Disturbed
Divisive

Y un día, luego de cuatro años de espera desde su anterior “Evolution” (2018), los “perturbados” de Chicago decidieron regresar con su octavo y “divisivo” disco, porque lo cierto es que los que esperaban alguna vuelta de tuerca significativa de su sonido se sentirán decepcionados, mientras que los fans acérrimos recibirán más de lo que esperan, ni mejor ni peor que antes, solo más de lo mismo, sin que esto sea necesariamente algo negativo.
El cambio de productor tampoco trajo alguna modificación sónica significativa; esta vez eligieron a Drew Fulk que ha trabajado antes con Lil Wayne, Motienless in White y Kim Dracula, quien dotó al álbum de un sonido áspero y algo distorsionado, buscando, en mi opinión, una falsa modernidad que la banda no necesita para nada. Disturbed son herencia de la generación 2000 y los que conocemos a la banda desde sus inicios, sabemos que sus discos pueden sonar mucho mejor que esto. Los elementos y características identificativas de la banda están muy presentes; las estructuras, los quiebres, los matices y las armonías habituales están todas, por lo que el único elemento distintivo de este disco en relación a los anteriores, es que en esta oportunidad el guitarrista Dan Donegan mete solos de guitarra mucho más extensos, siempre melódicos pero con una cuota extra de complejidad y técnica en la ejecución.
Por otra parte, el disco es hijo también de las circunstancias que rodearon su composición y grabación, por lo cual el vocalista David Draiman comenta que la canción de apertura ‘Hey You’ está influenciada por el Covid-19, mientras que ‘Bad Man’ por la guerra de Rusia contra Ucrania. También encontramos una colaboración inesperada entre la gran Ann Wilson de Heart y la banda en la canción ‘Don’t Tell Me’. Dice Draiman que fue la propia Ann la que se acercó a la banda y les pidió trabajar en un tema juntos luego de escuchar la versión que hicieron de ‘The Sound of Silence’ de Simon & Garfunkel. El resultado es una especie de balada bastante correcta, donde destaca también el gran solo que mete Donogan.
El resto del material sigue contando con ese groove infeccioso que siempre ha caracterizado a la banda, con el imput inagotable del bajista John Moyer y del baterista Mike Wengren, lo que se ve reflejado en canciones bombásticas como ‘Unstoppable’, ‘Love To Hate’ y ‘Feeding The Fire’ tres de las mejores y más metaleras canciones del disco. En el tercio final nos encontramos con la más experimental ‘Take Back Your Life’, la marchosa ‘Part of Me’ y el cierre con las más industrial ‘Won’t Back Down’.
Creo que lo más “Divisivo” del nuevo álbum de Disturbed es su producción, a mi el sonido no me gustó para nada, lo siento muy artificioso y pienso que eso termina perjudicando lo buenas que están muchas de las canciones. A veces una buena producción pule y mejora las canciones, en este caso, con un sonido más orgánico y natural, esta placa podría estar unos peldaños más arriba. Como sea, hay 3 ó 4 temas que en directo serán matadores, por lo que esperamos que la banda regrese pronto por estos lados, porque ya no hay Ozzfest donde poder verles como ese domingo 2 de julio del año 2000, donde a las 10 de la mañana, realizaron unos de los mejores y más brutales shows de apertura que he visto en mi vida.
Cristián Pavez
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