Biffy Clyro
The Myth of the Happily Ever After
No hay muchos casos en donde los lados B resulten ser exitosos o tengan el mismo peso compositivo que su lado A. Si de sencillos hablamos, hay más de donde escarbar. Ejemplos como 'Sweetest Thing' de U2 -original de 1987 y editado como single más de 10 años después- o 'Yellow Ledbetter' (1992) de Pearl Jam, tomaron vida propia e incluso superaron al corte principal. En cuanto a discos, la búsqueda se pone más difícil. Un par de ejemplos podrían ser "Shenanigans" (2002) de Green Day o "Incesticide" (1992) de Nirvana, ambos compilados de rarezas que son un deleite para los fans, aunque tuvieron menos impacto que los LPs oficiales. Sin embargo, siempre hay una excepción a la regla y el rock moderno tiene a unos especialistas en esto. Los escoceses Biffy Clyro se hacen presente luego de la pausa pandémica con "The Myth of The Happily Ever After" (2021), un álbum de canciones que, según la misma banda, “no lograron estar...” en su anterior entrega, "A Celebration Of Endings" (2020), pero que tienen los méritos suficientes para ser una de las mejores obras de su discografía.
El contexto de producción de esta nueva placa fue totalmente distinto al de su antecesor. "A Celebration Of Endings" contó con toda la parafernalia que un disco de sus características podría tener. El álbum en total pasó por cinco estudios repartidos entre Estados Unidos y Reino Unido, tanto en su etapa de grabación como de mezcla y masterización. Para "The Myth of The Happily Ever After" obedecieron al encierro del año pasado y registraron todo en su estudio casero en el oeste de Escocia, además contaron con la participación del productor Adam Noble (Placebo, Nothing But Thieves) como ingeniero del LP. Aunque la idea inicial era terminar las pistas que no calzaron en el disco anterior, el proceso fue tomando otra forma y terminó siendo una obra con contenido y fuerza propia. Lo que comenzó como una compilación de lados B, "The Myth…" resultó ser una respuesta más oscura y reflexiva que su antecesora.
La carga musical del álbum es de lo más variado de la carrera del trío. La sutileza que logran en canciones como 'Holy Water' o 'Haru Urara', se contrastan de gran manera con potentes cortes como 'Slurpy Slurpy Sleep Sleep' o 'A Hunger In Your Haunt', haciendo énfasis en lo impredecible de sus pasajes y en la paleta de colores sonoros que alcanza, aún siendo un trío de rock más bien clásico. Aunque todo comienza con 'DumDum', que declara los principios de la placa, aquí Simon Neil no titubea en gritarnos: "This is how we fuck it from the start", marcando una línea más pesimista en cuanto a las líricas del disco. Luego pasamos a la ya mencionada 'A Hunger In Your Haunt', en este tema podemos apreciar el sonido más tradicional de los escoceses, con una soberbia performance de los hermanos Ben y James Johnston en batería y bajo respectivamente, además del gran juego de guitarras de Neil, sin duda uno de las mejores pistas del largaduración.
Puede que haya sido anunciado como un disco más mesurado con respecto a sus antecesores, sin embargo, la ametralladora de riffs no para y en 'Denier' vuelven a la carga. En este track los pasajes son realmente frenéticos, Ben Johnston azota su kit con un demoledor doble pedal y lo convierte en una de las pistas más ‘headbangers’ del disco. El contraste se hace notar de inmediato en 'Separate Missions' y 'Witch's Cup', ambos con influencias electrónicas y con un aire festivo. Si hay algo en lo que Biffy Clyro se caracteriza, es en hacer corear a las grandes masas.
Las revoluciones bajan por completo en 'Holy Water', la balada del álbum que nos demuestra que las lecciones que da hacer un MTV Unplugged quedan marcadas para bien, también queda en evidencia que la versatilidad de la voz de Simon Neil es enorme. Misma sensación provoca en otra de las calmadas y de las mejores canciones del álbum, 'Haru Urara', una referencia a un caballo de carreras japonés conocido como "la estrella brillante de los perdedores en todas partes", que nos da un mensaje de seguir dándolo todo frente a una derrota constante.
'Unknown Male 01' vendría a ser el comienzo del fin de la placa. Su intro de sintetizadores y la posterior intervención de la guitarra marcan el paso de esta cadenciosa pista, la cual explota con uno de los riffs más sucios del álbum. Como siempre impredecibles. 'Existed' sigue la línea electrónica de las anteriores, convirtiéndose en un corte de transición hacia 'Slurpy Slurpy Sleep Sleep', el último azote del power trío escocés. Es en esta pista donde pusieron toda la carne al asador y experimentaron sin límites, acabando con un esperanzador "Ama a todos", ¡muy contrario al "FUCK EVERYBODY - WOO!" con el que cierran el disco anterior.
La placa en general es un gran acierto, desde la intimidad de su grabación, la vuelta compositiva para que no fuera solo un disco de lados B, sino que tuviera un sustento propio, hasta la soberbia performance de sus músicos. El sonido logrado es realmente espectacular y al menos la mitad del disco debería ser parte obligada del set list de las futuras presentaciones del trío. "The Myth of The Happily Ever After" es un álbum realmente poderoso y reflexivo, a la altura de una banda de clase mundial como Biffy Clyro.
Oliver Arriola Riquelme
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