Eduardo Gatti: Medio siglo de vida y aventura «El rock siempre está, no va a desaparecer nunca» Domingo, 25 de Septiembre de 2022 (Publicado originalmente en revista #Rockaxis222, diciembre de 2021) Chile, país en que los cantautores y poetas abundan, pero donde solo uno de ellos tiene en su currículum haber encabezado a una de las bandas de rock más explosivas, honestas y particulares de nuestra historia. Eduardo Gatti, honrado en 2021 con el Premio Presidente de la República, nos habla de su ya más medio siglo de carrera, de la dualidad entre el guitarrista de rock y el cantautor, y del presente de un nombre fundamental: el autor de ‘Los momentos’, ‘La loba’, ‘Navegante’ y tantas más. Por Cristofer Rodríguez El año 2020 recibió el Premio Figura Fundamental de la Música Chilena de la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales, SCD. Un año más tarde, fue galardonado con uno de los reconocimientos más importantes de la cultura local: el Premio a la Música Nacional Presidente de la República. Eduardo Gatti cumple 53 años de trayectoria imparable que, con justa razón, lo han consagrado como un pilar de la música popular chilena. Los ojos del cantautor han vivido la pandemia y la crisis social con distancia y preocupación, pero también con el privilegio de ver su obra reconocida, en un país que suele deleznar a sus ídolos. Versiones de sus canciones más emblemáticas y un documental sobre su aporte musical son solo algunos de los hitos más importantes de este cantautor rockero. Uno de los pocos que tenemos en Chile con esa dualidad. Gatti siempre lo tuvo claro: lo suyo era el arte, la poesía y la música. Si nos encontráramos con el joven Eduardo de 16 años viajando por Tobalaba en una micro, nos respondería que, en el año 2021, seguiría dedicándose a la música. Tal vez no imaginaba ser uno de los cantautores emblemáticos del cancionero nacional, haber compuesto piezas como ‘Los momentos’ o ‘Navegante’, ni pararse solitariamente con su guitarra acústica a llenar un escenario tan importante como la Quinta Vergara. Pero, eso sí, se hubiese imaginado enchufado con una guitarra eléctrica a un amplificador Marshall, tocando riffs coléricos en una banda tipo The Beatles o Cream. «Me planteaba más bien como un guitarrista de rock o parte de un grupo, no tanto en primera línea, una cosa como más de oficio, pero siempre pensé que iban a ser 50 años en la música, de todas maneras». Indistintamente del formato, el repertorio o el lugar, la música estaba destinada a ser un pilar de su existencia. Nacido en una familia que siempre apoyó sus inclinaciones artísticas, el niño que era entonces a inicios de los años sesenta encontró en el acordeón y luego en el piano clásico un cobijo para desarrollar sus aptitudes. No funcionó. Una mala experiencia con su profesora lo alejó del camino de las teclas y el aprendizaje musical, hasta que escuchó a un compañero tocar guitarra clásica. «Un día, a un compañero de curso lo veo tocando unas cosas preciosas en guitarra y me dijo que estaba tomando clases de guitarras con Don Arturo González y caí envuelto en fuego con la guitarra. Dije, “este es el instrumento que me gusta”, y empecé a tomar clases con él. Gran profesor, el mejor que he tenido». – ¿Por entonces todavía estabas alejado de la guitarra eléctrica? – Empecé a tomar clases de guitarra clásica primero, pero lamentablemente aparecieron los Beatles y los Rolling Stones (ríe). – ¡Afortunadamente! – ¡Claro! Afortunadamente (vuelve a reir) y dije, «no, voy a aprovechar toda esta técnica para esta música de mi generación». La SCD suele reconocer a los artistas luego de cumplir 50 años de historia. La reciente premiación por el organismo y el documental estrenado en honor al músico, “Eduardo Gatti: El canto propio”, han provocado una confusión en el público. Eduardo Gatti no acaba de cumplir medio siglo de carrera artística. Son exactamente 53 años desde que grabó sus primeros acordes para el sello EMI como guitarrista del grupo beat The Apparition. «Cuando los Apparition se acabaron, mis padres arrendaron una casa en Isla Negra en el verano del 59, yo sabía que los Blops ensayaban Isla Negra. Ellos hacían covers, pero los covers que hacían eran más “camino de tierra”, más Doors, Cream, una cosa como más interesante, como los Animals. Fui donde ellos que estaban tocando en una ramada muy improvisada, pero llena de gente, y les dije: «estoy cesante y me gustaría tocar con ustedes». Tocamos todo ese verano y ahí empezó el pololeo. – Un pololeo en una época de alta densidad cultural y social, con rock y Nueva Canción Chilena. Sus colaboraciones con Ángel Parra y Víctor Jara son conocidas, pero también con Patricio Manns en su disco homónimo de 1971. Tal vez, la colaboración más desconocida y de la cual se habla menos. – Si, es verdad. Fueron tantas las cosas que pasaron en ese tiempo que tengo apenas un recuerdo borroso. Incluso hubo un momento en que fue el mismo Patricio que me lo recordó. Después lo he ido escuchando y tratando de acordarme en qué onda hicimos todo eso. La verdad no tengo recuerdos fotográficos de alguna sesión. Patricio es otra persona que veía más allá. Lamentablemente se nos fue. – ¿Sientes que no se ha hecho justicia con el aporte de Patricio Manns a la cultura chilena? – Es difícil ese tema. Creo que uno puede vivir quejándose o trabajando en lo que haces y a mí no me gusta mucho eso de la queja. Pato Manns recibió muchos reconocimientos, varios importantes, como el Premio Presidente de la República. Además, no era una persona ninguneada, estaba en la palestra. Lo que pasa es que los músicos chilenos no tenemos eso que pasa en Argentina o Brasil, donde el público es muy hincha. Es un problema social de Chile, de mirar siempre pa’ afuera y hay que asumirlo no más. – Afortunadamente, el primer disco de los Blops hoy está disponible en Spotify y se lanzó en vinilo. ¿Hay interés en repetir el trabajo con los otros discos? – El sello chileno BYM Records se interesó por esto y nos plantean editar el primer disco. Lo escuché y está muy bien grabado, no se le puede sacar más sonido porque no da para más la tecnología original, pero con lo que había quedó muy bueno, hecho en Estados Unido con otra tecnología. Además, un diseño muy bonito, de lujo. Ahora estamos conversando para ir avanzando con los otros discos. Se detiene un poco el tiempo Existe un Gatti rockero. Guitarrista explosivo, lisérgico y pesado. Colérico sin causa y hippie por definición. También existe un Gatti cantautor. Sensible, melódico y poético. Más alejado del gran escenario y cercano a peñas y cafés. Una dualidad que dentro de su generación pocos desarrollaron tan bien. Un delicado equilibrio entre Eric Clapton y Bob Dylan. Entre Carlos Corales y Víctor Jara. Una especie de Neil Young, sin envidiarle nada al canadiense. «Me veía más como guitarrista, pero en los Blops se dio que el resto empezó a componer. El primero que llegó con una canción instrumental, que se llamaba ‘Barroquito’, fue Juan Pablo Orrego, y ese fue el puntapié inicial como para decir “bueno, porque no componer y hacer nuestras canciones”». – ¿Te sientes un cantautor pionero? – No, porque eso era algo que ya existía. Antes de mí estaban Ángel Parra, Víctor Jara, Patricio Manns, Rolando Alarcón y la Violeta, nada menos. En Estados Unidos, Bob Dylan, Donovan en Escocia y Leonard Cohen en Canadá. En ningún caso fue algo original, más bien las circunstancias me llevaron a eso. Cuando se terminaron los Blops en 1981 ya no quería trabajar con grupos, pero tenía bastantes canciones originales que podía mostrarlas en un álbum, que fue mi primer disco , “Eduardo Gatti” y que salió el año 82. – Tu venías del rock, del pop, de la música juvenil de los setentas antes de ser solista. En Chile teníamos grandes cantautores más bien ligados al folclor, pero era poco habitual ver cantautores que habían surgido al alero del rock. – Sí, puede ser que en Chile haya sido en ese sentido pionero, pero a Dylan lo conocí cuando tenía 14 años, entonces a mí me impresionó mucho lo que había en él y eso quedó ahí como una semilla, de modo que cuando ya fui solista, para mí tenía esos referentes. Cuando empiezo como solista hay una tremenda influencia de la música clásica que el rock ya lo tenía, pero quería darle una impronta más universal, sin dejar el rock, en canciones como ´Sambaye’ o la misma ‘Francisca’, que son canciones que tienen su rítmica bastante clara en ese sentido. Es cosa de que uno despierte de repente uno o el otro, el rockero o el cantautor. Ahora estoy tocando con mi hijo Manuel y solito aparece la parte rítmica. El rock siempre está, no va a desaparecer nunca. En mi casa estoy siempre listo, como boy scout, y lo que más toco es la guitarra eléctrica. Queremos retomar una gira de los 50 años suspendida por la pandemia y voy a estar con eléctrica y con acústica. Vamos a incluir canciones del disco “Locomotora”. El rock no muere nunca. – ¡El rock no desaparece! ¿Se escucha mucho rock en tu casa? – Sí, claro. He redescubierto a los Beatles, que no puedo creer lo que fueron capaces de hacer, es impresionante, sobre todo a partir de “Rubber Soul”. Pero además “Machine Head” de Deep Purple, que para mí es uno de los mejores álbumes de rock que existe, además lo grabaron en el estudio móvil de los Rolling Stones en un hotel abandonado y no sé cómo lograron esa cuestión tan exquisita. Es mi álbum de rock favorito. También mis amados y queridos Led Zeppelin y Cream. – ¿Nada nuevo? – No, lamentablemente el rock en este momento está en un pequeño bajón, como que no ha habido mucho rock, hay unas hueás más raras que la cresta (ríe), pero está bien, a lo mejor es bueno dejarlo descansar un rato. Pero ya va a volver, te lo aseguro. – En este ciclo de homenajes han aparecido algunas versiones de tus canciones con estilos muy cruzados. ¿Qué opinas de esta mixtura para entender el pop y el rock que tienen las nuevas generaciones? – Bueno, estoy tremendamente agradecido de todos los artistas que han hecho estas versiones, porque a muchos de ellos ni siquiera los conocía. Los conocí cuando se lanzó el documental y me encantaron las versiones que hicieron, así que en ese sentido estoy muy, muy agradecido de la disposición y el cariño. Soy de una generación bien distinta a la de ellos. – ¿Esta distancia la percibes también en las letras? ¿Cómo ves que componen hoy? ¿Percibes las mismas inquietudes de tu juventud? – En cierto grupo de compositores, sí, de todas maneras. Son canciones con sentido. Obviamente es una generación distinta, pero muchos de los problemas básicos que tenemos como seres humanos siguen siendo los mismos. Hay un grupo de cantautores que a mí me gustan mucho sus letras y su música, como Manuel García, Nano Stern, Magdalena Matthey, Camila Moreno o Gepe, que lo encuentro un experimentador fascinante. Les tengo mucho respeto, porque además son capaces de pararse solos en un escenario. Esencialmente, así no más – A propósito del uso político de ‘Los Momentos’ por parte del candidato presidencial del Partido Republicano, ¿qué es lo que más te molestó? – Obvio, ¡claro que me molestó! Lamentablemente un grupo hizo esa cuestión que encontré muy burdo y de mal gusto. Si ese Whatsapp (video) le hubiese llegado a una sola persona, me hubiese dado lo mismo, pero se viralizó demasiado. Entonces, tuve que explicar que nunca di ese permiso para que ‘Los momentos’ apareciera en una campaña del candidato Kast. Y no lo haría. – ¿Después del plebiscito de 1988 decidiste alejarte de la política? – Sí, porque a mí me gusta mi trabajo. Si tengo que decir algo, lo digo en una canción, como en 'Bolero de la esperanza' que acaba de publicarse y habla de lo que hemos estado viviendo en estos dos años. Hice las guitarras y tiene un arreglo de cuerdas de Cuti Aste. – ¿Cuál es tu balance de este más de medio siglo como navegante de la música chilena? – Ha sido una pega dura, pero bonita. De los 50 años, 30 fueron sobrevivir, pasando pellejerías, endeudado, criando cuatro niños. La ayuda de mi mujer ha sido fantástica, llevamos 40 años juntos. Recién ahora puedo hacer otras cosas que también me gustan, estar en mi casa, leer. El camino del arte es duro, hay que ser perseverante, está lleno de obstáculos, de malentendidos. Grabas en un sello, de repente cambian de director artístico y de pronto a ese director ya no le interesa lo que haces. Los mismos canales, que desde los noventa empieza a desaparecer la música y hoy ya no existe en la televisión. Si te invitan a un canal es para hablar cualquier cosa. Pero no me arrepiento. No pensé que iba a poder tener canciones que la gente iba a escuchar y ese tipo de cosas. Las cosas se fueron dando como se dieron, sin mayor intencionalidad de mi parte. En el primer álbum de los Blops metimos 'Los momentos' al final, de relleno, porque faltaba una canción y pasó todo lo que pasó, algo que ni en mis más locas fantasías me hubiese imaginado que tendría ese éxito. Y acá estamos ahora. Tags #Eduardo Gatti #Blops #Premio Presidente de la República Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. Ultimos Contenidos Chile Noticias Escucha ''Ciudades Vacías'', el primer álbum de Templos Lejanos Lunes, 07 de Octubre de 2024 Chile Entrevistas El chileno que renovó el sonido de The Art of Noise Lunes, 07 de Octubre de 2024 Chile Noticias Rubio celebra su nominación a los Grammy con 'Las Voces del Jacaranda' Lunes, 07 de Octubre de 2024 Chile Noticias 'En Mil Años': escucha la nueva colaboración entre Natisú y Nando García Lunes, 07 de Octubre de 2024 Chile Noticias Niño Cohete vuelve a Matucana 100 Lunes, 07 de Octubre de 2024 Chile Noticias Ángel Parra Trío prepara el lanzamiento en vivo de ''Desde el Alma'' Sábado, 05 de Octubre de 2024 Chile Noticias Bodenos lanza 'Nueva Realidad', adelanto de su siguiente álbum de estudio Viernes, 04 de Octubre de 2024 Chile Noticias Amanitas regresa de su larga pausa con 'Todo es circular' Viernes, 04 de Octubre de 2024