Sum 41
Heaven :x: Hell
Como canto de cisne, "Heaven :x: Hell" es la producción más ambiciosa y potente de Sum 41. A lo largo de sus 20 tracks, la banda logra resumir los mundos sonoros que han explorado en estos años. Se divide en dos partes distintivas e impecablemente elaboradas: primero, "Heaven", que evoca al punk liviano y fiestero de sus inicios; y luego "Hell", que presenta el metal alternativo que adoptaron desde "13 Voices" (2016). En general, este álbum mantiene un buen ritmo, es entretenido y dura poco menos de una hora. Además, sirve como testimonio de la notable versatilidad de esta banda, la que ha sido fundamental para sostener una carrera de 28 años y diferenciarse de sus contemporáneos.
Como se mencionó anteriormente, la primera parte del álbum recupera en gran medida el sonido de sus primeros trabajos, especialmente de "All Killer No Filler" (2001). En este contexto, "Heaven" abre con los riffs de 'Waiting on a Twist of Fate', la cual cuenta con una interpretación vocal elocuente de su vocalista Deryck Whibley. 'Landmines' recuerda en gran medida al sonido de Blink 182, algo que no es nuevo para Sum 41, quienes siempre han enarbolado con orgullo sus influencias. La letra aborda con mucha ironía su inminente separación. Asimismo, 'I Can't Wait' es una trituradora que destaca por su fusión de punk californiano y coros épicos.
'Dopamine' está dotada de una sensibilidad pop notable sin ser empalagosa. Aunque perfeccionar un género simplista podría parecer difícil, aquí todos los integrantes del grupo aportan la cantidad adecuada de magia sin excederse, destacándose sobre todo los guitarristas Dave Baksh y Tom Thacker y la batería de Frank Zummo. Por otro lado, canciones como 'Time Won't Tell' demuestran que, si lo desearan, ellos podrían seguir entregando composiciones efectivas en un tono más punky, a pesar de haberse alejado de ese estilo hace unos años. 'Future Primitive' es otro de los puntos altos de esta primera parte, con interesantes armonías corales, texturas en las guitarras y un retumbante tono en el bajo. El solo de guitarra de Baksh es la cereza del pastel. Por último, mientras que 'Bad Mistake' emerge como una canción casi obligatoria para el mosh pit, 'Radio Silence' es una balada interesante, resaltada por la emotiva interpretación vocal de Whibley, la cual va creciendo hasta explotar, acentuada por la inclusión de piano y guitarra acústica. Ahora bien, "Hell" presenta un cambio radical en tono y ánimo. 'Rise Up' sorprende con riffs ensordecedores y el cambio vocal que ha experimentado Whibley en los últimos años, quien ruge sin contemplación. El solo al final es magnífico. En el siguiente track, 'I Don't Need Everyone', Baksh vuelve a superarse con otro solo brutal, el cual da paso a una pared sónica de tres guitarras y un nuevo contraataque de batería. 'Over The Edge' es toda una locura. No solo Deryk alcanza una altura increíble con su voz, sino que la banda se luce con unos cambios de ritmo sorprendentes, repletos de riffs esquizos y percusiones a mil por hora. 'Paint It Black' ofrece una genial versión del clásico de los Stones, aunque claramente más pesada. 'It's All Me' es otro derroche de energía; la batería suena a todo lo que da y Baksh lanza otro solo alucinante. Al igual que "Heaven", "Hell" termina con una balada, 'How The End Begins'. Por la forma que venía tomando "Heaven :x: Hell" en sus últimos tracks uno esperaría un final con más pirotecnia, pero como esta canción no solo cierra el álbum, sino que toda la carrera de Sum 41, no deja de ser adecuada, ya que reflexiona sobre cómo lidiar con las pérdidas y las partidas.
Musicalmente, sorprende cómo dominaron dos géneros tan diferentes de manera natural, aprovechando al máximo todos sus recursos y dotándolos de mucha energía, sin descuidar ningún detalle, resultando muy completo y sin excesos, siendo algo importante de resaltar ya que mantener la coherencia e interés en un álbum extenso es todo un desafío. Y aquí nada falta ni sobra, sino que se disfruta completamente. De esta manera, "Heaven :x: Hell" es un cierre brillante e introspectivo para una de las bandas más importantes del punk del último cuarto de siglo, cuyo sitial en la historia se lo han ganado gracias a su trabajo duro y constante reinvención.
Giordano Antonelli Villavicencio
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