John Carpenter
Lost Themes II
2016. Sacred Bones
Del aclamado director, varias veces ganador de los Saturn Awards, John Carpenter, llega este 2016 la esperada secuela del escalofriante "Lost Themes" (2015). Un año ha pasado desde que Cody Carpenter, Daniel Davies (hijo de Dave Davies, de The Kinks) y el maestro urdieron su ataque inicial. Esta vez, padre, hijo y ahijado, ahora trabajando frente a frente y en complicidad total, hacen de "Lost Themes II", una experiencia absorbente.
La capacidad de Carpenter para perturbar es algo fuera de discusión. La música en cada uno de sus filmes siempre actuó conspirando con las imágenes, y aunque forjada sobre hombros de gigantes (Eno, Tangerine Dream, Mike Oldfield, Kraftwerk, Vangelis, Jarré), inmediatamente adoptó una personalidad propia, fruto de la maestría en el uso del ritmo como elemento narrativo, más que un vehículo. Si "Lost Themes", fue una forma del cineasta para mantenerse vigente, sin correr el riesgo de corromper su legado cinematográfico (más allá de sus últimos esfuerzos en la pantalla grande), esta secuela es cuando las cosas adquieren realmente vida propia.
Con una portada que recuerda demasiado a "Rhodes II", el segundo álbum de Happy Rhodes (otro ente cautivado por lo ominoso), esta es una colección de tracks más electrizante que su antecesora, más cohesionada, con más guiños progresivos 80s (como 'Where Is The Walrus?' de Alan Parsons Project, por ejemplo), y más furiosa. Cada una de las composiciones es capaz de conjurar escenas de un filme inexistente, llenas de tensión y suspenso, sostenidas solamente por pulsaciones ('White Pulse'), texturas de guitarras ('Distant Dream'), teclas amenazantes ('Bela Lugosi'), baterías atronadoras ('Real Xeno') y un par de autoreferencias (el coche arrancando en 'Dark Blues', evoca nítido a Christine).
Esta vez no hay escape de Los Ángeles. Carpenter y familia, ahora juntos en el mismo estudio, suenan más confiados. El aporte de ideas por parte de cada uno, y la experiencia de los jóvenes secuaces en sus propias bandas sonoras televisivas ("Masters Of Horror", "Zoo") es fundamental para aumentar el espectro de acción. Tal como en las mejores películas, el primer crimen fue por error. La tenacidad y la pasión que impregna este retorno, indica que están peligrosamente agarrándole el gusto a cometer fechorías. Un Primavera Sound expectante, es señal de que no pretenden detenerse. Esta vez, es personal.
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