Queen + Paul Rodgers
The Cosmos Rocks

2008. EMI
Primero es importante aclarar que el dueto de Queen con Paul Rodgers no es tan algo desastroso como cuando Genesis trató de parchar a Peter Gabriel y Phil Collins con un novato. Rodgers es potente -tal como lo es su voz- en el Reino Unido, una leyenda por derecho propio, que aún cuando tenía 20 años sonaba como un veterano, un tipo que tiene una voz más cercana al rock sólido -en la escuela del heavy blues como la de Led Zeppelin o los mismos Bad Company- que al soul primordial, el de una voz que nunca envejeció, la del inmortal Freddie Mercury.
La comparación es odiosa pero es que debe ser hecha, hay una sensibilidad en Mercury de otro orden a la que Rodgers no puede acceder, y desde ahí resulta evidente que la alquimia no es perfecta, está desbalanceada e increíblemente se carga hacía el lado de Paul Rodgers. "The Cosmos Rocks" es más Bad Company, cosa de escuchar 'Time To Shine' y 'Still Burning' con su predictibilidad rockera, que Queen era-Rapsodia Bohemia. Lo que pasa es que hay unos decorados de marca registrada Queen que brillan en los solos de guitarra, principalmente porque así de fuerte es la personalidad sónica de Brian May, y esos mismos momentos te hacen rememorar a Queen. Pero aceptémoslo, los desaparecidos The Darkness lo hacían sonar mucho más fresco en cambio este Queen + Rodgers empiezan a sonar en un tiempo medio que se torna en algo country rock empalagoso, sin mucha alma y más allá de las buenas composiciones se diluyen todas las buenas intenciones.
El álbum arranca con algo que recuerda a 'One Vision' -un clásico olímpico de Queen ochentero- pero es solo la intro de 'Cosmos Rockin'', porque luego el tema se reduce a un blues-rock de bar, muy correcto, un tema eficiente pero que no provoca un incendio. En otras palabras, sin la grandeza de estadio del antiguo Queen. Inútil insistir en que 'Warboys' tiene una estatura mayor en lo grande del rock (la resonancia tipo The Who) y más que nada en la profundidad de su lírica que otra como 'Voodoo', por poner un ejemplo que grafica lo disparejo que este álbum. O que 'Say It's not True' -que recuerda montones al Queen de antaño- y 'Small' suenan más acústicas que las otras tan estandarizadas en el tono del heavy rock cuasi americano. O que 'Surf's Up' es algo gratuita y hasta tonta. No se trata de eso, diseccionar el disco es un ejercicio estéril.
El primer single, 'C-lebrity', sugería señales más auspiciosas, pero se quedó corto de ahí en adelante. Más bien el disco entero es una re-visita a todos los lugares comunes del arena rock, ese blues rock soul grandilocuente, sobretodo lleno de frases clichés, en el que incluso la participación de John Deacon no habría hecho ninguna diferencia. Desde la partida, ya lo podría resumir en el siguiente supuesto "universo paralelo": imaginen que Brian May se gradúa de astrofísico en 1973 y elige dedicarse a la astronomía en vez de la guitarra y solo recula para formar una banda a los 60 años. El resultado podría ser algo parecido a "The Cosmos Rocks": la estrella sideral que Queen resultó ser -que explotó hace tiempos cósmicos- está muerta. Y no hay manera de resucitarla. Grupos como Iron Maiden o Metallica sugieren esa dinámica brillante de heavy, e incluso el glamour persiste con bandas de nuestra era como The Darkness o Muse, pero la Reina... Queen está muerto.
Segundo, recordar que el prejuicio es algo enfermante sobretodo cuando se produce en la música. Todos seguimos adorando a Mercury y es cierto que no hay nadie como él y que parte de Queen murió junto a su incombustible presencia y justo por eso no debemos pedirle peras al olmo ya que temas como 'Innuendo', 'My Melancholy Blues', 'Kind of Magic', 'The Prophet's Song' o 'Death on Two Legs' son irrepetibles. ¿Quién podría hacer cosas como 'Bicycle Race', 'Killer Queen' o 'The Show Must Go On' hoy en día? Nadie. Así que a tragar la pastilla amarga y por qué no, brindándole la atención que se merecen Brian May y Roger Taylor y el respeto que se ganaron, tragarse también algunas secciones de este show de Queen en el siglo XXI, que debe de funcionar especialmente bien en el formato en vivo.
Queen es un extraño caso en el mundo del rock, fueron ninguneados incluso en su tiempo de mayor popularidad. Su inteligente sarcasmo y la disposición a tomar riesgos fueron ferozmente subvaloradas, y para qué hablar de su capacidad al acuñar perfectos singles de pop-rock y de pasearse por entre géneros musicales con una pasmosa facilidad, totalmente ignorada. Una banda que luego de muerto Freddie tampoco ha sido muy reconocida, pero los sobrevivientes no han hecho mucho para hacerse a un costado y dejar que la leyenda los absorba y el tiempo los absuelva y los valore en su inmensa grandeza.
Un grupo de chicos manufacturados llamados Five hace un par de años hacían Queen, ¡junto a los Queen! y para el cumpleaños 60 de Mercury apareció otro grupo, de esos de goma, tributando a Queen con la aprobación de May y Taylor. Eso era inconcebible, tanto que este "The Cosmos Rocks" no puede resultar en ser algo tan patético ya que los factores que suman Queen + Rodgers son de buena madera pero no están de cerca de provocar el efecto de antaño. Y de hecho no es un mal disco, para los amantes de la factura purista del Classic Rock, pero está a un cosmos de distancia de ser algo relevante en la historia de la banda.
Alfredo Lewin
Primero es importante aclarar que el dueto de Queen con Paul Rodgers no es tan algo desastroso como cuando Genesis trató de parchar a Peter Gabriel y Phil Collins con un novato. Rodgers es potente -tal como lo es su voz- en el Reino Unido, una leyenda por derecho propio, que aún cuando tenía 20 años sonaba como un veterano, un tipo que tiene una voz más cercana al rock sólido -en la escuela del heavy blues como la de Led Zeppelin o los mismos Bad Company- que al soul primordial, el de una voz que nunca envejeció, la del inmortal Freddie Mercury.
La comparación es odiosa pero es que debe ser hecha, hay una sensibilidad en Mercury de otro orden a la que Rodgers no puede acceder, y desde ahí resulta evidente que la alquimia no es perfecta, está desbalanceada e increíblemente se carga hacía el lado de Paul Rodgers. "The Cosmos Rocks" es más Bad Company, cosa de escuchar 'Time To Shine' y 'Still Burning' con su predictibilidad rockera, que Queen era-Rapsodia Bohemia. Lo que pasa es que hay unos decorados de marca registrada Queen que brillan en los solos de guitarra, principalmente porque así de fuerte es la personalidad sónica de Brian May, y esos mismos momentos te hacen rememorar a Queen. Pero aceptémoslo, los desaparecidos The Darkness lo hacían sonar mucho más fresco en cambio este Queen + Rodgers empiezan a sonar en un tiempo medio que se torna en algo country rock empalagoso, sin mucha alma y más allá de las buenas composiciones se diluyen todas las buenas intenciones.
El álbum arranca con algo que recuerda a 'One Vision' -un clásico olímpico de Queen ochentero- pero es solo la intro de 'Cosmos Rockin'', porque luego el tema se reduce a un blues-rock de bar, muy correcto, un tema eficiente pero que no provoca un incendio. En otras palabras, sin la grandeza de estadio del antiguo Queen. Inútil insistir en que 'Warboys' tiene una estatura mayor en lo grande del rock (la resonancia tipo The Who) y más que nada en la profundidad de su lírica que otra como 'Voodoo', por poner un ejemplo que grafica lo disparejo que este álbum. O que 'Say It's not True' -que recuerda montones al Queen de antaño- y 'Small' suenan más acústicas que las otras tan estandarizadas en el tono del heavy rock cuasi americano. O que 'Surf's Up' es algo gratuita y hasta tonta. No se trata de eso, diseccionar el disco es un ejercicio estéril.
El primer single, 'C-lebrity', sugería señales más auspiciosas, pero se quedó corto de ahí en adelante. Más bien el disco entero es una re-visita a todos los lugares comunes del arena rock, ese blues rock soul grandilocuente, sobretodo lleno de frases clichés, en el que incluso la participación de John Deacon no habría hecho ninguna diferencia. Desde la partida, ya lo podría resumir en el siguiente supuesto "universo paralelo": imaginen que Brian May se gradúa de astrofísico en 1973 y elige dedicarse a la astronomía en vez de la guitarra y solo recula para formar una banda a los 60 años. El resultado podría ser algo parecido a "The Cosmos Rocks": la estrella sideral que Queen resultó ser -que explotó hace tiempos cósmicos- está muerta. Y no hay manera de resucitarla. Grupos como Iron Maiden o Metallica sugieren esa dinámica brillante de heavy, e incluso el glamour persiste con bandas de nuestra era como The Darkness o Muse, pero la Reina... Queen está muerto.
Segundo, recordar que el prejuicio es algo enfermante sobretodo cuando se produce en la música. Todos seguimos adorando a Mercury y es cierto que no hay nadie como él y que parte de Queen murió junto a su incombustible presencia y justo por eso no debemos pedirle peras al olmo ya que temas como 'Innuendo', 'My Melancholy Blues', 'Kind of Magic', 'The Prophet's Song' o 'Death on Two Legs' son irrepetibles. ¿Quién podría hacer cosas como 'Bicycle Race', 'Killer Queen' o 'The Show Must Go On' hoy en día? Nadie. Así que a tragar la pastilla amarga y por qué no, brindándole la atención que se merecen Brian May y Roger Taylor y el respeto que se ganaron, tragarse también algunas secciones de este show de Queen en el siglo XXI, que debe de funcionar especialmente bien en el formato en vivo.
Queen es un extraño caso en el mundo del rock, fueron ninguneados incluso en su tiempo de mayor popularidad. Su inteligente sarcasmo y la disposición a tomar riesgos fueron ferozmente subvaloradas, y para qué hablar de su capacidad al acuñar perfectos singles de pop-rock y de pasearse por entre géneros musicales con una pasmosa facilidad, totalmente ignorada. Una banda que luego de muerto Freddie tampoco ha sido muy reconocida, pero los sobrevivientes no han hecho mucho para hacerse a un costado y dejar que la leyenda los absorba y el tiempo los absuelva y los valore en su inmensa grandeza.
Un grupo de chicos manufacturados llamados Five hace un par de años hacían Queen, ¡junto a los Queen! y para el cumpleaños 60 de Mercury apareció otro grupo, de esos de goma, tributando a Queen con la aprobación de May y Taylor. Eso era inconcebible, tanto que este "The Cosmos Rocks" no puede resultar en ser algo tan patético ya que los factores que suman Queen + Rodgers son de buena madera pero no están de cerca de provocar el efecto de antaño. Y de hecho no es un mal disco, para los amantes de la factura purista del Classic Rock, pero está a un cosmos de distancia de ser algo relevante en la historia de la banda.
Alfredo Lewin
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