Oasis: Me siento supersónico
La historia tras el generacional "Definitely Maybe"
"Kurt Cobain murió a principios de abril de 1994 y Supersonic apareció unos días después. Aquella primavera y verano, con mi amigo Pete Hiley pasamos de tocar malos covers de Nirvana y Smashing Pumpkins a hacer malos covers de cada single y lado B que Oasis publicaba". Las palabras de Nick Baines, tecladista de los Kaiser Chiefs sintetizan de gran manera el cambio profundo que simbolizó en el Reino Unido el lanzamiento del debut de Oasis, aunque en esos primeros meses de 1994 era difìcil de predecir.
En aquella época, la música de la isla era eclipsada por el rock alternativo norteamericano, dueño de las radios y cadenas de televisión. Y aunque nombres no faltaban -The Stone Roses, Primal Scream, Ride-, ninguno pudo hacerle frente de manera exitosa, quizás Suede, en pleno apogeo producido por su primer trabajo. La hegemonía del grunge era resentida por un músico de Manchester que había girado por el mundo como roadie de Inspiral Carpets, llamado Noel Gallagher: "Recuerdo que Nirvana tenía un tema -'I Hate Myself and I Wanna Die'-, y yo pensaba 'no quiero esa mierda. No quiero que venga gente acá, drogada, diciendo que se odian y quieren morirse'. Es una mierda eso. Los chicos no tienen que escuchar esa basura sin sentido". Oasis tenía la actitud y una rebeldía propia de unos muchachos pertenecientes a la clase obrera del norte de Inglaterra.
Partir con la historia de Oasis da para largo. Se formaron en 1991 con Liam Gallagher, Paul Arthurs, Tony McCarroll y Paul McGuigan, como Rain. Tiempo después se unió Noel, surgió el cambio de nombre y las nuevas canciones: "Cuando llegué a Oasis tenían unas canciones que te morías de lo malas. Eran una basura sin sentido. Les dije que yo escribiría las canciones si queríamos triunfar", soltó el guitarrista en su momento. Tocatas y una base pequeña pero fiel de fans llamaron la atención Alan McGee, fundador de Creation Records que, tras verlos en un show, no tardó en ficharlos. La situación de McGee era riesgosa, pues tras haber editado documentos definitivos como "Loveless" (My Bloody Valentine, 1991) y "Screamadelica" (Primal Scream, 1991), la situación económica no era la mejor: "Era el intento de publicar un álbum para salvar un sello que estaba por ir a la quiebra", reconoció en el documental que se hizo en el 2004, celebrando la primera década de la obra.
El dominio ajeno en lo cultural, una casa discográfica que requería mantenerse a flote, una banda de gente con prontuario policial, ansiosos de salir de la pobreza, fueron factores que convergieron para que el 11 de abril saliera un single titulado 'Supersonic', el track elegido para llenar el vacío de una banda insigne en Inglaterra, algo que no ocurría desde el impresionante debut de The Stone Roses. La actitud se percibía desde el primer segundo: "Aquí está, una declaración de intenciones, agresividad directa", confesaba un impresionado Mani, bajista de los creadores de 'I Wanna be Adored'. Meses después se presentaron en el prestigioso festival de Glastonbury -compartiendo escenario el mismo día con Pulp, Spiritualized, Echobelly y Blur- con sólo dos singles dando vueltas ('Shakermaker' fue publicado en junio de aquel año). El mentado hype ya estaba haciendo lo suyo, el quinteto ya estaba siendo conocido, pero todo cambió definitivamente el 29 de agosto: un disco titulado "Definitely Maybe" apareció en las tiendas y la burbuja no hizo más que estallar.
"Desde que sacamos el disco ya no controlamos nada. Es como un auto lanzado a toda velocidad, pero sin frenos", declaraba Liam Gallagher años atrás, graficando el revuelo provocado por el elepé. La prensa inglesa, siempre grandilocuente, simplemente se volvió loca. NME se deshizo en elogios: "Pocos discos debut han capturado a una banda tan plenamente efectiva, o que sean capaces de derretir el alma con tantos y grandiosos momentos pop". El público recibió el aviso y respondió de una manera asombrosa: fue el primer disco que más rápido se vendió en Inglaterra durante su primera semana hasta que llegaron los Arctic Monkeys el 2006. Una sintonía entre grupo y fans que venía desde las canciones, una identificación inmediata con las letras y la música, como explicaba Noel Gallagher: "'Up in the Sky' habla de cómo la gente que está en el gobierno no tenían idea de la manera en que los ingleses vivían con tan poco dinero".
Psicodelia, toques de punk, rock & roll, "Definitely Maybe" era un libro lleno de todas las influencias inglesas: The Beatles, T. Rex, The Smiths, Paul Weller, Sex Pistols, todo está ahí. Muchos hoy en día hablan de lo sobrevalorado que ha sido la carrera de Oasis, pero los muchachos tenían cómo defender su posición: 'Cigarettes & Alcohol', 'Rock n Roll Star', 'Digsy's Dinner', la grandiosa 'Live Forever', 'Columbia', 'Slide Away' (compuesta con una guitarra que Johnny Marr le obsequió a Noel. Paul McCartney ha dicho que es su canción favorita de Oasis), están ahí y sus letras generaron un vínculo indestructible con los seguidores, ya que el triunfo de los mancunianos era el triunfo de ellos: la clase baja llegaba al poder, una posición coronada por la actitud arrogante y ganadora de los hermanos Gallagher, que se tomaría al planeta al año siguiente con su alabado segundo opus. Abriendo la puerta al llamado pop británico, "Definitely Maybe" pasó a la inmortalidad. Noel Gallagher ya lo decía en su momento: "Esto se trata de las canciones y los discos, shows, eso es lo que se queda en la memoria de la gente. En 20 años nuestro álbum Definitely Maybe seguirá en las tiendas y de eso es lo que se trata. En 20 años la gente comprará el álbum y lo escuchará por lo que es".
Jean Parraguez
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