Soft Play
Heavy Jelly
No sería una exageración afirmar que Soft Play son los responsables de traer el punk británico de vuelta al mainstream. Una aseveración respaldada al contar con un historial que habla por sí solo: desde el lanzamiento de su corrosivo álbum debut “Are You Satisfied?” en 2015, pasando por su colaboración con Gorillaz en 2020, hasta pisar el escenario del Glastonbury en 2024, su carrera no ha sabido más que de buenas rachas, perseverancia y muchísima resiliencia. De igual modo, su presencia ha sacudido fuerte los cimientos del rock alternativo británico gracias a su estilo abrasivo y rebelde, que ha retumbado muy de cerca con el éxito de bandas como IDLES, Bob Vylan, Nova Twins y Kid Kapichi, y toda esta nueva camada de artistas que han seguido su misma vertiente.
Ahora, después de una pausa de seis años marcada por duelos, problemas de salud mental y rupturas, el dúo compuesto por Isaac Holman y Laurie Vincent -anteriormente conocido como Slaves-, regresa rebautizado como Soft Play con su disco recién salido del molde: “Heavy Jelly” (2024) listo para llegar y servir. Grabado a lo largo de un año entre The Tunbridge Wells Forum, el estudio en el jardín del guitarrista Laurie Vincent y The Albion Rooms de The Libertines, el material resultante es uno absolutamente visceral, absurdo y sincero, que no se contenta con los viejos esquemas, sino que reinventa su pasado punk por un presente más metalero.
Arrancar con ‘All Things’ es un bombazo súbito que te toma por asalto. Nada hace presagiar que después de un coro angelical se esconde un riff difuso y pesado, pero así es. Perdón por el spoiler. Este se complementa con la primera línea que declara Holman a todo pulmón: “Soy el idiota más agradable que jamás hayas conocido". Un inicio que se condice mucho con los componentes contradictorios de la pareja, ya que abarca justamente la dualidad entre sus personalidades agresivas en el escenario y sus actitudes amables fuera de él. El segundo track no nos da ni un segundo de tregua: ‘Punk's Dead’ es una valiente declaración que se sostiene como uno de los mejores cortes del disco. Un clásico instantáneo y una necesaria explosión headbanger para tus oídos, lleno de letras ingeniosas que no puedes evitar reír y cantar al escuchar esta inteligente contrarespuesta hacia aquellos que se enojaron por su cambio de nombre y los tildaron de “woke”. Como dato, Robbie Williams es quien canta el puente en un genial featuring que pasa casi desapercibido. ‘Act Violently’ es otro temazo que roza lo thrasher, dado que contiene una buena ración de guitarreo ininterrumpido de Vincent y un canto/grito bestial cortesía del batero.
‘Isaac Is Typing…’ sigue con la misma métrica que han trabajado hasta el momento, puesto que porta un compás pesadísimo y fluctuante que te prepara para el gran golpe que dan con el coro; sencillamente un estallido hardcore a la vena. En el bloque de letras insensatamente ocurrentes tenemos a ‘Bin Juice Disaster’, una pista tan mundana como heavy. Trata sobre mancharte con el jugo de basura, porque ¿por qué no? Mientras que ‘Worms On Tarmac’ nos escupe un ritmo frenético que se iguala a la velocidad de las rimas de Holman, y que va sobre la perspectiva de un gusano intentando sobrevivir a la lluvia. Por sí sola, ‘John Wick’ tiene mucho que decir en su minuto de duración, el cual bien usa a su favor al desatar unos tambores y guitarras disonantes. ‘Mirror Muscles’ nos trae de vuelta los ecos del nu-metal, destacándose por supuesto las cuerdas afinadas en tonos bajos, riffs atronadores y el infaltable fraseo de hip-hop.
Para esta etapa, ‘Working Title’ podría decirse que trae la innovación por sus sonidos electrónicos noventeros. Sin embargo, ‘The Mushroom and The Swan’ está en el carril contrario a esta corriente y pareciera más alinearse con el Nirvana del "Bleach", si es que hubiese sido más fuzzero, claro. Es cruda y dura, resultando ser una verdadera corrida contra el tiempo. ¡Una pista de cuidado! Y para cerrar con un gran final está ‘Everything And Nothing’. Es la composición más íntima y honesta que han publicado a la fecha, la cual musicalmente abraza un canto desgarrador que contrasta con la dulzura de una mandolina. En este tema, el grupo nos abre su corazón, ofreciéndonos una experiencia verdaderamente catártica al abordar la pérdida que Laurie sufrió con la muerte de su ex-pareja y madre de sus primeros dos hijos a causa del cáncer en 2019, y la pérdida del mejor amigo de Isaac poco después. Una canción que necesitaban escribir y que canaliza su dolor de forma profunda y hermosa.
Después de haberse tomado el tiempo necesario para reconstruir sus vidas y redirigir su carrera, tenemos como remuneración a los años de ausencia “Heavy Jelly”, un álbum que es fruto de su crecimiento y madurez tanto musical como personal, y que con confianza clama que están en su mejor momento. Personalmente, no puedo dejar de reconocer que los admiro justamente por esta misma evolución artística que tan bien les sienta, la que ha reforzado mi cariño por ellos y los ha puesto entre mis bandas favoritas de la última década.
Bárbara Henríquez
Tags
Ultimos Contenidos
Mastodon y Lamb of God unen fuerzas en el single 'Floods of Triton'
Jueves, 12 de Septiembre de 2024