Megadeth
The Sick, the Dying... and the Dead!

Un Vic Rattlehead caracterizado como Mosquetero, portando una espada florín y una pistola mosquete, luce amenazante rodeado de cadáveres mientras en el fondo observamos lo que parecen ser unos sacerdotes quemando cuerpos, ya que todo indica que la escena podría estar ambientada en la Francia de la época de la peste negra que tuvo su punto más álgido en el año 1346, pero la división del cuerpo de Mosqueteros no apareció en el país galo hasta 1620, por lo que hay una gran y errónea brecha histórica en el concepto de portada visualizado por Mustaine e ilustrado por el artista Brent Elliot White (el mismo de "Dystopia"), quien eligió una gama cromática de colores sepia para darle el look “antiguo” a la portada, pero que al verla impresa en el booklet del CD, el resultado es muy oscuro y totalmente ennegrecido por lo cual lo melómanos no estarán muy conformes con ese detalle.
"Equipo ganador repite" dice el refrán y además de usar al mismo artista de "Dystopia", Mustaine también volvió a trabajar con el mismo equipo de producción, compartiendo la responsabilidad nuevamente con Chris Rakestraw en la consola y con Josh Wilbur encargándose de la mezcla y el maestro Ted Jensen de la masterización, pero a diferencia del disco de 2016, que tenía un sonido muy brillante, "The Sick, the Dying... and the Dead!" suena más opaco, quizás con un exceso de compresión en la batería de Dirk Verbeuren que hace su debut en un disco de estudio de Megadeth, aunque ya lleva 6 años en la banda.
El arranque con el tema homónimo es más atmosférico que matador, pero la canción tiene varias partes y cambios que con cada nueva escucha la hace ganar enteros, parte en plan Heavy con una guitarras rítmicas de sumo buen gusto, tiene una sección central bien ‘creepy’ en plan Alice Cooper y termina desatadamente con una sección final de puro Thrash, una tónica que vamos a encontrar en varios temas del disco. ‘Life In Hell’ si es una bomba de puro Thrash Metal y suena masiva e instantánea, de esos temas que taladran el cerebro de forma inmediata con sus penetrante riffs. Luego llega la gran ‘Night Stalkers’ que ya había sido adelantada y donde encontramos a Ice-T metiendo una fraseos de rap, que quedan totalmente en consonancia tanto con la letra como con el ritmo de la canción. ‘Dogs Of Chernobyl’ está aggiornada con una bellas guitarras acústicas al comienzo para luego dar paso a un muro de riffs de puro granito sobre el cual destaca un bellísimo solo de Loureiro que por su melodía y estilo me recordó mucho a Marty Friedman. A propósito de esto, en la próxima gira de Megadeth por Japón, Mustaine dijo que con la aprobación de Loureiro, iba a invitar a Friedman a tocar con ellos, lo que, eventualmente podría abrir la puerta a un regreso del pequeño virtuoso, y quien sabe, quedar la Mega Muerte conformada con tres guitarras como ya hemos visto en otras bandas clásicas. ‘Sacrifice’ es otra bomba de neutrones de ignición directa, un tema que por estructuras y melodías podría estar en ‘Countdown To Extinction’ sin vergüenzas ni problemas, o incluso en el mismo ‘Rust In Peace’ porque su duelo de solos es muy continuista del ejercicio aplicado en ‘Hangar 18’.
Más adelante en el disco encontramos otros momentos destacados como ‘Psychopathy’ y su percusión marcial al unísono con la batería, cortesía de Eric Darken que sirve como introducción para ‘Killing Time’, mientras que ‘Soldier On!’ es directa y al hueso sin ningún tipo de concesión. Por su parte, ‘Célebutante’ es la crítica de Mustaine a todas esas “figuritas” mediáticas que alcanzan el estatus de ‘celebridad’ sin ningún mérito o talento alguno y que son capaces de dar su vida por un ‘like’ en las redes sociales, quizás por su temática, el tema suena tan abrasivo con ganas de llevarse todo por delante. ‘Mission To Mars’ arranca con un bajo protagónico en un tema melódico y ganchero, simple y directo, y con una temática que no suele ser habitual en Megadeth como una misión espacial, para llegar al gran cierre con ’We’ll Be Back’, el tema más rápido y agresivo del disco y que fue la primera carta de presentación de la placa en sociedad y ahora entendemos por qué. Como anécdota, la edición limitada incluye dos bonus tracks que son un cover de ‘Police Truck’ de las leyendas del Punk, Dead Kennedys, y otra de ‘This Planet On Fire’ del gran Sammy Hagar que cuenta con la participación del propio Sammy en la voz, pero lo realmente importante están en esas 11 nuevas canciones más una introducción que se transforman en una gran continuación de “Dystopia” y en un gran disco de Megadeth para el siglo XXI, y que bien se siente aquello luego de discos muy discretos como “Super Collider” y “Th1rt3en” que no estaban a la altura del inmenso legado del colorado.
Cristián Pavez
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