Europe: Apostando a ganador

Viernes 23 de febrero, 2018
Gran Arena Monticello
En estricto rigor, el legendario quinteto sueco, terminó realizando dos conciertos el mismo día, ya que su potente presentación en el Festival de Viña terminó pasada las 4 am del viernes, donde luego por la noche se presentaron en el flamante Gran arena Monticello. Lo cierto es que el recinto cuenta con todas las comodidades y sus placas colgantes de madera en el techo, dotan al lugar de una acústica realmente excelente, constituyéndose en una nueva gran alternativa para albergar conciertos de Rock de categoría.
La columna vertebral del show de Europe fue similar a lo que la banda ofreció en la Quinta Vergara, pero esta noche el show sería más extenso y con algunas grandes sorpresas. El inicio con el medio tiempo épico Walk The Earth de su último trabajo, sirve para ir calentando motores y soltando los dedeos y músculos, pero quedó claro que el grupo venía con ganas de montar una fiesta desde el principio. Con un sonido claro, seco y potente, The Siege fue la siguiente antes de poner de cabeza al recinto con la muy celebrada Rock The Night. El grupo intercala de forma acertada temas de su nueva etapa como Last Look At Eden y GTO con sus clásicos indelebles como Supertitious, donde la masividad coral se transforma en un karaoke lleno de historia y cuando uno escucha ese beat de la batería de Ian Haugland cada vez más cercano en sonido a John Bonham, o el teclado del gran Mic Michaeli que resuena tal como el Hammond B3 del maestro Jon Lord, o que la guitarra de John Norum incorpora mucho del sonido blues de Gary Moore, uno se da cuenta y es testigo presencial de que Europe ya atravesó ese umbra ldorado que lo sitúa como una banda de Hard Rock clásica y atemporal, que recogieron el testigo y están aquí para perpetuar el sonido de los grandes de la historia, léase Zeppelin, Rainbow, Purple y Sabbath. Bien lo entiende Joey Tempest que cantando muy bien y adecuando su registro a sus actuales posibilidades, es un gran frontman en el estilo de la vieja escuela, metiéndose el público en el bolsillo y además tocando guitarra para engrosar el sonido de la banda cuando así es necesario.
La incombustible Carrie puso al público de rodillas, lo mismo cuando más adelante sonó la rescatada Open Your Heart, un tema que fue un acierto agregarlo para los shows en Chile y donde en Viña por ejemplo el grupo lo tocó en vez de Hole In My Pocket que en el Monticello si sonó. Scream Of Anger llenó de Heavy Metal el recinto con el doble pedal de Haugland a mil por hora, sólidamente acompañado por el poderoso y profundo bajo de John Levén, para seguir golpeando duro con la genial Ready Or Not donde esta vez Norum tocó mucho mejor el solo que en el Festival de Viña. A propósito del disco Out Of This World, este 2018 la placa cumple 30 años y sería genial que el grupo lo interpretara completo tal como ya lo hicieron con The Final Countdown pero dudo que Norum acepte porque ese disco lo grabó el inmenso Kee Marcello y tiene solos muy difíciles de tocar. Como sea, el guitarrista noruego estaba de cumpleaños (54) y todo el recinto le cantó el cumpleaños feliz en español y quien durante su gran solo de guitarra tocó algunas notas de David Gilmour de Pink Floyd con un sentimiento de alcurnia. También hubo solos de batería y teclado, y grande fue el momento de Michaeli cuando introduce bellamente esa monumental Sign Of The Times otro temazo del Out Of This World probablemente el mejor disco grabado por la banda sueca en su notable discografía. Antes la gran balada blusera del último disco Turn To Dust sonó maravillosa, con peso y sentimiento, demostrando que es el mejor tema de esa placa. War Of Kings también sonó grandilocuente y majestuosa para finalmente cerrar los 100 minutos de show con Cherokee y The Final Countdown coreadas a todo pulmón por la multitud. Incluso los pequeños fallos de sonido, donde por algunos segundos se iba la amplificación lo que ocurrió en tres temas (parece que el sonidista de Europe sintió los efectos del trasnoche), no alcanzaron a empañar un grandísimo show que pone de manifiesto que ese romance iniciado hace 28 años entre el público local y la banda, sigue plenamente vigente, más maduro, pero igual de apasionado por lo que esa relación exige que la banda grabe y filme un show para un Bluray en 4K aquí en Chile, en esta tierra que tanto quiere a los suecos. Igual duele que el grupo haya tocado el disco The Final Countdown completo sólo en Europa y no acá, al menos podrían haber tocado Heart of Stone que hace 28 años que no suena en nuestro país, o temas como Love Chaser y On the Loose que nunca han sonado en Chile. De todas formas, el show fue aplastante y poderoso y la amplia y perenne sonrisa de Tempest es la mejor e imborrable postal de aquello.
Cristián Pavez
Fotos: Juan Pablo Maralla
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