Soda Stereo
Canción animal
El 7 de agosto de 1990 se convertiría en una fecha memorable para el rock latinoamericano, día en el que fue lanzado el quinto álbum de Soda Stereo, “Canción Animal”. Grabado en los Criteria Studios de Miami (lugar por el que pasaron figuras como AC/DC, Eric Clapton y Bob Marley), el icónico disco de portada naranja y leones copulando (razón por la cual cuenta con una portada alternativa en varios países) no solo marcó generaciones sino que también un antes y un después en la banda ya que se convertiría en el disco que los consagraría.
Inspirado en el sonido de los primeros álbumes de bandas argentinas de los 70 como Pescado Rabioso, Color Humano, Aquelarre y Vox Dei, “Canción Animal” ofrece además un sonido con guitarras distorsionadas que comenzaba a hacerse cada vez más presente en la escena musical internacional en bandas como Sonic Youth y Pixies. La combinación del sonido experimental de Cerati junto a las raíces del rock argentino fue una de las razones que llevaría este álbum al estrellato.
Una maratónica gira por diversos países (la más extensa realizada por una banda latinoamericana hasta ese entonces), un rotundo éxito de ventas en disquerías, un masivo concierto frente a 250 mil personas en la Avenida 9 de julio en Buenos Aires y las canciones del álbum siendo cantadas en coro por toda Latino América fueron algunos de los logros que alcanzó Soda Stereo con este disco.
Los 80 llegaban a su fin, la música alrededor del mundo tomaba nuevos rumbos y esta era la excusa perfecta para que Soda se reinventara, algo que queda claro nada más partir el disco. '(En) El Séptimo Día' es una canción que no deja indiferente a nadie. Con una métrica en 7/8 un poco convencional, sobre todo dentro de la música popular y la escena latinoamericana en general (quizás solo comparable a 'Cheques' de Spinetta) y que exige tanto al músico como al auditor, nos da la bienvenida al icónico álbum. Un poderoso riff de guitarra con fuerte distorsión al más puro estilo del sonido estadounidense que avanzaba a pasos agigantados en la época, acompaña a la voz de Cerati. Una canción que no baja en intensidad a lo largo de sus poco más de 4 minutos de duración en un desenfreno de Rock and Roll puro.
El siguiente track, 'Un Millón de años Luz' tuvo inspiración en 'El Bolero de Ravel' y fue trabajada en estudio a partir de la línea de bajo de 'Tempted', canción de la banda inglesa Squeeze. La guitarra de Cerati, que logra un sonido parecido al de una gaita, y el bajo a contrapunto de Zeta se mezclan en una melodía que sin duda es una de las más conocidas de Soda. Un despliegue de talento de los trasandinos que hacia el final va tomando más fuerza con el solo de guitarra de Cerati mientras este sigue con su fraseo del coro.
La tercera pista, canción que para la agrupación abarcaba toda la idea del disco y por ello da nombre al álbum, abre camino al virtuoso jugueteo vocal de Cerati. De arpegios, armónicos y una caja reverberada al infinito, la balada de rock está cargada de una emoción especial ya que fue dedicada a la novia del vocalista, aunque fue escrita por Melero en un encargo del mismo Cerati donde le pidió describir la relación de la pareja.
Con una intro en bajo y guitarra al estilo Country/Folk llegamos a '1990', canción que nos regala participaciones de Pedro Aznar en voces secundarias y coros compartidos entre Daniel Melero, Andrea Álvarez (percusionista) y Cerati. Seguimos avanzando y 'Sueles Dejarme Solo' utiliza recursos similares al sonido grunge que tanta fuerza tomaba en la escena musical de la época. Una progresión de tres acordes como base principal, la batería de Charly que marca fuerte el ritmo y los solos de guitarra de Cerati logran que la canción se convierta en una de las más pesadas del disco.
El que sin lugar a dudas es el riff de guitarra más famoso de la banda, y quizás de la escena latinoamericana en general, comienza en solitario en la que vendría siendo una de las canciones más famosas de la banda, 'De Música Ligera'. Luego de un par de compases se le une la batería y el bajo acompañando los que deben ser de los 4 acordes más guitarreados en la historia de las fogatas. Lanzada como single, 'De Música Ligera' es lo que acabaría por convertirse en un claro himno de Soda, bastando solo los primeros compases para lograr una ola de saltos desenfrenados en cada concierto. Canción que, según cuenta la banda, fue grabada en una sola toma y que habría sido gestada casi como si viniera del más allá.
Llegando al séptimo track, 'Hombre al Agua' nos da la bienvenida junto a una base de batería más simple que de a poco da paso para que los sonidos del teclado, guitarra y bajo se sumen a lo que terminaría siendo una de las canciones más importantes del repertorio de Soda Stereo. Por su lado, 'Entre Caníbales' cuenta con un sonido más cercano al rock alternativo, algo que estaría experimentando Soda en este álbum. Compuesta por Cerati y Melero, habla del lado más tortuoso de la relación de Gustavo junto a su pareja de aquel entonces, Paola Antonucci. Finalizando una de las canciones más importantes del álbum con la repetición del coro intercalado mientras que impecables solos de guitarra le acompañan. Es sin duda uno de los finales dignos para disfrutar en su plenitud.
Ya más adelante, cerca del final del álbum, 'Té para tres' es una parada que baja por unos minutos las revoluciones del disco, ya que aborda la tristeza previa al fallecimiento del padre de Cerati, Juan José Cerati. Cargada de melancolía, la cual toma la forma de un fraseo y un rasgueo que conmueven, el track narra las tardes donde Gustavo visitaba a su padre para tomar el té. No hay duda sobre la influencia de Spinetta en este trabajo, quien incluso la versionó en vivo junto a Cerati.
'Cae el Sol', la última canción del álbum, nos despide con un mensaje de eterna vigilia que se podría interpretar como un llamado a no rendirse. Compuesta también por Cerati y Melero, esta pieza cuenta con teclados, arreglos en cuerdas y sintetizadores que toman más protagonismo, creando una armonía perfecta con la voz de Cerati junto a las guitarras que van y vienen entre rasgueos, punteos y arpegios.
Soda Stereo se despidió de los 80 probando nuevos sonidos junto al álbum que llegó a ser uno de los más importantes del rock en la región. Finalmente, lo que vendría siendo un trabajo de experimentación y reinvención del sonido de Soda, se convirtió en un mantra para muchos y un himno de generaciones.
Sin dudas es un álbum al que se debe hacer caso en su recomendación y “para mayor placer animal, escucharlo a todo volumen”, con lo que al final solo queda decir a Cerati y compañía, gracias totales.
Fernanda Hein
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