Velvet Revolver
Contraband

2004. RCA/ BMG
Más que la Contra-Banda esta es la Mega-Banda…al igual que lo acontecido, hace un par de años, con tres miembros de Rage Against The Machine junto a Chris Cornell de Soundgarden, las expectativas generadas por tres ex- Guns N’ Roses a los que se les suma el ex Stone Temple Pilots Scott Weiland, han sido enormes. No podrías esperar algo menos que un disco que te vuele la cabeza. Antes de cualquier cosa, lo notable que te pueda parecer “Contraband” depende exclusivamente de ti, puedes creer que llegaron para devolverte la fe en el verdadero rock&roll o simplemente encontrar en esta placa algo sólido o lo que sería lo mismo, digno de Guns y de los STP.
Si tienes una actitud un tanto cínica al respecto de la formación de este tipo de All-Stars Bands, probablemente concluirás que podría haber sido mejor y que, por tanto, “Contraband” es casi descartable. No obstante, hay que recordar que el resultado de la suma de estos factores no puede ser mejor que Guns y STP juntos. Y de partida, Velvet Revolver no trata de hacer eso, más bien son buenos en recordar la onda que exhibían los Snakepit, Neurotic Outsiders y Weiland como solista. Si estás buscando canciones que vengan a clonar estándares del rock como "Sweet Child o’ Mine" o "Creep", seguramente no las vas a encontrar. Sorry, o no tan sorry.
Hacer eso de nuevo habría sido mediocre y mala clase, menos aún poniéndose en el lugar de la banda que intenta zafarse de las sombras de nombres tan fundamentales en la historia de dos décadas de hard rock. Sin querer olvidarse de la importancia de ser quienes son, “Contraband” podría haber sido grabado y publicado por una banda nueva y, de seguro, habría dado que hablar porque es, al final de cuentas, un disco potente y seriamente heavy, punk, blusero y glamoroso. Velvet Revolver alcanza a vivir su renombre con altas dosis de adrenalina y dinámicas composiciones que, si bien no re-inventan el mundo, te dejan bien en claro qué es el "heavy rock".
Sin ser como el “Appetite for Destruction”, Velvet Revolver suena como un Guns & Roses más poderoso que los millonarios “Use Your Illusions” y, ciertamente, más relevantes que el álbum de covers conocido como “Spaghetti Incident”. Y es que el sonido que evoca el “Contraband” es como el de covers de Stooges, Nazareth, Soundgarden, el punk, el rock clásico, el grunge y ojo que ahora es material original. En rigor, este tipo de rock suena como el hard rock que escucharíamos en la radio y eso no es algo malo, porque el placer que produce escuchar a Velvet Revolver es el de material con potencial de singles, efecto inmediato, ganchos comerciales pero aún mucho apetito por el espíritu destructivo del rock&roll. Lo bailable y cantable de ‘Do It for the Kids’ y ‘Big Machine’ aún suena agresivo y lo clásico melódico de las power-ballads -como ‘Fall To Pieces’ o ‘You Got No Right’- resuena emotivo y con esos in-crescendo cuasi épicos.
‘Suckertrain Blues’ es súper rápida y heavy, algo sobeproducida -el disco de corrido suena muy bien, casi demasiado- para ser tan punk. ‘Do It for The Kids’ es notable, con un par de breaks melódicos que te hacen alucinar con Bad Religion y Guns & Roses, como que se puede ser crudo y al mismo tiempo sonar como estudio de 64 pistas. ‘Big Machine’ se escucha bien moderna en su estructura y compleja en cómo se montan las estrofas y el coro. Pero si se trata de lo intrincado de ciertas canciones, quisiera aplaudir el balance entre lo complejo y virtuoso de las guitarras de Slash y el uso de los recursos justos para transmitir la idea de un track como ‘Illegal 1 Song’, o sea que los músicos se ponen al servicio del tema para que no suene como un “egótico” despliegue de trucos aprendidos en años de circo. ‘Spectable’ es como la vuelta de tuerca al punk alternativo, pero tocados con hartas bolas. ‘Fall To Pieces’ podría ser un tema que hará de Velvet Revolver algo memorable, seguramente lo recordaremos como un single que sonará una y otra vez en radios.
Entrando en la segunda parte del disco, si ‘Headspace’ no resulta ser tan convincente, al ser un poco plana le sigue después un tema de esos tan extraños que resultan ser antología de todo lo que Velvet Revolver pretende plasmar en música: ‘Superhuman’ es ácida punk metalera y cuenta con al menos 5 secciones diferentes pegoteadas en un mismo track. ‘Set Me Free’ la conocíamos por el soundtrack de Hulk y ahora en “Contraband” se escucha como un himno que nos trae a la memoria de cuando Guns&Roses se enfrentaba a Terminator con ‘You Could Be Mine’.
Llegando a la parte final de ese primer contrabando de Velvet Revolver, recién a la altura de ‘You Got No Right’ se perciben algunos ecos de lo que Stone Temple Pilots fue, algo más que una balada épica, viene a ser un track que derrocha melodía y aires entre David Bowie y Oasis. La ya conocida ‘Slither’ también tiene algo de grunge, aunque siga dominando esa dinámica de Sleaze rock callejero bien onda Los Angeles, distrito hollywoodense. ‘Dirty Little Thing’, por su parte, pasó como antes lo había hecho ‘Headspace’ para, finalmente, encontrarse con ‘Loving The Alien’, algo más progresiva, bien retro-setentera para diferenciarse de las otras dos baladas del álbum.
Más allá del estigma de ser los ex de la banda de Rock&Roll más grande del mundo por largas temporadas, lo de Slash, Matt Sorum y Duff McKagan, representando a los Guns, y Scott Weiland a los STP, recuerda al cuento del ave fénix que vuelve a resurgir a partir de sus cenizas. Las cenizas de las rosas que se secaron de tanto pistolazo y de templos de piedra derruidos por el abuso de drogas. Para dejarse de estos juegos de palabras baratos, sólo la exclusión de los fuertes egos que reinan en Velvet Revolver los dejará ser grandes en un futuro a mediano plazo.
Alfredo Lewin
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