Metallica, Slayer, Megadeth, Anthrax
The Big 4: Live from Sofia, Bulgaria
2010. Warner
Sin duda alguna, el “Big 4” fue el evento metalero más importante del año en todo el mundo, un encuentro soñado por décadas con los cuatro grandes del thrash norteamericano, que finalmente se concretó en las ocho paradas del festival itinerante europeo Sonisphere. Previamente, en 1990, se había estado cerca de conseguir el milagro con la gira “Clash of the Titans” donde Megadeth, Slayer, y Anthrax compartían el cartel alternando a Suicidal Tendencies, Testament y Alice in Chains como teloneros. Pero claro, faltaba la banda más grande de esa generación y una de las más importantes de la historia del metal: Metallica. Hace 20 años atrás, el grupo de Hetfield y Ulrich prefirió irse de gira con Guns N’ Roses y Faith No More, alejándose del thrash y metiéndose de lleno en el mainstream del metal clásico y el hard rock con su mega exitoso álbum “negro”.
Pero hoy, dos décadas después, el grupo sella su regreso a las raíces, primero editando un saludable “Death Magnetic” y luego haciendo realidad lo que parecía imposible: los cuatro monstruos juntos, en la misma noche, en el mismo escenario. Bulgaria fue el exótico destino escogido para filmar todo para la posteridad, el 22 de junio pasado en el estadio Levski, lugar donde se reunieron casi 100.000 fans de todo el orbe. El acuerdo era simple: Anthrax, Megadeth y Slayer (en ese orden), tocarían cada uno una hora de concierto para luego, Metallica como headliner, hacer dos horas de show. En total cinco horas de intenso y brutal espectáculo.
A plena luz del día a media tarde, Anthrax toma el escenario por asalto, y tal como pudimos comprobar hace muy pocos días atrás, el grupo se encuentra en un estado de gracia realizando performances sencillamente matadoras. El regreso de Joey Belladonna ha sido todo un acierto y la química y buenas vibras se notan sobre el escenario. ‘Caught in a Mosh’, ‘Got the Time’, ‘Be All, End All’ y ‘Metal Thrashing Mad’ logran el mismo efecto devastador que el grupo tuvo en Santiago, siendo la sorpresa de la velada la inclusión de ‘Only’, uno de los clásicos de la era Bush y una versión de ‘Heaven and Hell’ en un sentido homenaje al gran y único Ronnie James Dio.
Cuando Megadeth sube al escenario, se desencadena la tormenta, literalmente, pues una lluvia torrencial acompaña gran parte del show del grupo de Dave Mustaine. Pero aquello no afecta para nada el desempeño estelar de la banda, que opta por tocar un set de grandes éxitos en vez del disco “Rust in Peace” completo como lo hicieron en Chile, por ello, temas que no tocaron acá como ‘Hook in Mouth’ y ‘Sweating Bullets’ resultan gemas imperdibles de un show que raya en la perfección en el aspecto instrumental, siendo Megadeth la banda más técnica y virtuosa de la noche. El regreso del bajista original Dave Ellefson le ha hecho muy bien al grupo y eso se nota.
Los diabólicos Slayer son los siguientes y Tom Araya sube al escenario vistiendo la camiseta de la selección chilena de fútbol. Un gesto que llena de orgullo porque el tipo no olvida sus orígenes. Kerry King sale con se rescatada muñequera de clavos que atemoriza a cualquiera y el grupo se enfrasca en demoledoras versiones de clásicos como ‘War Emsemble’, ‘South of Heaven’ y ‘Angel of Death’, alternado con material de su último disco “World Painted Blood” como el tema título y la acelerada ‘Hate Worldwide’, donde el tremendo Dave Lombardo demuestra que él ES el baterista por excelencia del cuarteto, aunque Paul Bostaph haya hecho un gran trabajo en el pasado. Slayer son el grupo más estático sobre el escenario, pero aplastantes como siempre.
Finalmente, Metallica toma el escenario y la producción y el set list es prácticamente el mismo del show en el Club Hípico. Como es casi habitual en los últimos tiempos, Ulrich comienza muy desordenado en su baquetear, pero luego regula el pulso y el grupo entrega grandes versiones de ‘Blackened’, ‘For Whom the Bell Tolls’ y ‘Master of Puppets’ con un Hetfield manejando a la audiencia con autoridad, demostrando por qué es uno de los grandes frontman de la historia. ‘Seek & Destroy’ es la encargada de bajar el telón de 5 horas de una auténtica mole de metal, en el show soñado para cualquier fan, en una gira que durante el 2011 se podría concretar en Norte y Sudamérica como lo dejo entrever Scott Ian de Anthrax en su reciente paso por Chile.
Pero tan bueno como los shows mismos, el DVD doble se completa con una histórica sesión de backstage (que cuenta con subtítulos en español), donde se ven imágenes francamente memorables, incluso hasta emocionantes, sepultando las malas ondas y peleas de antaño que habían alejado casi a un punto sin reterno a algunos integrantes de estas bandas, por ello resulta genial ver a Lars Ulrich y Dave Mustaine conversando animadamente y tirando la talla sobre sus respectivos hijos; o ver a Frank Bello cosiendo sus pantalones con aguja e hilo antes de salir a tocar, o las caras desencajadas de absoluta incredulidad de los fans búlgaros cuando son recibidos por Metallica, o ver a los músicos de las cuatro bandas reunidos ensayando ‘Am I evil’ de Diamond Head que suelo salen a tocar con bis en el show de Metallica, o cuando un fan al parecer de origen árabe, no puede controlar la emoción y se pone a llorar cuando Tom Araya lo saluda, quien finalmente lo termina abrazando y consolando, y dice algo tan trivial pero tan profundamente cierto: “el metal es grande única y exclusivamente gracias a los fans. Sin ustedes no estaríamos aquí” dice Araya y es increíble comprobar como tantos años después del lanzamiento del álbum debut homónimo de Black Sabbath en 1969 (que fue lo que inició todo), el metal sigue más vivo que nunca. Sin duda ha sido una larga historia, lleno de grandes hitos maravillosos y este “Big 4” claramente es uno de ellos.
Cristián Pavez
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