Él Mató: Cuidarte siempre a vos en la derrota

Miércoles 1 de noviembre, 2023
Teatro Caupolicán

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Cuando se confirma el regreso de El Mató a un Policía Motorizado a suelo nacional, un cúmulo de corazones se ponen a disposición de una histórica banda que se entrelanza en tracks que marcan momentos, historias, vidas con ‘El Tesoro’, ‘Chica de Oro’ e incluso ‘Imagino Cosas’. Pero, ¿qué pasa si en este regreso se suma el lanzamiento de "Súper Terror" (2023), su más reciente álbum de estudio, en el Teatro Caupolicán, con Las Ligas Menores y Niños del Cerro como invitados?

Aquí te contamos todo lo sucedido en el recinto de calle San Diego.

Niños del Cerro: Pucha que hace bien tenernos
Tras un complejo paso por la ciudad de Concepción y un enrevesado REC, es que Niños del Cerro mostraron auténtico y genuino compromiso con su público, el mismo que se reunió con casi dos horas de anticipación a las afueras de la Esquina Rosada el pasado sábado -casi dos horas de un show completamente improvisado, en el que nos sumergimos en un viaje por la trayectoria completa de la banda nacional, enarbolando desde ‘Viste las Palabras’ a ‘Daniel’. En este marco, es que las cabezas creativas de la banda capitalina se presentaron en el Caupolicán, con el abrazo desinteresado de los cientos de seguidores que los disfrutaron a rabiar en lo que fue la tocata más importante de sus vidas.

 

Con un pequeño e imperceptible retraso de 15 minutos, los ideólogos de “Lance” (2018) aparecen en escena, pequeño gesto que agradecen quienes viajaron largos tramos desde regiones para ser partícipes de la fiesta de almas alternativas. Con especial disciplina y simbólica ternura, Simón, José, Diego, Felipe e Ignacio toman posición en el escenario, mientras que un sutil acorde inicia la fiesta del pop en guitarras con ‘Povidona’. Le secunda ‘Tamarugal’, un himno que encuentra inspiración en la cultura nortina y nuestra “Reina Andina”. Seguimos en “Suave Pendiente” (2022), pero nos quedamos con ‘Esta Enorme Distancia’, porque este track se esboza con una lágrima en los ojos, con el corazón en la mano y con el alma en pena.

Terminamos la presentación de Niños del Cerro con clásicos como ‘Flores, labios, dedos’, ‘Contigo’ y ‘Sísifo’, mientras el Caupolicán se sigue repletando y disfrutando al son del pop de guitarras. La estocada final llega con ‘Mamire’, y con ello la explosión de todas y todos quienes le otorgan especial sentido a la apuesta diversificatoria de las sonoridades de “Suave Pendiente” en la fiesta de los espíritus independientes.

Las Ligas Menores: Es que necesito decirte que en verdad me gustás
Amigas de la casa, conocidas e históricas de la memoria colectiva, Las Ligas Menores se presentaban por partida doble, primero en compañía de sus coterráneos en Santiago y luego en Quilpué, la ciudad del sol, aunque lamentablemente se suspendió esta última fecha.

Con solemne entrada y un Caupolicán casi en su total capacidad, la agrupación trasandina que se enviste de la voz de Anabella Cartolano, toma posición para marcar su regreso a Chile, atreviéndose a romper el silencio con ‘Contando Lunas’, ‘El Baile de Elvis’ y ‘Hoy me Espera’. Un Caupolicán que saca sus mejores pasos de baile, estalla en el momento exacto en que ‘Accidente’ se toma las gargantas de todas y todos los presentes, dando cuenta que este track les ha acompañado en la vorágine de la vida adulta.

 

La sorpresa llega de la mano del cover de ‘All I Think About Now’ de los míticos Pixies, un bellísimo regalo al público chileno. Continuamos con ‘Tema 7’, y cuando menos lo esperamos, Las Ligas Menores nos deslumbra con cuatro clásicos simultáneos: ‘A 1200 km’, ‘Hice todo Mal’, ‘Renault Fuego’, y ‘Ni Una Canción’.

Llegados al fin de la presentación, el grupo se despide con ‘De La Mano’, single del 2019 en el cual se plasma su identidad, la misma que solidifica su historia con el álbum “Fuego Artificial” (2018), y el clásico homónimo del 2014 que acompañó a tantas y tantos a lo largo de todos estos años, otorgando autenticidad y personalidad a historias de amor, desapegos y fracasos.

Él Mató a un Policía Motorizado: Si me muero en las peleas, no me importa
Cerca de las 21:20 horas, el público repleta la cancha general dispuesta para Él Mató. Entre cigarros y ansiedad se enmarca la espera de la banda que lleva por nombre una acción que para muchas y muchos significa ajusticiamiento, para otras y otros significa un clásico nombre eterno para otra banda indie más.

Siendo exactas las 21:30, por el lado derecho del escenario comienzan a tomar posiciones los músicos, en perfecta coordinación con las pantallas, tomándose con confianza y ternura el Teatro Caupolicán. Rompen toda barrera de hielo con ‘El Magnetismo’ en una versión acotada, pero con el mismo sentimiento. Un sencillo y afectuoso saludo bastó para encender a cada alma que se ubicaba en el Caupolicán, y haciendo eco de su reciente disco “Súper Terror” (2023), ‘Un Segundo Plan’ fue coreado por tantas gargantas que esperaban este nivel de conmoción. Le siguió ‘La Noche Eterna’, clásico del “La Síntesis O’konor” (2017), y el teatro se vuelve un coro de corazones desgarrados.

 

‘Vienen bajando’, ‘Tantas Cosas Buenas’ y ‘Más o Menos Bien’, fue la selección de temas que marcaron la excelente performance de la banda, que no pierde de vista la trayectoria que se construye por el clamor de cada disco escrito a la fecha, es más, la fina selección del setlist da cuenta que la banda no teme transitar por cada track que construye su historia, porque entienden que cada canción guarda una historia personal para quienes hoy asisten en fanatismo, memoria y afecto. ‘El Tesoro’, ‘Coronado’, ‘Moderato’ y ‘Ahora Imagino Cosas’ arrasaron con las gargantas, y que marcan en la memoria colectiva la trascendencia de la banda que en especial ternura, conquista con humildad a un Chile que se busca otorgar sentido a historias que muchas veces no consiguen explicación.

Tras una breve pausa, el encore del show privilegia una multitud que hace de este teatro, un verdadero estadio al son de ‘Chica de Oro’ y ‘Mi Próximo Movimiento’. Miles agolpados y agolpadas saltan como si no hubiese un mañana, o quizás más específicamente, como si mañana no tuviésemos que trabajar y lidiar con la tempestad del dolor de la existencia en tiempos de capitalismo tardío. La banda se despide en característica modestia, El Mató a un Policía Motorizado se lleva el corazón de miles quienes les acompañaron en este show, mientras que, las y los asistentes se llevan una de las experiencias más gratificantes que va del año, porque en esta fiesta alternativa, ni la lluvia puede con las almas rotas que buscan un buen soundtrack para musicalizar la desdicha y el dolor.

Karin Ramírez Raunigg
Fotos: Aarón Castro