The Dead Daisies
Light 'Em Up
El colectivo liderado y financiado por el guitarrista australiano David Lowy, regresa con su séptimo disco de estudio el cual presenta el retorno del icónico vocalista John Corabi (The Scream, Mötley Crüe), y también del baterista Tommy Clufetos (Ozzy, Black Sabbath), que ya había tenido un paso previo por el conjunto. También marca el debut del bajista Michael Devin (Whitesnake), y se mantiene en su posición como guitarrista el gran Doug Aldrich (Dio, Whitesnake), quien recientemente fue diagnosticado con un cáncer de garganta, pero ya fue operado con éxito y se pronostica una recuperación total, por lo que para los shows en vivo, el tremendo Reb Beach (Winger, Dokken, Whitesnake), estará cubriendo su lugar.
Con 10 nuevas canciones, el disco nos presenta el sonido habitual de la banda, el que se mantiene como una seña de identidad inalterable a pesar de la alta rotación de músicos que tiene el grupo, por eso se habla más de un colectivo que de una “banda” propiamente tal. El inicio con el tema título es de alta energía, y la canción permite apreciar que el descanso que se tomó John Corabi le hizo bien, pues su voz suena fuerte y aguerrida. El combo suena compacto y con mucho empuje, liderados por la siempre soberbia guitarra de Aldrich. ‘Times Are Changing’ suena más viscosa y viciosa, con ese Hard Rock de carretera que invita a recorrer kilómetros sin un destino previsible. Una característica a destacar del disco es su producción, ya que aquí todo suena muy orgánico y natural, con ese sentimiento y vibración de una placa grabada en vivo con toda la banda tocando junta en el estudio.
‘I Wanna Be Your Bitch’ suena como un tributo a AC/DC, con ese sonido sleaze reptante, algo que se repite con mayor claridad aún en ‘I’m Gonna Ride’ y su homenaje a las motos poderosas, en un temazo por todo lo alto que suena como una canción de los 80’s de los canguros y donde Corabi también está enorme en la voz, con su registro recordando a alguien como Ian Atsbury de The Cult. El solo de Aldrich no viene más que a coronar una de las mejores canciones del disco. Como contraparte, ‘Back To Zero’ suena mucho más moderna, con cierto aire Grunge que puede recordar a AIC por su sonido denso y espeso. El Rock ‘N’ Roll de corte festivo regresa en ‘Way Back Home’, mientras que ‘Take A Long Line’ es todo un tributo a los héroes de Boston, ya que este tema (y letra), es puro Aerosmith. El bajo de Devin conduce el tema con mucho empaque y es el protagonista de la canción. ‘My Way And The Highway’ también tiene cierto aire a los de Boston, sobre todo en la voz de Corabi que presenta algunos registros similares a los del gran Steven Tyler, mientras que ‘Love That’ll Never Be’ es la balada del disco, aunque en efecto se trate más de un medio tiempo propiamente tal, pero tiene el sentimiento romántico tanto en su letra como en su sonoridad. El cierre llega con ‘Take My Soul’ la canción más larga del disco y la única que supera los 5 minutos, en un tema oscuro pero altamente satisfactorio, sobre todo en la acelerada final donde toda la banda suena grandiosa.
Sin duda estamos ante un muy buen disco de The Dead Daisies, quizás el mejor que han editado hasta ahora, un álbum que invita a pasar un buen rato sin mayores pretensiones que disfrutar de un disco de Hard Rock clásico en pleno 2024, y donde las canciones fluyen de gran manera para garantizar que se cumpla ese objetivo. Y ojalá que la banda regresa por estas tierras, porque ese show que hicieron en el Club Chocolate hace algunos años, fue realmente notable.
Cristián Pavez
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