The Smashing Pumpkins
ATUM - Act II

2023. Martha's Music
Cuando el segundo acto de "Atum" de The Smashing Pumpkins fue publicado, las expectativas ya venían bastante bajas debido a que su antecesor no terminaba de convencer, ni parecía estar acorde a las pretensiones de sus fanáticos, entre los cuales me incluyo, ya que nos dejó a todos con gusto a poco. En este último trabajo de estudio, Billy Corgan, la mente creativa detrás de su creación y concepto, nos vuelve a proveer de su música por partida doble con en el mismo tono del antecesor de este álbum: uno optimista y muy ambicioso que nos cuenta la historia de Shiny, el personaje protagónico de esta ópera de tres actos, pero que carece de ese carácter entrañable de la banda que una vez cautivó al mundo con sus crudas y bellas sinfonías angst.
Cargado nuevamente a los sintetizadores y a un sonido futurista comienza con ‘Avalanche’, una canción que es puro pop dada la utilización predominante de este instrumento y a su temática alentadora, y que te termina contagiando de ese mismo ánimo. El segundo punto álgido es ‘Empires’, ya que tiene un buen riff que pareciese a ratos resemblar a la vieja fórmula de la banda, pero que sonaría más pesada de lo que pretende si no fuese porque ambas guitarras se escuchan casi apagadas la primera mitad de la canción. De todas formas, es una canción potente y mi favorita del disco, no así ‘Moss’ y ‘Beguiled’ que apuntan a una semejante receta y a la antigua angustia, pero que se quedan al debe musicalmente debido a esta falta de intensidad.
‘Space Age’ posee un ritmo más sólido, pero ‘Neophyte’ pasa casi desapercibida al igual que ‘Night Waves’. Es este punto en donde esta obra comienza a decaer y a volverse casi monótona, pues vuelven a presionar la misma tecla con ‘Every Morning’, ‘To The Grays’, ‘The Culling’, y el cierre, ‘Springtimes’ que sin lugar a dudas deja con sed de mucho más.
Debo admitir que a medida que he escuchado este álbum y lo he terminado de digerir me ha convencido cada vez más. Si bien es un material que se desmarca por completo de lo que solían ser en su época dorada, tiene importantes momentos de iluminación sonora como con ‘Empires’ o incluso la misma ‘Avalanche’, y ambientaciones futuristas muy bellas que nos esclarecen un poco más la metamorfosis psicológica vivida por el personaje principal de este trabajo, Shiny. No obstante, al ser una ópera rock de 3 actos, como la autodenominó su líder, apunta a ser un disco muy ambicioso, pero que se queda a medio camino. Por ahora, solo queda esperar a su tercera parte y parte final para ver cómo concluye esta inmersiva historia.
Bárbara Henríquez
Cuando el segundo acto de "Atum" de The Smashing Pumpkins fue publicado, las expectativas ya venían bastante bajas debido a que su antecesor no terminaba de convencer, ni parecía estar acorde a las pretensiones de sus fanáticos, entre los cuales me incluyo, ya que nos dejó a todos con gusto a poco. En este último trabajo de estudio, Billy Corgan, la mente creativa detrás de su creación y concepto, nos vuelve a proveer de su música por partida doble con en el mismo tono del antecesor de este álbum: uno optimista y muy ambicioso que nos cuenta la historia de Shiny, el personaje protagónico de esta ópera de tres actos, pero que carece de ese carácter entrañable de la banda que una vez cautivó al mundo con sus crudas y bellas sinfonías angst.
Cargado nuevamente a los sintetizadores y a un sonido futurista comienza con ‘Avalanche’, una canción que es puro pop dada la utilización predominante de este instrumento y a su temática alentadora, y que te termina contagiando de ese mismo ánimo. El segundo punto álgido es ‘Empires’, ya que tiene un buen riff que pareciese a ratos resemblar a la vieja fórmula de la banda, pero que sonaría más pesada de lo que pretende si no fuese porque ambas guitarras se escuchan casi apagadas la primera mitad de la canción. De todas formas, es una canción potente y mi favorita del disco, no así ‘Moss’ y ‘Beguiled’ que apuntan a una semejante receta y a la antigua angustia, pero que se quedan al debe musicalmente debido a esta falta de intensidad.
‘Space Age’ posee un ritmo más sólido, pero ‘Neophyte’ pasa casi desapercibida al igual que ‘Night Waves’. Es este punto en donde esta obra comienza a decaer y a volverse casi monótona, pues vuelven a presionar la misma tecla con ‘Every Morning’, ‘To The Grays’, ‘The Culling’, y el cierre, ‘Springtimes’ que sin lugar a dudas deja con sed de mucho más.
Debo admitir que a medida que he escuchado este álbum y lo he terminado de digerir me ha convencido cada vez más. Si bien es un material que se desmarca por completo de lo que solían ser en su época dorada, tiene importantes momentos de iluminación sonora como con ‘Empires’ o incluso la misma ‘Avalanche’, y ambientaciones futuristas muy bellas que nos esclarecen un poco más la metamorfosis psicológica vivida por el personaje principal de este trabajo, Shiny. No obstante, al ser una ópera rock de 3 actos, como la autodenominó su líder, apunta a ser un disco muy ambicioso, pero que se queda a medio camino. Por ahora, solo queda esperar a su tercera parte y parte final para ver cómo concluye esta inmersiva historia.
Bárbara Henríquez
Tags
Ultimos Contenidos
«Rated R»: La química, los mantras y los secretos de un clásico contemporáneo
Martes, 06 de Junio de 2023
Blonde Redhead anuncia nuevo álbum, ''Sit Down For Dinner''
Lunes, 05 de Junio de 2023