Los Ángeles Negros: El poder reencontrarnos con Germaín es muy emocionante

¡No sé cómo pasaron tantos años!, nos dice emocionado al otro lado del teléfono Mario Gutiérrez, miembro fundador de la legendaria banda nacional Los Ángeles Negros. El guitarrista ha sido uno de los más férreos encargados de perpetuar el sonido inconfundible de una de los grupos más icónicos de nuestra música popular, impulsores junto a otros coterráneos como Los Cristales, Los Galos o Los Golpes de la balada eléctrica. Y es que son 50 años los que celebrarán el próximo domingo los oriundos de San Carlos, en el Teatro Metropolitan del DF, México, lugar donde fijaron residencia hace décadas.
Ha sido una carrera ininterrumpida, pese a la metamorfosis del grupo desde el 74, con la salida de Germaín De la Fuente como solista, nos cuenta. El recuerdo marca un momento clave para Los Ángeles Negros, que pudo haber significado su final. El talento del cantante impregnó de personalidad a la banda que en su musicalidad, apelaba al blues y al beat sicodélico por tener una estructura de grupo rock y gracias al uso del órgano Hammond, estando a unos pocos grados de separación de lo que estaban haciendo The Animals o The Doors a la par del inconfundible ritmo del bolero. De esta manera, sus canciones comenzaron a popularizarse, y la fama de Germáin creció gracias a su encomiable interpretación melodramática y su voz melódica de cuidada pronunciación y vibrato claro, llevando la canción cebolla hacia nuevos caminos, inventando el sonido chileno romántico de mayor influencia continental de su tiempo, tal como lo consigna la periodista Marisol García en su libro Llora, corazón.
Porque te quiero es el single que grabaron en 1968, y en definitiva, su primer gran éxito, con ventas que superaron las quince mil copias. Al respecto, Gutiérrez recuerda la importancia de ese vinilo de 7 pulgadas: rompió muchos esquemas. Nos tildaron de cebollas, pero con el tiempo aprendimos a abrazar ese concepto. Hicimos giras por Chile, de Arica a Punta Arenas, aprendimos a querer la música, aprender de otros músicos, eso fue lo que nos sacó adelante. Hicimos muchas cosas de manera artesanal, y esa sencillez funcionó. Luego, vendrían sus primeros LPs, siendo el segundo, Y volveré (1970), uno de los álbumes fundamentales de la discografía nacional, donde vienen clásicos indelebles de nuestro cancionero como Murió la flor, Como quisiera decirte, Y volveré o El rey y yo, esa canción de mucho groove funk, como Mike D de los Beastie Boys le declarara a la Revista Wiken en 1998, razón por la cual la samplearon al final de The Move. Un disco lamentablemente descatalogado, pero que según señala Gutiérrez, la compañía (EMI) tiene intención de reeditarlo.
Han sido 44 años sin que Germaín y Mario hayan vuelto a tocar juntos bajo el nombre de Los Ángeles Negros. Pero no hay mal que dure 100 años. Una de las grandes sorpresas de la celebración del día domingo es el reencuentro de ambos sobre el escenario. Son muchos sentimientos encontrados. Hay alegría y también nostalgia. El histórico guitarrista también nos contó cómo se gesto el reencuentro y la concreción de contar con el inconfundible cantante en la celebración. En febrero hicimos una gira por Chile, y ahí decidí llamarlo por teléfono. Siempre hemos mantenido un respeto y admiración mutua, el uno por el otro. Los Ángeles Negros están casados con la idea de Germaín, y viceversa. Fuimos a tomar un café, a pasar un rato juntos, y ahí le comenté que estaríamos cumpliendo 50 años como grupo ¡ni siquiera se acordaba! y que queríamos hacer algo grande en México, y que me encantaría que participara. Me respondió: ¿Dónde firmo?. Inmediatamente. Fue algo muy bonito. Tenemos buenos recuerdos, juntos escribimos las primeras canciones. El recordar los comienzos fue algo muy emotivo. El que estemos juntos arriba de un escenario, después de tanto tiempo, será algo que muchas personas de diversos países van a querer ver.
Será, sin dudas, una reunión histórica digna de una celebración de medio siglo de permanencia. Poder llevarla adelante después de 50 años, no es solo emocionante para nosotros, nos sigue comentando el guitarrista, añadiendo que hay un público que le tiene cariño a toda esta trayectoria, y qué lindo que tengamos la oportunidad de hacerlo, de seguir cumpliendo nuestros sueños y festejar nuestro glorioso pasado con canciones que todos conocen, fundirlos con la realidad y la actualidad. Estoy demasiado agradecido con la vida, que como dice Violeta, nos ha dado tanto.
César Tudela
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