Gravity

2016. Independiente
La aparición de este grupo al filo de la década pasada causó conmoción en el sector de los amantes del rock juvenil. En un abrir y cerrar de ojos el FM abrazó a esta banda bogotana con un marcado sonido norteamericano. No es un secreto que V For Volume gozaba y goza de una producción en estudio como pocos en el rock nacional. La canción Cheap Universe sonó hasta clavarla en el corazón de los chiquillos de la generación MySpace y quemarla en el subconsciente de los oyentes de mayor edad. De cualquier manera se trata de una carta ganadora.
Por entonces YouTube era una herramienta novedosa y solo unas pocas bandas como The Hall Effect, Antipoda y ellos parecían querer decir algo en la capital. V For Volume, un quinteto armado por músicos con experiencia y pasión por el rock pesado, al que las cosas nunca le resultaron sencillas pese a los buenos augurios con Providence (2010), su debut discográfico. Con las agrías comparaciones Paramore, el rodar por los bares y algún repunte con un par de singles, la banda se fue opacando y desintegrando sin haber ruido de cristales rotos.
Tras el vacío Gravity es un retorno con decisión y arrojo sin perder las buenas costumbres. Sin más, es un grito que se hace eco, uno de aquellos que resuena y vuelve mágicamente convertido en dulce melodía. Cuesta encontrar un single del potencial de Warrior. Remolino de riffs que se compacta con la enérgica intervención vocal sobre una robusta línea de bajo. El clímax llega con el coro, todo un himno de batalla músicos exudando decibeles, los puños de los oyentes en alto. ¡Patéame con tu bota María José Camargo!
En la otra mano Hometown, canción que abre el álbum, es una balada nada despreciable pero a mi juicio no expone las reales dimensiones del grupo hoy por hoy para ser el primer sencillo. A continuación Howling posee espíritu punk rock, y aunque mira por el retrovisor a los días de Bruce Lee, contiene una fuerza inusitada. Para que te guste V For Volume tiene que entretenerte su sazón electrónica tan clara en el tema I Am The Radio: samplers, secuencias, reverberaciones y teclados crean atmosferas con guiños de inocencia.
Red Lights y Unvited sostienen el timón fuerte. Son cortes con atractivas líricas, dedicada tarea vocal y un apartado instrumental bien definido. La base rítmica de Hans Vollert en el bajo y Guillermo Morales en la batería va con un beat incandescente, mientras que la dupla en guitarras de Nicolás Corredor y Juan Camilo Osman nos recuerdan todo el tiempo que esta es una banda de rock con uñas. Vindicted tiene un dramático segmento voz-piano que infortunadamente no alcanza su cenit al girar hacía un estribillo a la Gwen Stefani. Cuestión de gustos.
La versión en disco compacto ofrece adicionalmente el sencillo Amnesia Lessons, corte también perteneciente a la banda sonora de la película ¿Cómo te llamas. Este bonus track se grabó en otra sesión y con un productor diferente al del resto del disco, y con ello tampoco suena muy distante del resto del material comentado. Diría que es un soplo fresco que ojalá revalidé el promisorio futuro de un grupo resucitado, necesario y desde aquí, muy valorado.
Ricardo Suescún
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