Tom Petty

1994. Warner

Tom Petty trazó un viraje reflexivo para "Wildflowers" (1994), su decimosexto álbum de estudio y el segundo sin la compañía de su banda, The Heartbreakers. Siendo su primera colaboración con el talentoso Rick Rubin como productor, este trabajo llama la atención pues retoma en gran medida el rock de tipo 'heartland' (o campirano) de sus inicios. Al mismo tiempo, este álbum propondría un enfoque más introspectivo y una exploración más profunda de su visión musical.

Como en principio Warner no le puso restricciones de ningún tipo, aprovechó de pasar todo el tiempo que quiso en el estudio y grabó alrededor de veinticino temas, pues tenía pensado lanzarlo como un álbum doble. No obstante, restricciones económicas frenaron ese proyecto. Pero no nos adelantemos aún. El proceso de grabación también fue meticuloso, pues Petty y Rubin optando por un sonido más despojado y orgánico, con énfasis en replicar el sonido de las actuaciones en vivo del músico y buscar la mayor autenticidad posible, algo similar a lo que Rubin estaba haciendo con la saga de discos del también inmortal Johnny Cash que comenzaron con el álbum "American Recordings" (1994). Si bien Petty contó con la colaboración de los otros Heartbreakers –Mike Campbell (guitarras), Howie Epstein (bajo), Steve Ferrone (batería) y Benmont Tench (teclados) -, es menester mencionar que decidió trabajarlo en solitario para darle una impronta mucho más personal y que respondía a la búsqueda interna de paz que necesitaba, tras un divorcio y problemas con las drogas.

El resultado es un disco muy personal, con la distintiva voz de Petty y letras hondas que evocan un imaginario de carreteras polvorientas, tabernas de mala muerte y mucha nostalgia sureña. Desde el primera acorde, se nota la mano que trae el nuevo enfoque de la producción, mucho más cercano a lo indie; la canción principal es un soledoso track con guitarra acústica, que da paso a 'Time To Move On', donde Petty reflexiona sobre su existencia y su futuro, pintando esas tribulaciones con una base pesada, que suena a contemporáneos como Pearl Jam. Al mismo tiempo, en la letra advierte que para encontrar su propia dirección debe alejarse de todo lo que sea colectivo, algo que justifica lo señalado más arriba con respecto a lanzar este álbum como solista. Siguiendo con esa idea, 'It's Time To Move On' es toda una declaración de intenciones sobre el cambio de dirección y humor de Tom, y la incertidumbre que le produce el camino abierto que tiene por delante.

'You Don't Know How It Feels' tiene mucha potencia, mientras que 'It's Good to Be King' es una balada melancólica, con un órgano profundo secundado por la trepidante guitarra de Petty, influjo que también se nota en o 'Time To Move On' o 'Don't Fade On Me', que tienen letras difíciles de encontrar en el catálogo Heartbreaker. Aquí escuchamos a un Tom lejos de las luces y escenarios que lo habían consumido por un tiempo. De esta manera, en este álbum se da la dualidad especial de que cohabitan sus dos personalidades: la del rockero ganador y el solitario frustrado. Con una interpretación furiosa, 'You Wreck Me' recuerda precisamente a la banda original de Petty, con una impronta dura y callejera, alimentada por un brillante solo de cierre de Campbell.

Quizás el aspecto más notable de "Wildflowers" sea su exploración de diferentes géneros. A lo largo del álbum, Petty mezcla sin esfuerzo elementos de rock, folk, country y blues, creando una rica variedad de sonidos que desafían una fácil categorización. Así, hay pistas como 'Honey Bee' y  la ya mencionada 'You Wreck Me' que palpitan una áspera energía rockera, o 'To Find A Friend' (que cuenta con Ringo Starr en la batería) y 'Only a Broken Heart', que relucen con un calor infundido de country. La habilidad de Petty para fusionar estos diferentes géneros de manera cohesiva es impresionante y refleja su profundo conocimiento y aprecio por la música americana en todas sus formas.

Acercándonos a las postrimerías del álbum, 'House in the Woods' tiene mucha nostalgia por el rock de los setenta, con guitarras que piden a gritos explotar y una interpretación vocal muy apasionada. Además, Campbell nuevamente entrega un solo que no tiene desperdicio. Mientras que 'Cabin Down Below' es un blues de vigorosos slides y una línea de piano sobresaliente, las revoluciones se bajan con 'To Find A Friend' que, si bien es la típica balada americana blanca, es bastante buena. 'Crawling Back to You' sube un poco más los decibeles, pero más parece un folk reinterpretado por guitarra eléctrica, terrenos en los que de todas formas Petty se maneja. El álbum cierra con 'Wake Up Time', una suntuosa balada con piano y arreglos de cuerdas, donde Petty canta sobre la autoconciencia y la aceptación tanto de las expectativas como de los fracasos. En ese sentido, comprende el destino como algo individual y no predestinado.

Más allá de sus méritos musicales, "Wildflowers" ocupa un lugar especial en el legado de Tom Petty, marcando un momento crucial en su carrera y vida personal. Tras un período de estancamiento creativo y turbulencia personal, Petty vio el álbum como una oportunidad para reinventarse y reconectar con su visión artística. Vaya que lo logró. Pese a que entonces era una vieja gloria rockera relegada por el grunge, el disco reafirmó su estatus como una de las figuras más imperecederas del rock, mostrando ampliamente sus cualidades como compositor, interprete y narrador, siendo así uno de los álbumes más importantes y emotivos en la historia reciente del género.

Y hablando de trascendencia, el 2020 se lanzó una edición ampliada llamada "Wildflowers & All the Rest" que incluía los 15 temas originales más sus versiones demo y además, 10 canciones que quedaron fuera. Si bien es en teoría un álbum diferente, si recomendamos su escucha complementaria. Entre otras cosas, por primera vez podemos escuchar oficialmente el éxito de 1995 de Rod Stewart 'Leave Virginia Alone' en la voz de Tom pues, en principio, la compuso para esta producción. Sin duda, "Wildflowers" es un testamento perdurable para el poder de uno de los más grandes rockeros de nuestro tiempo, que lamentablemente nos dejó el 2017.

Giordano Antonelli Villavicencio