Icaro

2016. Independiente 

No es solo evidente el gran crecimiento que goza la escena del metal en la capital, también lo es lo mucho que se expande el elástico en términos estilísticos. Lo que hasta hace un par de décadas era un género enclaustrado y condenado a seguir una línea, hoy por el contrario se fusiona con variopintos matices, atmosferas y sensaciones que le dan un nuevo aire. En Nombre de Baal es un trío sin miedo a cruzar a esas fronteras, este disco da buena cuenta de ello. 

“Icaro” nos ofrece siete canciones que deambulan por pasajes oscuros; una mezcla de calle, reflexión y paradojas. La banda está conformada por Esteban Souza en la batería, Julio Durán al bajo y Alejandro “Monkey” Sevilla (también productor) en la voz y guitarras. El experimentado Sander Bermúdez (Ethereal) aportó con baterías y detalles tras la consola.  

Mientras el track inaugural del trabajo, ‘Dopaca’, entrega una avasallante muestra de black/death metal pronto llega la introspección acústica del tema siguiente, titulado ‘Dime’. Claro es que En Nombre de Baal no pretende ser una banda de metal extremo de tomo y lomo, falta escuchar ‘Paisas’, con su intro propio de amanecida en una cantina, y que se torna en un pendenciero heavy blues. 

La grabación es cruda pero no plana. El hip-hop es un elemento importante en la oferta. ‘Intento salvarme intento salvarte’ además de guturales y riffs desgarradores contiene fraseos, pistas, y líricas con sabor urbano. ‘Baal’ es una pieza basada en sintetizadores que interroga acerca del sentido de identidad y territorio con un vaho clandestino. 

La canción que da nombre al álbum tiene groove y elementos blues, es una corte que entre la rasposa garganta de “Monkey” transpira rock setentero. Una una voz distorsionada echando unas cuantas verdades  da paso a ‘Amanda’, canción que culmina la producción efectuando una síntesis del disco en el que metal, rap, y rock n’ roll convergen. 

La combinación puede sorprender a un sector acostumbrado al metal más tradicional. A mi juicio resulta interesante la exploración que ejerce el grupo con el rap sin necesitar de formulas. Se percibe que desde un rincón oscuro sus acordes y fraseos embisten. Son canciones que alejan y ocultan el sol que mandó a este “Icaro” de regreso a su cruenta tierra.  

Ricardo Suescún 

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