el entorno, con las experiencias y con lo que uno ve en las noticias. -CF: El sonido también tiene que ver con lo que uno vive. Nosotros trabajamos con máquinas todo el día, cortando metal y fierros. Eso te va quedando en la cabeza y lo llevas a la música. -OF: De hecho, gracias a nuestro trabajo tenemos una anécdota con Amenra. Nosotros teníamos los fierros que ocupan en ‘Boden’, hay dos que ocupa el baterista y otros dos el vocalista. Encontré los fierros que producen ese sonido en la calle (ríe), los corté y, además, me quedé con unos para mí. -CF: Tony Iommi de Black Sabbath tiene mucha razón cuando dice que el sonido de la fábrica te va forjando el oído. Es una influencia. -OF: ¡Como Godflesh! (ríe). •Hablando de Amenra, ¿cómo fue tocar con ellos y antes con Eyehategod? -OS: Los de Eyehategod eran peluzones, como cabros chicos. ¡Nosotros estábamos piolita! (ríe). -CF: Uno ya pasó la etapa del desorden, de consumir huevadas, pero te encuentras con tipos más viejos que todavía están en esa y uno queda impresionado. -OS: Jimmy Bower es como un viejo chicha de esos que te encuentras por Mapocho (ríe). Me acuerdo que le presté mi afinador y en mi interior dije: “si no vuelve, no importa, se va de gira con Eyehategod” (ríe). Me lo devolvieron igual. -CF: No probaron sonido. Se subieron a tocar y listo. Antes nosotros éramos así, llegábamos y nos enchufábamos. Ahora hemos aprendido a cuidar el sonido, trabajamos con un ingeniero, uno va aprendiendo. Estar en esa parada te puede salir muy bien o muy mal. -OS: Los de Amenra estaban metidos en su onda. -CF: Sí, probaron sonido y de ahí desaparecieron hasta subirse al escenario. -OS: Les regalé poleras, cds y vinilos de Sangría. Al día siguiente, Colin H. Van Eeckhout, el vocalista de Amenra, subió una foto con una polera de la banda. Pude hacer lo mismo cuando vino Neurosis. Enzo Toledo, nuestro antiguo diseñador, pudo entrar al backstage y les entregó nuestro material. •Finalmente, muchachos, teniendo en cuenta que hay un público fiel que asistió a eventos como Neurosis, Eyehategod o Amenra, ¿sienten que hay una escena para el sludge metal en Chile? -OS: Al principio nosotros tocábamos con varias bandas de Stoner, pero después los caminos se fueron abriendo. -CF: Tocamos con Yajaira o Hielo Negro en distintos escenarios y siempre éramos los mismos. Hay bandas nuevas que están tomando este sonido, pero son más subterráneas. -OS: Occultum tiene un sonido súper humeante y lo de Demonauta tira más hacia el lado de Kyuss, por darte algunos ejemplos. Sí hay hermandad entre bandas, pero al final cada uno se las arma como puede. En el metal se ve más unión, pero también a veces más conflictos. Esta música no es masiva, más de 50 personas no van a ir a una tocata del estilo. Hay fanáticos que van llegando, pero al mismo tiempo otros se van retirando cuando van formando familia porque cuesta ir a tocatas. -CF: Varias bandas con las que compartimos fueron muriendo en el camino y ahí tú te vas dando cuenta de lo difícil que es mantenerse. A nosotros nos pasó, estuvimos parados, nuestro futuro era incierto. Veníamos con la ansiedad de lanzar un material que no pudimos lanzar en su momento con la formación original, era una carga. Mi idea no es llegar y sacar cualquier cosa. -OF: Claro, había que conseguir a alguien que le gustara el estilo en la batería para que no se aburra tocando algo que no es técnico. •Y ahora que ya encontraron esa pieza que faltaba y que están de vuelta. ¿Cuáles son los planes para seguir avanzando? -OF: Queremos ir a Europa. Cuando trabajamos con W.I.F.A.G.E.N.A Records estuvo la oportunidad de hacerlo, pero conseguir un mes en el trabajo para hacerlo era difícil. Hubiéramos nacido en Holanda, quizá no tendríamos ese drama (ríe). •Cuando uno ve documentales como “The Doom Doc” (2017) de Connor Matheson, se da cuenta de que todas las bandas en el mundo pasan por las mismas cosas en el underground… -OF: Hay bandas chilenas que igual salen al extranjero, tiran raíces allá y forman contactos. -CF: Yo creo que pasa también porque esta música no es tan masiva, como te comentábamos. La proyección de nosotros es tocar y enfocarnos en sacar un disco que te haga sentir validado. Escuchar el material que estuviste preparando por tanto tiempo, eso es satisfactorio. -OF: Queremos sacar discos más seguidos, ha pasado mucho tiempo desde “Agnosis”. A pesar de los tratos, igual es rico sacar tu material con un sello nacional, no es descartable. Ahora estamos trabajando con Imbunche Records en España para sacar la reedición de “Renaces de la miseria”, que estará remasterizado y nos enviarán la mitad de las copias. Mejor trato que ese imposible. Estamos contentos con esta renovación del catálogo. •Eso también les sirve a la hora de tocar con otras bandas y llevar su material, abriéndose a otros públicos de otros estilos. La fecha con Lefutray es un ejemplo de ello, ¿no? -CF: Totalmente. Es bueno ir a ver bandas de distintos estilos. Si vas a ver a una banda de death metal que te gusta y tocan con otras 5 del mismo estilo, al final eso te puede saturar. Es bueno ir mezclando. -OF: De hecho, primero hablamos con los muchachos de Nuclear, así que también puede salir algo por ahí en el futuro. La intención es ampliarse y no tocar siempre con las mismas bandas. -CF: Es importante tener una visión más abierta. -OF: Lefutray toca un metal moderno y es bueno estar con ellos porque nos abre un nuevo espectro. Por Pablo Cerda Fotos: Cinco Ojos Tags #Sangria Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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