Queensrÿche
Digital Noise Alliance

Resulta realmente gratificante ver como con mucho esfuerzo y dedicación la gran banda de Seattle ha logrado limpiar su nombre, recuperar su legado y tener nuevamente un presente glorioso, luego de esos últimos años y discos nefastos junto a Geoff Tate, por lo que hoy nos encontramos que "Digital Noise Alliance" es su cuarto trabajo junto al vocalista Todd La Torre, y lo más importante, el mejor y más completo disco de Queensrÿche grabado junto a él.
Las novedades que trae la placa son por un lado el regreso del guitarrista Mike Stone que cumple un papel muy destacado en los dual leads junto a Michael Wilton, y por otro, el debut en estudio del gran baterista Casey Grillo (ex Kamelot), que literalmente se lo toca todo en el disco, aportando una gran dinámica a las canciones. Junto a ellos, el productor Zeuss (Rob Zombie, Soulfly, Hatebreed), vuelve a hacerse cargo de los controles, logrando un sonido de gran calidad para el álbum, manifestando además que el grupo recuperó amplificadores y racks de efectos utilizados en sus gloriosos discos de los 80’s, logrando con ello que todo suene familiar y reconocible.
Y la calidad del disco se percibe desde el comienzo, con ese fabuloso arranque con ‘In Extremis’, uno de los singles de adelanto del disco y que nos muestran la herencia de Iron Maiden, que fue una de la influencias del grupo en sus inicios. Pero lo mejor está por venir porque el disco va en un in crescendo constante canción tras canción, y ‘Chapters’ es una exquisita demostración de aquello con unas líneas de bajo realmente soberbias del gran Eddie Jackson, con las notables guitarras gemelas de Wilton y Stone, el tremendo groove de la batería de Grillo que te atrapa y la gran interpretación vocal de La Torre que borda el tema, sonando cada vez más personal y ya no tanto como un ‘hijo’ de Geoff Tate. ‘Lost in Sorrow’ es un temazo, te transporta de inmediato a la época de “Empire” (1990), y en el disco vamos a encontrar muchos flashbacks que nos llevan a The Warning” (1984), “Rage For Order” (1986) y “Promised Land” (1994), es decir, a la época más gloriosa y rutilante de Queensrÿche, cuando el grupo creó su propio imperio sónico y se transformó en una de las bandas más originales, únicas y precursoras del Metal Progresivo.
Y ese imperio sónico se sigue construyendo en la actualidad, por ello, no extraña que las críticas hacia este disco estén siendo absolutamente positivas y todas coinciden en que es el mejor trabajo junto a La Torre, y basta escuchar canciones tremendamente logradas como ‘Sicdeth’ para comprobarlo, con su marcha marcial en los riff de guitarra y la tremenda batería de Grillo que mete unos detalles de exquisita técnica, algo que se replica en ‘Behind The Walls’ con su ambiente opresivo en plan “Rage For Order”, canción que cuenta además con un gran video clip que ha sido nominado a un premio como el mejor del año. ‘Nocturnal Light’ también tiene ese ambiente de dominación tecnológica de ‘Rage’ y aquí Eddie Jackson nos vuelve a recordar todo lo que un bajista puede aportar en la dinámicas sonoras de una banda de Metal. Y cuando decimos que es un gran disco, es en gran medida también porque cada canción tiene un nivel de consistencia y calidad que la hace indispensable para el álbum, aquí no hay relleno no minutaje excesivo, y ‘Out Of Black’ es otro gran tema de la placa. Luego llega la balada ‘Forest’ con sus guitarras acústicas y su ambiente de paz interior, quizás lo más cercano que ha estado la banda a un nuevo ‘Silent Lucidity’, aunque no esté la firma excelsa del gran Chris DeGarmo en ella.
El último tercio del disco arranca con la pesadez de ‘Realms’ en plan “The Warning”, un tema oscuro y absolutamente metálico con esos riffs staccato que luego explotan en un coro sensacional, en otro temazo mayúsculo del disco. Le sigue ‘Hold On’ donde Grillo mete un abundante juego de platos china que nos traen a la mente al gran Scott Rockenfield y donde La Torre nuevamente está sensacional en su interpretación vocal. El gran final llega con ‘Tormentum’ la pieza más larga, compleja y progresiva del disco de casi 8 minutos de duración y donde toda la banda elabora un tema absolutamente sensacional. Cuando la prensa de los 80’s decía que Queensrÿche era “metal para el hombre pensante” precisamente se referían a piezas como esta, porque lírica y musicalmente no existía otra banda igual. Como dulce adicional se sumó un enorme cover de nuestro reciente visitante Billy Idol y su icónico e inmenso ‘Rebel Yell’ donde La Torre realmente lo borda, un bonus track que quizás fue pensado para la edición japonesa pero que al parecer estará en todas las ediciones.
Tremendo regreso de Queensrÿche, tanto así que se va directo a mi Top 10 de lo mejor del año. La gran ‘Queen Of The Reich’ no había perdido su corona, sólo la tenía extraviada.
Cristián Pavez
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