Japanese Breakfast
Jubilee
En el mundo del indie y la música alternativa, las emociones recurrentes tienden a mirar el lado más oscuro del espectro emocional. Desamores, frustración y pérdida, siendo estándares. A pesar de que los primeros dos discos de la cantante coreana-estadounidense, Michelle Zauner, aka Japaneses Breakfast, se adhieren al status quo, con los azules claros de "Psychopomp" (2016) y los negros y rojos de "Soft Sounds from Another Planet" (2017), su reciente entrega -"Jubilee"- hace un esfuerzo consciente de enfocarse en los amarillos claros de la alegría.
Este último disco no solo presenta una renovación en el enfoque emocional de las canciones, sino que también en el aspecto musical. Donde "Soft Sounds..." tenía un sonido más inspirado en la música alternativa noventera, "Jubilee" deja de lado las guitarras como el instrumento principal, otorgando el foco a una densa orquestación de pop experimental protagonizando secciones de cuerdas, pianos, sintetizadores y cajas de ritmo. Desde el primer instante, el álbum deja en claro sus intenciones con el one, two three punch de 'Paprika', 'Be Sweet' y 'Kokomo, IN'.
Con un nombre proveniente de la reconocida película de Satoshi Kon, 'Paprika' es un desfile surreal de pop barroco. Musicalmente, se hace presente con ritmos marchantes, vientos y un gong, y habla de la experiencia de ser un músico, desenvolviendo emociones enfrente de desconocidos, que se quedan colgados en cada palabra. 'Be Sweet', por otra parte, tiene una de las líneas de bajo más memorables del año. Originalmente compuesto con Jack Tatum de Wild Nothing con la idea de vendérselo a un tercero, a Zauner le terminó gustando tanto la canción, que decidió quedarse con ella. Inspirado en el pop de los ochenta como Madonna o Janet Jackson, es un corte etéreo, dulce y bailable. En 'Kokomo, IN', Michelle personifica a una adolescente esperando a su crush, quien se ha ido de su pueblo en Indiana, en busca de sus sueños. La canción canaliza a Brian Wilson y comunica esa sensación juvenil de cuando los problemas abarcan todo.
2021 no solo marcó el lanzamiento de su último álbum, sino que también el de su primer libro, "Crying in H Mart". Basado en un ensayo publicado por Zauner en el 2018, este explora como la cantante buscaba sobreponerse a la muerte de su madre cocinando platos coreanos y reconectar con su herencia asiática, algo que fue un punto de contención en su relación madre-hija. "Jubilee" también taclea estos sentimientos de perder un ser querido. 'In Hell', un corte más atmosférico, liderado principalmente por sintetizadores y batería, comienza con el verso, "con mi suerte, estarás muerto dentro de este año. Ya me lo espero. Ya no queda nada más por temer, por lo menos me queda eso". Jack Tatum también colaboró para el proceso de composición de 'Posing in Bondage', que utiliza la práctica sadomasoquista como metáfora para el deseo controlado, la restricción de la monogamia, pidiendo una conexión, pero en el "buen sentido" según la estadounidense.
Mucho se puede decir de un tercer disco. Es un punto de inflexión, ya pasando la inocencia de una primera entrega y la posible caída de la segunda. Es cuando un artista ha llegado a un punto de confianza en sus composiciones, o así lo explica la misma Michelle, y si este es el caso, lo ha demostrado con "Jubilee". El álbum presenta una mejora total en todos los frentes. Los arreglos son más ricos y emotivos; La composición evidencia un dominio potente; y las letras son vulnerables y sinceras. Pero, sobre todo, no deja claro en que dirección irá ahora, algo muy emocionante para fanáticos de Japanese Breakfast y amantes de la música en general.
Caleb Heaphy Escobar
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