Zwan
Mary Star of the Sea
2003. Reprise/Warner
The Smashing Pumpkins fue una de las bandas más complejas en el rock alternativo de la década pasada, no porque su música fuese tan compleja sino porque los cambios de marcha y estilo de Billy Corgan eran súbitos y haciendo harto alarde entre sus pares los músicos, el sello y la prensa armó -casi por cuenta propia- una trilogía que todavía se recuerda ("Gish", "Siamese Dream" y "Mellon Collie & The Infinite Sadness"). Diría que Corgan fue una especie de camaleón onda David Bowie en los 70. Eran tan prolíficos como Pumpkins que la gente y la crítica les pidió mucho, todo ello entre un desastre interno que los sorprendió en medio de una gira en el año 96. Luego de aquello vino un cambio y entre cajas conteniendo decenas de canciones sobrantes -desde "Pisces Iscariot" a "The Aeroplane Flies High"- llegaron con parches en la formación de los últimos años, primero fue el baterista en ser despedido y luego la bajista quién renunció por cuenta propia. Y ahí estaban los discos "Adore" y los "Machina" I y II.
Eso es el pasado, ahora luego de años de la disolución oficial, Billy Corgan vuelve con Zwan. Extraño nombre para una banda que suena a "él" 100%, como aquel tema single del disco compilatorio del 2001. Algo más suave, más melódico; orientado a las canciones y no al efecto de sus palabras que eran bastante apocalípticas, la lírica de este álbum llamado "Mary Star Of The Sea" (suena a título del "Mellon Collie..." ¿o no?) es bastante optimista con temas y tópicos de nuevos compromisos que está dispuesto a cumplir, declarando su fe, predicando honestidad y quizá proponiéndose el estabilizar su turbia vida más mental que personal -la que siempre se ha leído claramente en sus letras pasadas. Olvidemos por un momento el complejo de Dios que ataca a Billy Corgan en forma de narcisismo-mesiánico y reconozcamos que el tipo toca guitarra como un maestro, tiene su propio estilo y vocalmente es inmediatamente reconocible.
Sabiendo que "Machina" (sobretodo el II) era un disco difícil de entender, Billy junto a Zwan se anotó una placa suave y melódica, bordeando el más fino power pop rock. Corgan, y perdonen que me refiera tanto a él, tendría que haber hecho una terapia para olvidarse de "Mellon Collie", ya que aquello es y será insuperable. Ahora Zwan lo (y nos) sorprende como el disco más religioso de Billy Corgan y el gran mérito es que no quiere repetirse con afanes grandilocuentes como los de los temas 'Drown' o 'Tonight Tonight'. Se necesita valor, no obstante Billy Corgan sabe lo que pesa. Eso sin contar a su banda, volviendo con el gran baterista Jimmy Chamberlin y un par de veteranos de la movida post punk, Matt Sweeney (ex Chavez y Skunk) y David Pajo, ex Slint, además de Paz Lenchantin, increíble en "Mer de Noms" de A Perfect Circle.
¿Religioso? Billy Corgan se acredita en el arte bajo el nombre de Billy Burke, un conocido evangelista de Florida que se propuso, cual Juan Bautista, tocar al mundo completo con el poder de Dios. Ummmmhhh... ¿sorpresivo, no? Y la evidencia de Dios en todas partes se oye, tal como un tema derechamente dedicado a Jesús y María.
En lo que a música se refiere Zwan/Pumpkins no ha perdido el hilo de las cuerdas de la guitarra de Corgan, fuzzy, acoples, acordes fuertes y algunos tema realmente bellos y con ello no quiero decir que sean temas apacibles, hay en "Mary Star of The Sea", rockeras frontales y que no recuerdan a Pumpkins, excepto claro está, la voz.... 'Lyric' es el tema de arranque y la voz femenina de la bajista de A Perfect Circle, Paz Lenchantin (que brilla todo el álbum) le da una dinámica a las estrofas y coros, la hacen parecer una canción simple y no lo es; es un tema medio guitarrero con una melodía memorable y justo en la armonía vocal se escucha esa revelación tan religiosa...se empieza a escuchar: ¡Esperen! que el plato de fondo viene después. Mientras tanto le sigue 'Settle Down' otro gran tema, coros brillantes, un quiebre alucinante en la mitad del tema y una vocalización dramática. Aquí basta para poner una pausa en el CD y reconocer que Zwan es mucho más directo que los Pumpkins, o sea no se andan con rodeos aunque el disco es largo, más de 70 minutos contiene 14 canciones.
Billy Corgan -el gigante- tiene una nueva pose que se puede parecer a la de monje budista que lo vistió por 6 años y aunque ese era un guiño más gótico, ahora el asunto espiritual queda a la vista desnuda; es demasiado obvio que 2 años y medio de silencio no pasan en vano y la vida diaria te depara constantes cambios. 'Declaration of Faith' tiene una onda media Pumpkins pero mucho más simple, las guitarras de Corgan aplastan con líneas de solos y riffs al unísono mientras el coro repite "declaro mi fe" al menos 20 veces. Otra demostración de valentía del hombre, ya que no es fácil ni muy cómodo el que se le atore después con cientos de preguntas que le exigirán una explicación convincente del porqué de su cambio. Me pregunto ¿qué tanto cambio? 'Honestly' tiene una vibra muy The Smiths aunque más pesada, melodía pura con todos esos efectos para su guitarra, flangers especialmente, pedales varios que Corgan conoce bien. Buena elección para primer single de "Mary Star Of The Sea" y un solo que te dejará en el suelo más un estribillo con Paz y Billy que clausura un temazo -hit-single-Rock-Radio.
'El sol', tal y como suena en castellano, es irresistiblemente popero, rítmico, marchoso que podría haber sido el contendor de 'Untitled' el single anterior del disco "Rotten Apples", algo acústico sin perder jamás un ritmo galopante para seguir con uno de los mejores tracks del álbum, la suavidad de 'Of The Broken Heart' que resuena con esos ecos de Porcelina of The Vast Oceans, siendo otra que explota esa misma vena el tema 'Heartsong' -el más corto y minimalista del disco-. El guitarreo simple y en acorde abierto llega con la dinámica 'Ride of the Black Swan' (de aquí vendrá el nombre Zwan, creo) y parte de la responsabilidad de canciones tan "llenas" pasa por la batería de Chamberlain, quién como de costumbre amenaza por momentos en robarse el show- algunos deberían experimentar la estridencia de tocar una batería a la Chamberlein o mejor, a la Keith Moon-. Se sigue, como era de esperar, escuchando mucho de lo de The Cure, algo que se hizo evidente en clásicos como '1979', lo que convierte a cualquiera de estas canciones en potenciales singles radiales. "Mary Star of The Sea" es un disco bien producido que sirvió para demoler todas las pretensiones excesivas del "Machina".
'Desire' suena como si The Cure le hubiese prestado el "cancionero" del "Desintegration" y el guitarrista vocalista le hubiese colocado algo del Bowie en la era del "The Man Who Sold The World". Y al final, la canción que concluye esta especie de gloria religiosa, la primer mitad en rigor es un parafraseo de un viejo himno gospel, que aún se canta en iglesias: el "Jesus He Tomado Mi Cruz" con dos minutos de guitarras procesadas para sonar como un coro de ángeles y luego más de 10 para revisar no sólo el gospel, también el contacto Velvet Underground, la parte heroica de su guitarra que finalmente te llevará al espacio interestelar... o quizá al cielo. Claramente el padre de Corgan -Billy Sr- tuvo algo que haber influido en este track y en este período de la vida de su hijo. El cierre como volviendo los tiempos sicodélicos de finales de los '80 es de larga duración y en rigor buena parte es un jam: marcan 16 minutos entre la épica 'Jesus I/Mary Star of The Sea' y el CODA o cierre de la corta y bella 'Come With Me'.
Como un fan dijo, se acabaron los tiempos negros, ha vuelto el trovador de las canciones rock radiales y ojalá no olvidé que cuando Corgan disolvió a los Pumpkins lo hizo porque la música pop radial lo tenía cansado y era imposible luchar contra ella. Pero aquí contraataca y aunque venga tan "santificado" es una marca de calidad, buenos temas y hasta un concepto más entendible que sus últimas aventuras. En este debut no solamente suena la admiración que profesa por Robert Smith de los Cure sino también por los grandes Fleetwood Mac (era pop-rock '80) y también de los héroes de Chicago, los Cheap Trick. Creo que eso resume lo más "liviano" del álbum, lo heavy es simplemente el que Corgan nunca dejará de ser un Pumpkins.
Alfredo Lewin
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