Mario Breuer: Crecimiento y satisfacción La trastienda de «Era luz» de Alectrofobia Domingo, 09 de Octubre de 2022 (Publicado originalmente en revista #Rockaxis208, octubre de 2020) No habla ni de políticos ni de dentistas y tampoco le gusta que lo presenten como “el ingeniero de los grandes y famosos”, pero sí confiesa que le encantaría tener un sello como el de Rick Rubin y hasta una barba tan grande como la del productor estadounidense. Así es Mario Breuer, uno de los personajes más importantes de la música latinoamericana, aunque a él no le guste reconocerlo. Su búsqueda constante por mantenerse al tanto de la música joven encajó a la perfección con el espíritu transgresor de Alectrofobia, con quienes vuelve a unir fuerzas en su nuevo disco “Era Luz”, que además cuenta con el mastering del histórico Greg Calbi (famoso por su asociación con John Lennon, David Bowie, Ramones y un largo etcétera). El productor argentino, además, tuvo la misión de superar lo antes alcanzado en “Violenta Fortuna” (2018) en medio de una pandemia que no hizo otra cosa que afianzar los lazos. – Cuando comenzaron a trabajar en “Era Luz”, ¿se preguntaron cómo lo iban a hacer para superar lo hecho en “Violenta Fortuna”? – La meta siempre es superar el disco anterior, uno trabaja para eso y creo que “Era luz” cumple el cometido. Alectrofobia es una banda de “músicos esponja”, aprenden mucho y muy rápido. No solo hay una relación profesional de por medio, hay un cariño casi familiar y una dinámica de profesor/alumno. A veces yo soy el profesor y ellos mis alumnos, pero en otras es justo al revés. No solo es una banda que es muy buena musicalmente hablando, sino que son muy inteligentes. En ciertos aspectos, me recuerdan a Soda Stereo. Sus propuestas no tienen nada que ver entre sí, pero hablamos de un trío que tiene las ganas de mejorar. – ¿El hecho de no estar juntos físicamente fue un cambio muy fuerte? – Para mí, sí es un cambio fuerte. Cuando me llegaron las maquetas de “Violenta Fortuna”, ví que teníamos mucho por hacer. Intervine tanto las canciones junto con mi ayudante Eduardo Giardina que pensé que no iban a querer trabajar conmigo. Cuando me llegaron los demos de “Era Luz”, no tuve que hacer nada. Me preguntaba si estaba escuchando bien o si estaba cansado (ríe). Dejé pasar el fin de semana y, cuando volví a escuchar las canciones, solo sentí que tenía que hacer tres o cuatro cambios y nada más. Se las mandé a Edu y me contestó: “negro, de todas las canciones que me mandaste tengo tres huevadas para decirte y nada más”. Eso me parece increíble, la banda creció mucho, al punto de que pueden hacer punk radical como el de ‘No seas policía’. Si no la hubiesen hecho antes, yo mismo les hubiera pedido una canción como esa (ríe). Estoy convencido de que este es un mejor disco que “Violenta Fortuna”, incluso con estas dificultades que, al final, no fueron tal porque son niños muy obedientes, hacen sus tareas y piensan bien lo que tienen que hacer. Cuando decidimos hacer el disco en pandemia, tuve que desarrollar una metodología con lineamientos muy distintos a los normales. Todo se hizo de manera relajada, a la hora de grabar estuvimos todos conectados via zoom. Si bien, no estuvimos juntos en tiempo real, siguieron la pauta de trabajo y los protocolos muy sabiamente. – “Violenta Fortuna” es un disco que entra a la primera, pero “Era Luz” requiere un par de escuchas para enganchar. ¿Lo sientes así? – ¡Es un disco que pega en la tercera o cuarta escucha! Por lo general, yo apunto hacia ese lado. Muchos de mis discos favoritos han tardado en gustarme, tienen cosas escondidas, “malicias” de producción. “Violenta Fortuna” es un tren que no lo ves venir y ya te pasó por encima. Es un disco muy especial, porque tiene la mística de lo que le pasó a Alonso. Habían muchas cosas dando vueltas en ese período. Se grabó cómo se tienen que grabar los discos, en un estudio de muy buena calidad, con una colección de baterías históricas y un equipo gigantesco para el bajo. Lo que no tenían era la experiencia, en cambio, “Era Luz” tiene tres o cuatro canciones que van a trascender el estilo porque gozan de una madurez compositiva. ‘Dispárame’, ‘La verdad verá la luz’ y ‘Discusiones’ son increíbles, pueden gustarle a gente de otros nichos. ‘Globalización’ estuvo en duda, no le tuve fe hasta el último momento (ríe). Se suponía que iba a ser una canción con cuatro canales, muy fácil, pero terminó con treinta y ocho o cuarenta. Gerardo me mandó una pista de diyeridú y no sabía dónde meterla entre tanta distorsión y griterío. Lo puse en la mezcla y me fijo que partía después del arranque de la banda, pero yo decidí ponerlo al principio, eso es pura malicia. Me suena como a esas canciones de estadio a lo ‘We Will Rock You’ de Queen. A veces me pasan esas cosas, de buenas a primeras pienso que el tema no va a llegar a ninguna parte, pero el último día digo: ¡Este es el tema! Hace mucho que no tenía un proyecto con tanto crecimiento y que me diera tanta satisfacción como Alectrofobia. – El rock argentino permea ciertos rincones del disco. ‘Nunca seas policía’ tiene el espíritu de un estadio de fútbol, ‘Yo te quería tanto’ tiene unos vientos que recuerdan al “Signos” de Soda Stereo y ‘Se casa con su hermana’ tiene un aura a Los Fabuloso Cadillacs al principio. ¿Los chicos trajeron esas ideas o fueron direcciones que les diste tú? – Se pueden manipular ciertas estructuras, pero a mi me gusta que a las bandas se les noten las manchas, los olores y que se les reconozca por lo que son. Es común que en nuestra región los músicos tengan alguna canción que se parezca a Soda Stereo, a La Ley, a Los Tres o a Café Tacvba, pero, a la hora de producir, yo no soy mucho de usar “apellidos de referencia”, como decíamos con Charly García, trato de alejarme de eso. No puedo trabajar con bandas que no pueden despegarse de sus influencias, mi intención siempre es que suenen a ellos mismos. – Alectrofobia es una banda que suena a ellos mismos. En la promoción del single ‘Discusiones’, Gerardo le mencionó a radio Sonar que sus discos favoritos eran “Corazones” de Los Prisioneros, “Traga” de Fiskales Ad-Hoc y “Nevermind” de Nirvana, pero no se parecen a ninguna de esas tres bandas. “Era Luz” sigue la senda de trazar el camino propio. – Soy un gran destructor del músico “wanna be”. Alectrofobia tiene su propio sonido porque es una conjunción de músicos bestiales, cada uno tiene un sonido muy particular y una química sonora magnífica. He defendido mucho que eso sea así, les he sacado esas cosas que me recuerdan a otras bandas, pero es inevitable para cualquier artista tener su norte. Seamos honestos, a mi también me gustaría hacer discos que suenen como los de Rick Rubin. Yo también quiero la barba larga, tener el sello discográfico más inteligente y exitoso de la historia de la humanidad como Def Jam, y hacer discos tan relevantes con System of a Down y Johnny Cash (ríe). – Hablando de grandes nombres, ¿tú propusiste a Greg Calbi? – Sí, he masterizado muchas veces con Greg Calbi en discos de Charly García, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, y varios más. Cuando escuché la maqueta de ‘No seas policía’, me acordé de Green Day, entonces lo vinculé al trabajo que Calbi hizo con ellos. Es mi segundo ingeniero de mastering favorito, el primero es Ted Jensen, pero cobra tan caro que no es para nuestra región. No digo que nadie pueda ir y pagar 15.000 dólares por un mastering, pero él no encontró otra manera de achicar el flujo de trabajo que aumentando la tarifa. Por otro lado, una de las características de Sterling Sound es que, a diferencia de otros ingenieros de sonido, se especializan en defender a muerte el sonido de la mezcla. Lo que yo le mandé es casi lo mismo que recibí de vuelta, ¡pero el volumen que tiene llega a ser casi ridículo! (ríe). Yo casi pido una segunda vuelta con menos volumen y no lo hice porque el colorado Gerardo me hubiese matado (ríe). Después de trabajar con Sterling Sound, ya no crees en nadie más. – Has podido trabajar con distintas generaciones de músicos. ¿Qué te llama la atención de arrimarte a las generaciones más jóvenes? – Hace poco cumplí cuarenta años de ingeniero y me doy cuenta de que siempre he hecho lo mismo. Me presentan como “el ingeniero de los grandes y famosos”, y yo no me siento así, yo soy el ingeniero de los emergentes que me buscan. Algunos de ellos se convierten en famosos, pero ni siquiera es porque hayan acudido a mí, el mérito es de ellos. Por ejemplo, estoy mezclando el nuevo disco de la cantante Mariana Michi y a fin de año hacemos un disco con el dúo mendocino Alejo y Valentín, yo siempre estoy buscando músicos nuevos. Tengo problemas de ansiedad (ríe), me aburro rápido y necesito que me mantengan divertido. Tengo un estudio en medio del bosque, estoy mezclando, haciendo y produciendo discos increíbles porque tengo esa necesidad de mantenerme “pum para arriba”, como dice nuestro famoso filósofo argentino Marcelo Tinelli. Por Pablo Cerda Tags #Alectrofobia #Era Luz #Gerardo Elgueta #Mario Breuer #Rudy San Martín #Alonso Cabello Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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