Eddie Van Halen: la última revolución de la guitarra
(Publicado originalmente en nuestra revista #Rockaxis209, noviembre de 2020)
Genio, influencia de generaciones, héroe. Por lejos, el guitarrista más destacado de su generación. Eddie Van Halen falleció el pasado 6 de octubre a los 65 años producto de cáncer de garganta. Repasamos su historia e influencia junto a cuatro importantes guitarristas nacionales: Alejandro Silva, Cler Canifrú, Claudio Cordero y Gonzalo Sanhueza.
Por Juan Pablo Andrews
«Nunca quise tocar la guitarra», dijo en 2015 Eddie Van Halen. El guitarrista, en una entrevista para Zócalo Public Square realizada en el Museo Nacional de Historia Estadounidense del Smithsonian, recordaba sus primeros pasos en el rock, cuando junto a su hermano Alex husmeaban las sonoridades de cada instrumento. En esa experimentación adolescente, él se decantaba por la batería y su hermano por la guitarra. Pero eso no duraría mucho tiempo.
La frase suena como una ironía. Uno de los más grandes héroes de la guitarra llegó al instrumento –que terminó por revolucionar– casi por casualidad, como una especie de camino escrito. Él y su hermano veían admiración en el otro por cómo ejecutar dichos instrumentos, lo que hizo que el cambio se hiciera real. «Le dije (a Alex): “adelante, toma mi batería. Tocaré tu maldita guitarra”», dijo en la entrevista señalada. «Fue el destino», reflexiona.
El guitarrista, fallecido el 6 de octubre a los 65 años tras una larga batalla contra el cáncer, tuvo un inicio temprano en las artes musicales. Nació en Holanda pero se mudó a Los Angeles, Estados Unidos, a los 10 años junto a su familia. Su padre, un músico clásico profesional, lo instruyó a él y a su hermano a tomar lecciones de piano, lo que terminaría siendo vital en su desarrollo como músico. De hecho, compitió en varias ocasiones en un concurso de pianistas en Long Beach City College, ganando el primer lugar en cuatro oportunidades. «El piano es un instrumento universal. Si comienzas allí, aprendes su teoría, cómo leer música, y puedes continuar con cualquier otro instrumento», le decía Eddie a la revista estadounidense Guitar World en 1981, cuando con su banda Van Halen ya contaban con tres álbumes.
Según su propio recuerdo, fue su padre quien le daría la bendición musical en sus inicios. «No es por sonar egocéntrico, pero me era natural. Mi padre ha sido músico profesional toda su vida, y me dijo: “Chico, lo tienes”, algunas personas lo tienen y otras no. Incluso las personas que no lo tienen pueden practicar el tiempo suficiente para llegar hasta cierto punto».
La banda se transformaba en una revolución para la época. En los ochenta, los sonidos de la guitarra cedían espacio para los sintetizadores y teclados, y el lenguaje blusero parecía desgastado. En ese contexto, el rey del pop Michael Jackson se convertía en el dueño de la industria. Sin embargo, el rock de viejo cuño, ahora con sonoridades más eléctricas y también con espacio para los sintetizadores, aún daba batalla con Van Halen como uno de sus puntales.
Lo de Van Halen era totalmente novedoso para la época. Un ejemplo es la reacción de Slash la primera vez que escuchó al guitarrista, según el mismo recuerda en su libro biográfico, de Anthony Bozza. Acorde a su memoria, fue el baterista Steven Adler quien puso el primer disco de Van Halen, en momentos donde compartían andanzas adolescentes. Al llegar a ‘Eruption’, la reacción del guitarra de Guns N’ Roses refleja la que pudo ser la de muchos en ese período: «¡Mierda! ¡Qué diablos es eso!».
En nuestro país, el guitarrista Alejandro Silva recuerda cómo fue esa primera aproximación a Van Halen. «Fue en la TV abierta, un concierto. Tres temas pasaron y simplemente no podía creer lo que había visto. El grupo completo me voló la cabeza. El show, las guitarras pintadas, los tappings, el estilo raro como medio blues, pero atómico».
La guitarrista nacional Cler Canifrú también hace memoria de su sorpresa la primera vez que escuchó a Eddie. «De venir escuchando a Keith Richards y David Gilmour, que son fuertes influencias para mí, de repente escucho ‘Eruption’ y fue como “¡qué chucha!". Me puse a correr en círculos», comenta entre risas.
Incluso, pese a que a mediados de los ochenta vivieron un brusco cambio de cantante, con la salida de David Lee Roth y la llegada de Sammy Hagar, el grupo se mantuvo liderando rankings y no perdió su estirpe de banda de estadios. De hecho, aunque sus canciones vieran cambios temáticos, este vuelco les permitió abarcar un nuevo público.
El guitarrista solista Gonzalo Sanhueza, artista de Heritage, destaca esta etapa con Sammy Hagar en el canto. «Mi disco favorito es el “Balance” (1995), que es un álbum realmente de canciones. El salto que hay del Van Halen ochentero al noventero a nivel guitarrístico y de composición es súper radical. Cuando todos querían sonar como Van Halen, el tipo aparece sonando de otra forma. De hecho, el tono que consigue en esos discos es excepcional e increíble», reflexiona.
La técnica: más allá del cielo
Con Van Halen, el fraseo del blues comenzaba a quedar como cosa del pasado para dar inicio a un nuevo lenguaje. Uno más cercano al metal, con tintes de música clásica o barroca. Ahí, su técnica superó todo lo visto antes. Tanto así, que antes de que ficharan con un sello, su hermano lo conminó a tocar sus solos de espalda para que su técnica no fuera develada entre el público. En ello, la técnica del tapping sería fundamental para dar la velocidad que caracterizaba al guitarrista. Si los guitarristas anteriores corrían, Eddie volaba.
Silva, quien tiene a ‘Push Comes to Shove’, del “Fair Warning” (1981), como una de sus canciones favoritas de la banda, es directo para describir la técnica del guitarrista: «en una palabra, es explosiva. Tiene mucha energía, desborda velocidad y potencia. Muy única».
Eddie nunca se jactó de haber creado la técnica de tapping. Al menos no hay registro de ello. Pero fue él quien la popularizó y creo un nuevo lenguaje musical, que terminaría influyendo a generaciones posteriores de guitarristas.
Claudio Cordero, guitarrista solista y quien hoy trabaja con el conjunto mexicano Cast, destaca una parte menos reconocida de Eddie: la de guitarrista rítmico. «Todos estos elementos derivaron en el mejor guitarrista rítmico de todos los tiempos, un tipo que hacía sus riffs llenos de adornos e intervenciones de manera simultánea. Cada riff de Van Halen es una clase de cómo mantener la atención en la guitarra sin desvirtuar la esencia de un tema ni restar protagonismo a la voz», dice el artista de la marca Ibanez.
Además, junto a destacar el «movimiento de triadas en ‘Eruption’», el tapping a dos manos y el uso del Floyd Rose, Cordero señala que «lo más brutal es que todo esto también lo hace sonar en guitarra acústica, en la intro de ‘Little Guitars’ o ‘Spanish Fly’. Un iluminado con todas sus notas».
Eddie, el luthier
Además del talento innato en la guitarra, Eddie tenía una real afición por intervenir sus guitarras. No solo un simple cambio de las cápsulas, como es común en la mayoría de los guitarristas. El prodigioso guitarrista les hacía cirugía mayor: cambiaba la electrónica interna, las desmontaba completamente, las rediseñaba.
Como un científico que pasa horas en su laboratorio buscando una fórmula que revolucione el mundo de las ciencias, Eddie pasó tiempo buscando cuál sería la mejor combinación de piezas en una guitarra para obtener el sonido por el que hoy es recordado. Fue así como vio que su sonido no estaba ni en Gibson ni en Fender, sino que estaba en tomar un poco de ambas. Tenía gusto por las cápsulas Gibson y el cuerpo de las Fender. Fue así como nació la conocida Frankestrat, uniendo un cuerpo Strat con una pastilla humbucker PAF de una Gibson ES-335 de 1958 que estaba en ruinas. La sumergió en una lata de café vacía llena de cera de parafina para reducir la retroalimentación y la colocó en la posición de puente. Además, cuenta Ultimate Classic Rock, la talló con un cincel para encontrar la forma. Luego vendría esa pintura clásica de líneas, que primero pasó de blanco y negro al rojo, blanco y negro. «Cruzar una Gibson con una Fender era una necesidad», diría años más tarde.
El guitarrista Gonzalo Sanhueza, quien también dedica parte de su tiempo al trabajo de luthier, señala que «él hizo avances que ayudan hoy a tener una mejor performance. Hizo un montón de modificaciones en las guitarras que hoy en día se dan por sentado. El hecho de que las guitarras no se acoplen a alto volumen y alta ganancia es obra de él, por las modificaciones que hacía al modificar las cápsulas».
El legado
El sonido y, en particular, la técnica de Van Halen, sería influencia para los géneros que vendrían en el rock. Con diferencias, pero conservando la raíz, los solos con tapping y palanca serían vistos en centenares de guitarristas en los años posteriores a la irrupción de EVH. Entre ellos, Vito Bratta, Randy Rhoads, Dimebag Darrell, Vinnie Vincent, por nombrar algunos.
Sin embargo, a la hora de pensar en cuál será el legado hoy de Eddie, ello tiene relación con el presente de la guitarra. Alejandro Silva lo reflexiona así: «es difícil decirlo, porque uno ve cómo las generaciones nuevas que no han estado expuestas de manera directa a él ya ven el instrumento de otra manera. Y eso está muy bien, la guitarra debe evolucionar. Siento que la generación a la que influenció, la mía en particular, hemos sido sus apóstoles. Definitivamente es el padre del tapping y de los armónicos, eso no creo que vaya a cambiar mucho en el tiempo. Él estaba ahí cuando el sonido y posibilidades de este instrumento aún eran una carta blanca y fue muy influyente en el rumbo que tomó todo, pero dicho eso, las cosas han seguido evolucionando sonoramente. La guitarra se ha hecho menos popular, el concepto del solo de guitarra ha pasado un pelo de moda. La verdad, es difícil decirlo, pero seguro estará por siempre en el panteón de los guitar gods al lado de Jeff Beck, Eric Clapton, Jimi Hendrix, David Gilmour, Jimmy Page, Ritchie Blackmore, Randy Rhoads, Yngwie Malmsteen, Marty Friedmann». Cler Canifrú, por su parte, también entrega su impresión sobre el legado: «no hay guitarrista actual, que yo conozca, que no tenga la influencia de Eddie Van Halen directa o indirectamente. Y no solo guitarristas, músicos en general. Cuando eres tan pionero y transgresor como lo fue él, inevitablemente dejas un legado y pasas a la historia de generación en generación». Cordero añade: «su legado es tan fuerte que es muy difícil imaginar el rock y las guitarras de hoy sin su existencia como parte de la cadena evolutiva de la guitarra eléctrica y la música como la conocemos. ¿Cómo sería el sonido de toda la escena Sunset Strip en donde la escuela Van Halen definió todos los riffs?».
En una entrevista de 1995, la revista estadounidense Guitar World le preguntó «¿Qué es lo mejor de ser Edward Van Halen?». Su respuesta da cuenta de una vida común, de alguien satisfecho con el camino emprendido. «Es una gran sensación que a la gente le guste lo que haces. Hago lo que me gusta y les gusta a otras personas. Es una gran recompensa. ¿Cuántas personas pueden experimentar eso?».
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