Dorso: Un romance que no acaba

Viernes 2 de junio - Teatro Cariola

Santiago - Chile

 

Con las personas justas y necesarias, Dorso dio vida a un show histórico y musicalmente excelso que quedará en la retina de los privilegiados/as que asistieron, es así que tal cual estaba estipulado a las 18:15 aparecen las nacionales de Vilú, mostrando mucha actitud y arrojo pese al exiguo público que estaba agolpado en primera fila. No más de 30 personas disfrutaron del encendido show de estas chicas (en un 75% de la banda) que con su death metal tradicional, encendieron a los presentes a esa hora, quienes por lo demás eran lo suficientemente ruidosos como para generar un cálido recibimiento hacia el cuarteto. El sonido no era el óptimo para apreciar de mejor forma el show en general y Tridente también fue preso de este inconveniente técnico. La tarde avanzaba y el público lentamente comenzaba a llegar y el recinto lograba verse algo más copioso. Tridente mejoría -en parte- su sonido, aunque a ratos seguía desvaneciéndose el volumen de la guitarra. Sin embargo, el trío entregó un show sólido, el apoyo vocal de Pablo (bajista) genera una atmosfera idónea para el estilo que ejecuta la banda, quienes tienen una excelente puesta en escena y que su musicalidad rememora un ADN muy propio de décadas pretéritas, pero actualizado de muy buena forma, lo que aunado con un discurso enérgico y contingente hacen que su propuesta sea aún más interesante. El público recibió muy bien a la banda, quienes, a partir de espectáculos como éste, les permite ir adquiriendo mayor visibilidad en la escena actual.

 

Dogma reaparecía haciendo gala de su line up más clásico, aunque sin Lucas Yaksic pero con el apoyo de JT de Warchest quien deslumbró con su técnica y virtuosismo.  ‘Steppin' Stoned’ dejó en evidencia la calidad indiscutida del cuarteto, un reencuentro con lo mejor de su repertorio, centrado concretamente en sus obras más conocidas y exitosas como “Improve the Silence” y “Super Fix”. Es así como sonaron ‘Behinds One´s Back’, ‘Blue Eyes’,  ‘Wall To Wall’, la brutal ‘Crisis Center’, entre otras. Un show cargado de nostalgia que tuvo cierre con ‘Demadness’, generando algarabía en los presentes quienes poco a poco se impacientaban esperando el gran cierre.

 

Con un Cariola a media capacidad, llegaba el plato fuerte de la noche: Dorso, estos viejos y queridos conocidos, que desplegaron un espectáculo minimalista en su forma, pero con un contundente fondo musical que la fanaticada no se cansó de alagar y vitorear, el show se dividió en dos partes, la primera para interpretar “Bajo una luna Cámbrica”, el cual, si bien pudo ser su debut discográfico, sigue siendo una amalgama fértil del Dorso tradicional. El enorme bagaje de estilos y enfoques que los miembros de la banda han acumulado a lo largo de los años, tuvieron que ser vertidos para recrear una mística única de un momento de la historia, hablamos de 1989, año en que saldría a la luz dicha placa. No obstante, el cuarteto se ve más afiatado que nunca y la fluidez en su ejecución permitió que disfrutáramos de un show redondo y altamente emotivo. ‘Cambric Dreams’ aperturaba un set que sería interpretando respetando el orden del disco. Con algunos temas ya archiconocidos como ‘Hidra’ pero otros muy poco usuales como el ‘Vuelo del Terodáctilo’ o la seminal ‘Expelido Del Vientre’ que cerraría de forma perfecta la primera parte de concierto.

 

 

Todos los que se ven a sí mismos como fanáticos de la banda, siempre miraron con cierta distancia “Romance”, un disco extraordinario en lo musical pero alejado de la brutalidad y locura bizarra que siempre ha mostrado el cuarteto (trío en algún momento), pero que con los años se ha ido revalorizando y la evidente apertura musical de su fanaticada ha permitido que ello ocurra. Sin lugar a duda, en esta segunda parte del concierto aparece justamente “Romance”, el cual se ha convertido en una pieza musical brillante a estas alturas, que produce interpretaciones artísticas variadas que van desde el sutil trabajo en ‘Proclamación’ hasta el drive más poderoso en temas como ‘Psicópata Peligroso’. 

 

Pera Cuadra como siempre animando la jornada con su jocosa personalidad, compartiendo y dialogando permanentemente con el público, pero esta vez debemos relevar su indiscutida calidad interpretativa, pues lo suyo fue una exhibición magistral, obteniendo tanto lo familiar como lo desconocido de sí mismo. En este disco propiamente tal, también adquiere aún más protagonismo como bajista, realizando ejecuciones brillantes en temas como ‘Romance’ y tantos otros. Su voz, ahora también muestra madurez y confianza, realzada con un efecto más coral cuando es necesario, que funciona muy bien en estos escenarios. Las estructuras de las canciones, los arreglos y la producción permitieron que Dorso diera muestra de las facetas de músicos individuales, quienes se complementan y apoyan mutuamente. Porque sumado al trabajo en bajo se suma el excelente trabajo en las guitarras, desde los estilos de heavy metal mordazmente enérgicos, hasta la suavidad acústica, dieron cuenta del enorme nivel musical de su line up. Sin dejar fuera a su baterista Fran Muñoz, que ejecutó magistralmente cada detalle. “Romance” demostró que sigue siendo un álbum melódico, que conserva una accesibilidad que siempre ha sido parte de lo que hace Dorso, en resumen, un verdadero triunfo del rock/metal progresivo nacional, algo que nos llena de orgullo, siendo Dorso uno de las nuestras bandas de metal más queridas y respetadas. 

 

Maximiliano Sánchez

Fotos: Miguel Fuentes