The Cure: La influencia que el tiempo no desintegra
Aniversario inmortal de "Disintegration"
Por Amanda Muñoz
Cuando en 2003 la revista Rolling Stone le preguntó a Robert Smith qué opinaba acerca de la admiración que decían sentir bandas jóvenes como Interpol, AFI o The Rapture por The Cure, respondió que «esta nueva oleada debe venir de chicos escuchando “Disintegration”, creciendo y formando sus bandas». Y tenía razón. Desde su publicación en 1989, viene acumulando fanáticos, entre ellos, nuevos músicos que quedaron maravillados con «el disco más querido por los fans junto a “Pornography”», según palabras del propio Smith, marcando un antes y un después en sus formas de crear música.
Uno de esos chicos fue Win Butler, compositor de Arcade Fire. Para él, aquel disco significó una puerta de entrada a terrenos musicales desconocidos en su juventud. «En mi infancia, The Cure me hizo ver que había una alternativa, que existe un mundo musical que no es mainstream, pero no por ello menos importante». Las confesiones de Butler incluyen la anécdota que, después de haber escuchado tanto el disco en el colegio, en algún momento dejó de parecerle depresivo y hasta le causó risa. Otro de esos chicos fue Ben Gibbard (The Postal Service, Death Cab For Cutie), al que las oscuras letras de Smith –«profundas, oscuras y emocionales», como las describió en 2016– sobre la pérdida, el amor y su consecuente desamor, las pesadillas y el inevitable paso del tiempo que nos acerca cada día a la finitud –de ahí el nombre del álbum: desintegración–, lo han inspirado desde la adolescencia. Chino Moreno (Deftones, Team Sleep, Crosses) también fue uno de los adolescentes encandilados por la obra de The Cure, al punto que su primer concierto fue uno de la banda en la gira promocional de “Disintegration” cuando tenía 15 años. «Pensé que era el mejor disco de todos los tiempos […] Esas canciones fueron placeres instantáneos», comentó, reconociendo a su vez que los ingleses siempre han sido referencia a la hora de componer.
Robert Smith es un tipo que jamás ha dejado de escuchar nuevas bandas, sobre todo si se trata de discípulos de The Cure. Stuart Braithwaite de Mogwai (que escribió en el librillo de la edición deluxe del CD, para el aniversario 25), le mandó un disco de unos desconocidos The Twilight Sad, banda emparentada con el darkwave, el noise y el shoegaze, con una nota diciéndole: «revisa a estos tipos, posiblemente te gusten». Su respuesta fue sorpresiva, pues ya los conocía y tenía toda su discografía. Smith decidió llevarlos de gira con The Cure el año 2016 y ser su consejero durante la grabación del disco "It Won’t Be Like This All the Time" (2019) , el cual ha sido bien recibido por la critica. «Cuando niño, escuché “Disintegration” y “Faith” religiosamente, y en nuestro ultimo tour volví a “Disintegration”, pensando que el tipo que cantó esto también cantó una de nuestras canciones. Demencial», confesó James Graham –cantante de la banda– por esos años.
The Cure es un grupo que ha logrado balancear melancolía, oscuridad y luminosidad con melodías de sensibilidad pop, siendo “Disintegration”, posiblemente, el epítome de esto. «Sus discos son muy melódicos, pero hay una cualidad oscura y gris en ellos», declaró Dan Bejar, compositor detrás de Destroyer, cuyo disco “Ken” (2017) se inclina bastante al sonido del octavo disco de The Cure. Por otro lado, podemos escuchar sus ecos en las lineas de guitarra de Mogwai, Placebo y hasta A Perfect Circle. «Siempre he pensado que un puñado de nuestras líneas y tonos de guitarra se pueden remontar directamente a “Disintegration"», menciona el guitarrista Marl Smith de Explosions in the Sky. Incluso, esta influencia está presente en ‘Be yourself’ de Audioslave, como Tom Morello contó a Ultimate Guitar: «Timmy estaba tocando esa línea de bajo de cuatro notas que se repetía y repetía. Empecé a tocar esa pequeña melodía con ella, y eso demostró mi gran amor por “Disintegration”, con esas melodías muy simples e inquietantes».
La obra maestra de The Cure es un disco de atmósferas, capas y texturas por las cuales se va deslizando el sonido postpunk de sus inicios. Mucho reverb y paisajes oníricos, con las guitarras de Smith y Porl Thompson superponiéndose y entrelazándose en la intro de ‘Pictures of you’, la masiva y texturada capa de sintetizadores en la bella y ensoñadora ‘Plainsong’, mientras por debajo de ese océano sonoro suena la linea de bajo del histórico Simon Gallup y la batería marchante de Boris Williams. Recién, casi a los tres minutos comienza a cantar Smith, con su voz que suena sumergida, susurrante, sin destacar por sobre el resto de la instrumentación. Y es que en aquella época, como él mismo cuenta en "Beautiful Noise" (2014) –documental acerca de las escenas shoegaze, noise, dream pop–, estaba completamente fascinado con el disco "Treasure" (1984) de Cocteau Twins, por ser el sonido más romántico que había escuchado. Este sonido que había logrado The Cure, que en un principio permeó a bandas como Slowdive y Ride, lo sigue haciendo en trabajos actuales de grupos como Beach House y Wild Nothing, quienes también han reconocido tener a “Disintegration” como álbum de cabecera.
Cuando Robert Smith fue curador del último Meltdown Festival en Londres, invitó a varios de sus seguidores: Deftones, Placebo, Death Cab For Cutie, The Twilight Sad y Mogwai. Mientras, en el cuadragésimo aniversario de la banda, tocaron Ride, Slowdive, Interpol y Editors, entre otros. La magia de todo esto sería que al conocer a estas nuevas bandas, el cantante se inspiró para hacer algo nuevo, consecuencia que toma fuerza con el anuncio del próximo nuevo disco que The Cure tiene pensado publicar este 2019, tras largos once años de silencio. Y parafraseando al mismo Smith: mientras sigan habiendo chicos escuchando "Disintegration", creciendo y formando sus bandas, su influencia seguirá íntegra mientras el paso del tiempo siga inevitablemente su curso.
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