“El Diario de un Loco”. Qué gran título para un disco de heavy metal y qué gran portada, con esa imagen del propio Ozzy representando la delgada línea entre la cordura y la locura en plan “Jeckyl and Hyde”.
Pero el disco no se queda sólo en una gran carátula (que junto con la de “Bark At The Moon”, son las mejores de la discografía del príncipe de las tinieblas), sino que al igual que “Blizzard Of Ozz”, el debut como solista de Osbourne luego de su expulsión de Black Sabbath en 1979, se descubre como un álbum impresionante y memorable de principio a fin. Con un toque más pesado y metalero que su predecesor, y una mucha mejor producción a cargo del legendario Max Norman, el disco parte golpeando fuerte con la metálica ‘Over the mountain’ con un break de batería a cargo del baterista británico Lee Kerslake (Uriah Heep), al cual le sigue un riff demoledor del gran e inigualable Randy Rhoads (Quiet Riot), quien en este disco realmente plasmó una verdadera Biblia de escalas, riffs y solos.
La banda se completaba con toda la solvencia de un gran bajista como el australiano Bob Daisley (Rainbow), y por supuesto con la voz de un joven Ozzy, quien además para esta placa escribió algunas letras realmente notables como la inspirada ‘Flying high again’ que llegaba luego del primer latigazo, con ese riff deliciosamente adictivo y contagioso, logrando el mismo efecto que las drogas sobre las que habla la letra. Esta canción se convirtió en el tema más “radial” del disco y en un clásico con presencia casi inmortal en los set list en vivo de Osbourne.
‘You can’t kill rock n roll’ tiene unos bellísimos arreglos de guitarra acústica al comienzo en plan balada antes de explotar en un himno lleno de melodías memorables. La progresión de notas en la guitarra de Rhoads es realmente descollante y muestra toda la versatilidad de este héroe de las seis cuerdas, que lamentablemente falleció justo en medio del tour de presentación de este disco. Vale decir que su legado e influencia siguen plenamente vigentes hasta el día de hoy en cientos de músicos que lo citan como un músico realmente inspirador.
‘Believer’, un tema oscuro, pesado, que tiene unas líneas de bajo realmente notables y un solo de guitarra de esos que cortan el aliento, aún treinta años después del lanzamiento del disc, es un temazo. ‘Little dolls’ llega a continuación con unos redobles de batería bien marciales y un riff que recuerda a los primeros Scorpions cuando estaba Uli John Roth en la banda, lento y arrastrado y un canon melódico bien contagioso en la mitad, preparando el ambiente para la llegada de ‘Tonight’, esas clásicas baladas con piano que tanto le gustan a Ozzy y donde el “Madman” (otro de los apodos que se ganó en su carrera a propósito de este disco), se desenvuelve con una fluidez llena de emotividad en su interpretación.
‘S.A.T.O.’ devuelve el empuje, el peso y la garra, en un tema rápido y con un riff muy ganchero y galopeado, de esos que se graban al instante en el disco duro cerebral. Originalmente la canción se iba a llamar ‘Strange voyage’, pero fue camabiado a ‘S.A.T.O.’ que son las iniciales de “Sharon, Adrian, Thelma, Ozzy”. Adrian era el nombre del pololo de Sharon Arden y Thelma era el nombre de la esposa de Ozzy, esto, antes de que Ozzy y Sharon se casaran en 1982 y ella cambiara su apellido de Arden a Osbourne.
Así llegamos al gran final con esa obra magna, el tema que da nombre al álbum, que se inicia con unas grandilocuentes y ampulosas orquestaciones y que tiene unos arreglos de guitarra clásica en su sección central que ponen de manifiesto el amor de Randy Rhoads por la música docta de la cual era un gran estudioso y aplicaba muchas cosas en su interpretación en la guitarra eléctrica. Las voces de Ozzy también son de lo mejor de su carrera, logrando un resultado realmente apabullante en esta canción.
Como dato freak, queda la historia que en las fotos del disco aparecen los grandiosos Rudy Sarzo en bajo y Tommy Aldridge en batería a pesar de que ellos no grabaron el disco, pero si hicieron todo el tour de presentación del mismo, debido a que luego de la grabación Daisley y Kerslake fueron expulsados de la banda, existiendo juicios y demandas de por medio por los créditos de composición y royalties hasta el día de hoy. Atención, porque el próximo 31 de mayo será lanzada una edición doble de aniversario de esta placa, que incluye un bonus disc en vivo con un show completo de la gira de presentación de este disco de 1982, material realmente inédito e imperdible, para disfrutar una vez más de la magia de Ozzy, la genial guitarra de Rhoads y junto a ellos, Aldridge y Sarzo, en una formación realmente de lujo. No se lo pierdan.
Cristián Pavez
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