Winger
Seven

2023. Frontiers
Coincidiendo con los 35 años de la salida de su álbum debut homónimo en 1988 y a 9 años de su último trabajo “Better Days Comin’” (2014), la banda de Nueva York liderada por el gran vocalista, bajista, productor y compositor Kip Winger, regresa con su disco “Seven”, una placa que el propio Kip se apura en señalar como el disco más completo del grupo a la fecha, ya que él considera que todas las facetas y etapas de la banda, están representadas en el nuevo redondo.
Lo cierto es que la banda disfrutó de las mieles del éxito masivo radial y de MTV con sus dos primeros discos que alcanzaron el platino en USA, dos trabajos maravillosos y pletóricos de un Hard Rock melódico (reniego usar el peyorativo término ‘Hair Metal’), rebozantes de elegancia y calidad interpretativa, aunque a partir de su tercer disco y gran obra maestra “Pull” (1993), el sonido de la banda cambió bastante, ennegreciendo su estilo y adoptando una sonoridad mucho más pesada, marcando el rumbo para los discos posteriores, los que han evolucionado a partir de ahí, incorporando algunos elementos progresivos e incluso de jazz.
Manteniendo su formación original intacta, siempre con Kip Winger en bajo y voz, Reb Beach en guitarra y coros, Paul Taylor en teclados, guitarra y coros, Rod Morgenstein en batería, y a partir de 1993, John Roth en guitarra y coros, el grupo golpea duro desde el inicio con la áspera y energética ‘Proud Desperado’, donde nada evidencia que ha pasado casi una década entre este disco y el anterior. “Soy un tipo de los 80” dice Reb Beach en una entrevista, y lo cierto es que sus gancheros riffs son el eslabón que conecta el actual sonido del grupo con su primera etapa, y es que resulta imposible resistirse al gancho inmediato de ‘Heaven’s Falling’, donde además Kip Winger demuestra que su voz aún se mantiene en una forma realmente óptima. Llegado el momento del solo de guitarra, aparece toda esa inmensa calidad por la que siempre ha sido reconocido Beach, que además la pudo plasmar en sus grandes pasos por Dokken y Whitesnake. ‘Tears Of Blood’ también tiene un inicio muy ochentero pero luego va mutando a la pesadez del material actual, siempre comandada por las grandes melodías que la banda va construyendo de manera fluida y brillante, y con mucho groove por parte de la batería de Morgenstein (Dixie Dregs).
‘Resurrect Me’ presenta el costado más melódico y radial, donde podemos percibir ciertas influencias de Scorpions en el tratamiento de las guitarras, pero siempre con la rúbrica de la estupenda voz de Kip, y hablando del líder, en las últimas dos décadas ha estado componiendo muchas piezas de música clásica y bandas sonoras para ópera y ballet; toda su familia, padre y hermanos mayores han estado involucrados en la composición musical para otros artistas como músicos de sesión, y todo ese amplio training y experiencia asimilada por Kip se nota en la bellísima y brillante ‘Broken Glass’, una especie de balada orquestal absolutamente conmovedora por la riqueza de sus arreglos.
La fuerte presencia de un efecto ‘Talk Box’ en ‘It’s Okay’ puede recordar al Bon Jovi de ‘It’s My Life’, mientras que los consistentes y punzantes riffs de ‘Stick The Knife In And Twist’ nos retrotraen al paso de Beach por Dokken, donde los solos doblados junto a John Roth son una delicia, mientras que las sutilezas acústicas de ‘Do Or Die’ dejan de manifiesto lo gran vocalista que siempre ha sido Kip Winger. El gran final llega con la enorme ‘It All Comes Back Around’, una pieza extensa y operática, llena de dramatismo y un in crescendo sensacional en la parte instrumental, llena de sentimiento y con detalles alucinantes en la interpretación de toda la banda, y es que la riqueza musical de este grupo está por sobre cualquier otra agrupación más famosa y exitosa, pero la verdadera calidad nunca pasa de moda.
Cristián Pavez
Coincidiendo con los 35 años de la salida de su álbum debut homónimo en 1988 y a 9 años de su último trabajo “Better Days Comin’” (2014), la banda de Nueva York liderada por el gran vocalista, bajista, productor y compositor Kip Winger, regresa con su disco “Seven”, una placa que el propio Kip se apura en señalar como el disco más completo del grupo a la fecha, ya que él considera que todas las facetas y etapas de la banda, están representadas en el nuevo redondo.
Lo cierto es que la banda disfrutó de las mieles del éxito masivo radial y de MTV con sus dos primeros discos que alcanzaron el platino en USA, dos trabajos maravillosos y pletóricos de un Hard Rock melódico (reniego usar el peyorativo término ‘Hair Metal’), rebozantes de elegancia y calidad interpretativa, aunque a partir de su tercer disco y gran obra maestra “Pull” (1993), el sonido de la banda cambió bastante, ennegreciendo su estilo y adoptando una sonoridad mucho más pesada, marcando el rumbo para los discos posteriores, los que han evolucionado a partir de ahí, incorporando algunos elementos progresivos e incluso de jazz.
Manteniendo su formación original intacta, siempre con Kip Winger en bajo y voz, Reb Beach en guitarra y coros, Paul Taylor en teclados, guitarra y coros, Rod Morgenstein en batería, y a partir de 1993, John Roth en guitarra y coros, el grupo golpea duro desde el inicio con la áspera y energética ‘Proud Desperado’, donde nada evidencia que ha pasado casi una década entre este disco y el anterior. “Soy un tipo de los 80” dice Reb Beach en una entrevista, y lo cierto es que sus gancheros riffs son el eslabón que conecta el actual sonido del grupo con su primera etapa, y es que resulta imposible resistirse al gancho inmediato de ‘Heaven’s Falling’, donde además Kip Winger demuestra que su voz aún se mantiene en una forma realmente óptima. Llegado el momento del solo de guitarra, aparece toda esa inmensa calidad por la que siempre ha sido reconocido Beach, que además la pudo plasmar en sus grandes pasos por Dokken y Whitesnake. ‘Tears Of Blood’ también tiene un inicio muy ochentero pero luego va mutando a la pesadez del material actual, siempre comandada por las grandes melodías que la banda va construyendo de manera fluida y brillante, y con mucho groove por parte de la batería de Morgenstein (Dixie Dregs).
‘Resurrect Me’ presenta el costado más melódico y radial, donde podemos percibir ciertas influencias de Scorpions en el tratamiento de las guitarras, pero siempre con la rúbrica de la estupenda voz de Kip, y hablando del líder, en las últimas dos décadas ha estado componiendo muchas piezas de música clásica y bandas sonoras para ópera y ballet; toda su familia, padre y hermanos mayores han estado involucrados en la composición musical para otros artistas como músicos de sesión, y todo ese amplio training y experiencia asimilada por Kip se nota en la bellísima y brillante ‘Broken Glass’, una especie de balada orquestal absolutamente conmovedora por la riqueza de sus arreglos.
La fuerte presencia de un efecto ‘Talk Box’ en ‘It’s Okay’ puede recordar al Bon Jovi de ‘It’s My Life’, mientras que los consistentes y punzantes riffs de ‘Stick The Knife In And Twist’ nos retrotraen al paso de Beach por Dokken, donde los solos doblados junto a John Roth son una delicia, mientras que las sutilezas acústicas de ‘Do Or Die’ dejan de manifiesto lo gran vocalista que siempre ha sido Kip Winger. El gran final llega con la enorme ‘It All Comes Back Around’, una pieza extensa y operática, llena de dramatismo y un in crescendo sensacional en la parte instrumental, llena de sentimiento y con detalles alucinantes en la interpretación de toda la banda, y es que la riqueza musical de este grupo está por sobre cualquier otra agrupación más famosa y exitosa, pero la verdadera calidad nunca pasa de moda.
Cristián Pavez
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