We Are One Tour: Hablemos de sentimientos Sábado, 05 de Marzo de 2016 Viernes 5 de marzo. Kmasú PremiereEra una de esas jornadas llamadas a ser históricas, pero sólo terminó convirtiéndose en una entretenida -y emotiva- tarde noche de punk rock. Quizás pueda ser una descripción un tanto tajante, pero así, al menos, desde la subjetividad claro está, definiría lo sucedido el viernes 4 de marzo en la Kmasú Premiere durante la realización de We Are One Tour, evento que contó con la participación de Adrenalized, Mute, Belvedere y Lagwagon.Cuando se anunció el cartel, hace ya varios meses, se replicaron numerosos comentarios, sobre todo a través de las redes sociales, festejando el lineup. Es que tener a cuatro bandas internacionales en un mismo show no es algo que se vea todos los días en Chile. Sin embargo, faltaron elementos para que el show se convirtiera en uno de esos conciertos inolvidables.Los encargados de abrir los ruedos fueron los vascos de Adrenalized, quienes salieron a escena a las 19:00 horas. Pese a que el sonido no los acompañó en ningún momento, problema que lamentablemente se hizo constante con todas las bandas, brindaron un show que, sin ser sobresaliente, fue encendiendo los ánimos del público a medida que transcurrían los minutos. Se generaron varios circle pits gracias a un setlist centrado principalmente en Docet Umbra (2011) y Tales From The Last Generation (2013), sus trabajos más aclamados y que posibilitaron el fichaje del grupo con el sello francés Effervescence Records, casa discográfica de otros interesantes exponentes del estilo como Straightaway o Forus.El principal reproche a los oriundos de Donosti tiene que ver con la falta de elementos distintivos en su propuesta. Son una buena banda, pero aún les falta dar un paso más allá para adquirir un sonido propio y no convertirse en grupo standard de punk técnico.Quienes sí tienen un sello propio son los canadienses de Mute. Liderados por el carismático y multifacético Etienne Dionne se han transformado en una de las agrupaciones mas interesantes de la nueva camada de exponentes del estilo, lo que dejaron en evidencia desde que comenzaron a tocar Bates Motel, provocando inmediatamente una cálida recepción por parte de la gente. El show de los quebequianos, que se concentró en los cortes de Thunderblast (2011), no se sustenta sólo la polifuncionalidad de su baterista-vocalista, sino que en el gran trabajo que realizan sobre todo el guitarrista Alexis Trepanare y Jean-Philippe Lamonde con el bajo, quienes generan una interesante mancomunión en el escenario. Es sorprendente ver como sin ser un grupo de primera línea han logrado construir una respetable camada de seguidores en Chile, los que probablemente se acrecentaron luego de su sólido debut en Chile el 2014 y que aumentaran después de la presentación de ayer. Pese a también comenzar con un sonido deficiente, con el transcurso del show éste fue mejorando, realizando, en el aspecto musical, el show más interesante de la jornada.Luego fue el turno de sus otros compatriotas, Belvedere, la banda ícono del punk técnico. Lo cierto es que sí ese estilo ha penetrado con fuerza en nuestro país es principalmente responsabilidad de esta banda de Alberta, quienes con su propuesta que amalgama velocidad, intensidad, tecnicismo y melodía, se transformaron en el principal referente e impulsor de un sonido que se hizo muy característico en la escena local hace un par de años.Subhuman Nature, del Fast Forward Eats The Tape (2004) abrió el show, seguida de Threes a Crowd, para luego dar paso a The Only Problem With Wishful Thinking y Excuse Me, Can I Use This Chair?, del Twas Hell Said Former Child (2001), disco considerado como la piedra angular del punk melódico acelerado y técnico. La gente estaba extasiada en la cancha. Probablemente muchos veían la ocasión no sólo como el debut del grupo, sino como una especie de revancha luego de la frustrada visita de la banda el 2004, cuando sorpresivamente se canceló la presentación el grupo en una show donde iba a compartir escenario con Peor Es Nada, Fakie, Falsa Ilusión y los uruguayos 4 No 1 en la Rockola.A ratos era tal la magnitud de la respuesta del público, que Belvedere parecía el plato fuerte. El setlist se concentró principalmente en su último disco, con canciones como Quicksand, Slaves to the Pavement y Two Minutes for Looking so God, pero también hubo espacio para los más nostálgicos con 2nd Column y Diferrence del Angels Live In My Town (2000).En síntesis, fue una presentación enérgica, agresiva y llena de potencia. Lamentablemente,, su show se vio algo empañado por un pésimo sonido, que impidió poder disfrutar como corresponde a una banda con tanta riqueza técnica y virtuosismo. Eso sí, las deficiencias no consiguieron disminuir la fuerte carga emotiva que tuvo un presentación que saldó una deuda de años con los seguidores chilenos.Minutos después de las 22.00 Lagwagon pisó por tercera vez un escenario nacional. After You My Friend, primer track del aclamado Lets Talk About Feeling (1998) fue la canción escogida para abrir el set, seguida instantáneamente de Falling Apart, uno de los mejores temas del Blaze (2014). Parecía que no había tiempos para respiros. Island Of Shame y Violins continuaban con la exaltación de los cerca de novecientos asistentes.A esas alturas el concierto transitaba por un muy buen camino. Sin embargo, y acá creo que la responsabilidad principal fue del repertorio, el show de los californianos a ratos comenzó a decaer, sobre todo por la abundancia de temas como Never Stops, del Blaze (2003), que sin ser un mal disco está lejos del nivel de sus cinco predecesores, o de canciones del Hangs (2014), el último trabajo de los californianos, que si bien fue bien recibido el año que se editó, no ha logrado el impacto que sí consiguieron durante los noventa.Sick y Know It All volvieron a transportar al público en el pasado, para luego dar paso a otro tema nuevos, Burning Out In Style y Made Of Broken Parts. ¿Quién conoce Hang nuestro nuevo disco?, preguntó Cape obteniendo una tímida respuesta por parte de la gente. Probablemente no todos conozcan estas canciones, pero tenemos un nuevo disco y tenemos que presentarlo, agregó a modo de disculpas, dándose cuenta que la efervescencia de la gente no era la misma con ciertos temas.Sobre el escenario, eso sí, siempre se vio una banda muy cómoda, que no se cansó de interactuar con la gente. De hecho, en algún momento del show, Chris Flippin se dio tiempo para bromear y decir que había encontrado a su hermano, haciendo alusión a un asistente que medía casi lo mismo que él. Otro punto a resaltar es el desplante que demuestra en el escenario Joe Raposo, ex miembro de los disueltos RKL, una de las bandas más importantes de las surgidas en los comienzos de los 80 en el sur de California, y que dieron vida al llamado nardcore. También vale destacar la capacidad vocal de Joey Cape, quien al menos ayer mostró que los años no han pasado la cuenta.Cofee and Cigarrettes, del segundo disco de la banda,Trashed (1994) generó un caos, el cual no pudo ser replicado por Western Settlements, otro corte nuevo. Luego llegó el turno de Heartbraking Music, canción que forma parte del subvalorado Resolve (2005), disco cuyos temas íntegramente son dedicados a Derrick Plourde, baterista original de Lagwagon, The Ataris y Bad Astronaut, que se quitó la vida hace once años.En la recta final el show entró en una fase ascendente. Cape se paró sólo en el escenario acompañado de una guitarra acústica para cantar las primeras estrofas de uno de los hits del grupo, Alien 8. Would it make you feel much better If it was you against the world, If you were an alien, If it were conspiracy? cantaba el menudo vocalista mientras en el público se armaba un espacio gigantesco en medio de la cancha para dar paso a un brutal circle pit Ahí definitivamente el show ingresó a su peack, el que se mantuvo gracias a otro de los grandes cortes del Double Paidinum (1997), Making Friends. Y si a esas alturas ya se vivía una fiesta al interior de la Kmasu, ésta se acrecentó cuando llegó la canción más popular de la noche, May 16, himno del grupo. De ese modo culminó la primera parte de la presentación de los oriundos de Santa Barbara.Tras unos minutos de espera Joey Cape regresó al escenario para brindar el momento más emotivo de la noche. Es la hora de Tony, dijo y comenzó a cantar una International You Day de No Use For A Name, la banda del fallecido Tony Sly. El público que no escatimó en energías para corear esa canción. Fue difícil contenerse, fue inevitable sentir los pelos de punta. El mismo Joey se mostraba emocionado, y trataba de aguantar las lágrimas, sobre todo cuando al final los asistentes gritaban con fuerza el nombre del llíder de NUFAN. Gracias, muchas gracias, no saben lo emocionante que esto, afirmó Cape.Tras tocar, nuevamente con su guitarra acústica, el track inicial de Hangs, Burden of Proof, el resto del grupo volvió al escenario para dar paso a Reign, también del último LP. Sleep y la popular Razor Burn, amadas del Hoss (1995), cerraron una presentación que atravesó por algunas lagunas, pero que en el balance fue positiva.Lamentablemente, mientras tocaba Lagwagon una mujer se golpeó en la cabeza con un fierro que había en la barra, quedando inconsciente y sangrando durante varios minutos. Fue ayudada por gente del público y posteriormente trasladada en taxi, ya que nunca apareció una ambulancia. Sin duda, este aspecto tendrá que ser mejorado por la gente del local o de la producción para reaccionar con más premura en situaciones así.We Are One Tour cumplió, pero debido a los problemas de sonido, le faltó para convertirse en una de esas noches épicas como lo fueron el año pasado los shows de 7 Seconds o Satanic Surfers, sólo por nombrar dos ejemplos más recientes. En la suma, el balance es positivo y se reafirma que el punk de corte melódico tiene un importante número de seguidores, que siguen respondiendo en los shows de un género que si bien no ha logrado conservar la popularidad de hace quince años, aún se conserva de forma saludable. A pesar de las deficiencias técnicas, sí hubo una potente carga cuota de emotividad y pasión, y eso al final es lo que prepondera en este tipo de actos. Porque al hablar de punk, parafraseando el último disco que Lagwagon en los noventas, hablamos de sentimientos, y ayer, al menos, hubo de aquello por doquier.José Pedro RosselFotos: Gary Go Tags # Please enable JavaScript to view the comments powered by Disqus. 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