311
Full Bloom
Formados en la cúspide de la ola alternativa, y a más de una treintena de haber brotado en el suelo fértil de los 90, 311 llega con “Full Bloom” (2024), un disco que vuelve a reclamar lo suyo; y que, como su nombre sugiere, los saca a relucir en su versión más florecida, si es que así se le quiere ver. En esta decimocuarta entrega, vemos a un quinteto que sigue al pie del cañón y todavía está encontrando nuevas profundidades en su entramado sonoro. “Full Bloom” está curado con las influencias bien playeras de reggae, rock y funk que siempre han sido su marca registrada. Sin embargo, ahora se atreve a explorar más allá de su base, inclinándose hacia el rap y tonalidades que se escuchan y sienten muchísimo más contemporáneas que se alejan un poco más de la costa.
‘You're Gonna Get It’ nos saluda con una fuerza descontrolada, y honestamente, ¡qué tremendo regreso! Las bases retumban con una contundencia que solo años de oficio pueden lograr, y aun así, sorprende lo fresco y moderno que suenan. No es casualidad que este se haya convertido en el sencillo más exitoso de 311 en más de una década, puesto que aquí la energía sigue impoluta, configurando el estilo de un álbum que hace malabares a su antojo con el pasado y el futuro. Del lado actual, por ejemplo, tenemos a ‘Need Somebody’ y la homónima ‘Full Bloom’, que lejos de ser los típicos rap-rock por los cuales los conocimos, están hechas sin tantas pretensiones, con ritmos cálidos y estribillos fáciles de digerir, como si estuvieran diseñados para ser un subidón de energía.
Ahora, los arreglos que meten aquí sus colaboradores Colin Brittain y Scott Ralston se traducen en la sofisticación de la producción, dándoles un guiño sutil a los fans de su época dorada en canciones como ‘Friend’, donde recuperan el espíritu psicodélico de álbumes como “Don't Tread On Me” (2005), con un riff que se despliega lentamente, casi hipnótico, y una voz de Hexum que recuerda aquellos nostálgicos inicios. ‘Mountain Top’ y ‘New Heights’ aportan la infaltable onda isleña que define gran parte de su sonido, trayendo consigo un respiro cálido que encaja a la perfección con la intención contemplativa de esta nueva etapa. ‘Days Go By’ es una de las piezas con más peso del disco, no solo por cómo suena, sino que también por su temática. Tiene un trabajo de coordinación rítmica impecable entre el bajo y la batería, mientras explora la relación entre el tiempo y el cambio, capturando una claridad que se gana con la experiencia.
En ‘Persimmon’, 311 retoma esa cualidad envolvente que tenía a mediados de los 2000 mediante armónicos de guitarra que elevan al tema hacia un espacio etéreo y resonante. El cierre llega con ‘All You’ve Seen’ y ‘Braver’, dos tracks que funcionan como epílogos del álbum y de su historia como banda —hasta ahora—. ‘All You’ve Seen’ es una suerte de pausa sobria en la que el grupo mira hacia atrás con total honestidad y honra el camino recorrido, cuestionándose si realmente “todo tiempo pasado fue mejor”, pero enseguida queda claro el mensaje: quedarse anclado en el pasado es inconsecuente. La evolución es esencial; si nos perdemos en recuerdos, las oportunidades del presente se nos escapan. En cambio, ‘Braver’, con S.A. Martínez al mando, da ese final bien arriba que nos levanta cuando sentíamos que la contienda se nos venía abajo.
Full Bloom se convierte en un eslabón más en el vasto legado de 311, demostrando que, después de todos estos años y experiencias, siguen brotando en cada canción, con algo nuevo que contar. Un trabajo que nos dice, casi como un consejo de amigo, que lo único que importa es sentir cada momento del ahora.
Bárbara Henríquez
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