El arte de la guerra: "Senjutsu" de Iron Maiden
Primeras impresiones tema por tema
No es secreto que los álbumes posteriores a “Brave New World” (2000), marcado por el regreso de Bruce Dickinson y Adrian Smith, han causado cierta división entre los fans de Iron Maiden. Hay quienes afirman que su nueva impronta, cada vez más progresiva e intrincada, no ha estado a la altura de lo que alguna vez fueron, mientras que otros mantienen que estos nuevos horizontes musicales son una buena ruta a seguir, sin necesidad alguna de volver a ese pasado glorioso. Cualquier opinión que generen, todos estamos de acuerdo en que los ingleses siguen en ese pedestal de una de las bandas más grandes que ha dado el Heavy Metal, quedando claro en el éxito de sus giras mundiales, ya sean de material pasado o promocionales de algún flamante LP, además de altas cifras de reproducciones en plataformas digitales y ventas en formato físico.
Después de seis años, el mayor periodo entre álbumes en su carrera, este próximo 03 de septiembre de 2021 llega “Senjutsu”, el esperado decimoséptimo larga duración del sexteto, cuyas expectativas fueron altas desde un principio tras el single ‘The Writing on the Wall’, en donde tuvimos un sonido que a varios sorprendió, que recordaba al country o al folk, así como también un videoclip simplemente brillante. Volviendo al formato doble, tal como su antecesor, “The Book of Souls”, y una vez más con Kevin Shirley en la producción, tenemos ante nosotros otra obra con varias canciones de larga duración, manteniendo esa idea que se ha ido desarrollando cada vez más en los últimos años. ¿Y qué nos trae este flamante estreno? ¿Tendrá alguna influencia de oriente como deja ver el Eddie de portada? ¿Marcará un verdadero cambio respecto a los de estas últimas décadas o será más de lo mismo?
Acompáñanos en este track-by-track preliminar de “Senjutsu” y conoce nuestras primeras impresiones:
‘Senjutsu’: Percusiones que nos recuerdan a los tambores de guerra presentes en la cultura japonesa marcan el inicio con el corte homónimo, para luego introducir riffs lentos y voces que funcionarían como una intro no muy distinta a las de trabajos post 2000, pero que en ningún momento nos lleva a algo de mayor velocidad, siendo este primer ataque un tema muy progresivo, con teclados durante algunas secciones de coros. Probablemente a varios los tome por sorpresa, especialmente al ser una apertura atípica respecto a lo que ya nos acostumbramos, pero con una fuerza bastante interesante, y un Bruce Dickinson narrando como mejor sabe. Destaca el siempre preciso Nicko McBrain en la batería.
‘Stratego’: El tradicional ‘galope’ llega desde un principio, teniendo al Iron Maiden que ya conocemos con un corte directo y sin mayor complejidad en comparación al resto del trabajo, regresando también los sutiles teclados durante los coros. ¿Posible single? No sorprendería, ya que es efectivo desde la primera escucha, al igual que varios otros de la autoría de Janick Gers, cuyo solo destaca en esta explosión de energía.
‘The Writing on the Wall’: Siendo la primera que conocimos hace ya un tiempo, solo queda mencionar que su sonido más calmado y con influencias acústicas aportan un importante componente de variedad a “Senjutsu”, sintiéndose como parte de un todo y no como algo que no termina encajando. Más que decir es inútil, al ser ya conocida por ser la que terminó un silencio demasiado extenso para la banda.
‘Lost in a Lost World’: La primera con esa estructura de intro acústica nos trae un inicio demasiado extenso para lo que debería ser, desembocando en secciones que de inmediato nos traerán a la memoria a “The X Factor” de 1995, siendo quizás demasiado similares a varios momentos de aquel LP. Nada del otro mundo. Quizás los fans que más aprecien dicha era la disfrutarán más, pero su larga duración y muchas similitudes al pasado la hacen parte de lo que menos recordaremos de “Senjutsu” una vez terminado, y muy probablemente necesitaremos más de una escucha para -quizás- encontrarle un mayor atractivo.
‘Days of Future Past’: Otro momento más directo y rápido, mucho más acorde a la actual fase de la banda. La dupla Dickinson/Smith, conocida por ser responsable de varios singles, se deja notar con otro corte de menor complejidad y también potencialmente single, además de que es muy segura su inclusión en su posterior gira. Dentro de tanto momento intrincado y de a veces innecesaria extensión, canciones así se agradecen, haciendo funcionar una vez más esa estructura de riffs y solos que a tantos encantó desde un comienzo.
‘The Time Machine’: Regresan las intro acústicas, en este caso, muy similar a ‘The Talisman’. Varios cambios de velocidades y riffs marchantes son la tónica de la segunda y última composición de Janick Gers (junto a Steve Harris), pasando de momentos iniciales algo misteriosos a otros más enérgicos y con la característica estampa del guitarrista, así como también a un quiebre que nos lleva a los infaltables solos de la tripleta de Gers, Smith y Dave Murray. Posiblemente también haya que tenerle algo de paciencia, pero a diferencia de ‘Lost in a Lost World’, el resultado en este caso será más satisfactorio, al lograr destacar dentro de este actual sonido de los londinenses.
‘Darkest Hour’: Las baladas no son algo que necesariamente prime dentro de Iron Maiden, pero en este caso logra entregarnos un momento de interesante calma, evocando a esa atmósfera de amargura causada por la guerra que impregnaba “A Matter of Life and Death” (2006) o a material solista de Bruce Dickinson, compositor junto a Adrian Smith, una vez más. Emotivo corte para bajar un poco las revoluciones, cumpliendo sólidamente su cometido al no resultar aburrida ni monótona al tratarse de un estilo que, como dijimos, no es necesariamente parte de las costumbres de la banda, incluso rondando los 7 minutos.
‘Death of the Celts’: La intro de bajo acústico y riffs con influencias folk marcan esta especie de secuela de ‘The Clansman’, pero que carece de la fuerza y magia de aquel clásico. Una vez más, la larga duración juega en contra, pero se rescatan sus interesantes melodías y cambios, que rememoran al pueblo que indica el título, aunque sin estar a la altura de aquella que se intenta imitar. Otro momento que posiblemente pasará sin pena ni gloria a un catálogo de más de 40 años, y es que sus diez minutos casi exactos terminan por agobiar, tal como otros momentos del LP.
‘The Parchment’: Un aire místico y siniestro, a la usanza de ‘Powerslave’ o ‘The Book of Souls’ marcan el track más largo del álbum, con 12 minutos que funcionan gracias a la narración de Dickinson y un riff de menor velocidad, pero que logra captar nuestra atención en cada momento, desde esa intro -otra vez acústica- hasta el quiebre de mayor intensidad hacia su final. Un punto alto de “Senjutsu”, que probablemente haga volver a varios para apreciar cada detalle de una composición compleja tanto compositiva como instrumentalmente.
‘Hell on Earth’: La estructura se nos hará familiar una vez más, llevándonos hacia un quiebre melódico notable, con un Dickinson inspiradísimo demostrando que todavía tiene mucho que decir a sus 63 años. Una épica ideal para cerrar estos más de 80 minutos de nueva música, tal como han hecho otras del mismo estilo en el pasado, siendo también otra cuya duración se siente un poco más justificada, aunque también algo menos pudo haber jugado a su favor, como tantas veces pasa con este Iron Maiden 2021. Como varias otras, posiblemente no quede en la memoria a primera escucha, pero con unas oportunidades, se disfrutará mucho más.
Luciano González
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