Noche de divas: Epica y Vuur en Chile
Epica - Vuur
Sábado 03 de Marzo Teatro Caupolicán
Santiago - Chile
Gran noche holandesa en el Caupolicán con una excelente dosis de metal progresivo y sinfónico. Lo cierto es que había mucha expectación por partida doble, por un lado, ver en Chile el debut de la nueva banda de la siempre querida Anneke van Giersbergen, y por otro el regreso al país -luego de cuatro años- del metal sinfónico de Epica, magistralmente conducido por la angelical voz de Simone Simons. Noche de divas, noche de bellezas, noche de dos vocalistas extraordinarias, cada una en su particular estilo y ante todo, una gran noche de Metal.
Vuur
El nombre de la banda lo dice todo, ya que en holandés Vuur significa fuego y pasión y eso es lo que la banda puso sobre el escenario desde el minuto uno. Presentando su disco debut, In This Moment We Are Free Cities (2017), la eternamente bella Anneke se hace acompañar de un equipo de músicos holandeses de primerísimo nivel con los guitarristas Jord Otto (ReVamp) y Ferry Duijsens, el bajista Johan van Stratum (Stream of Passion), y el baterista Ed Warby (Gorefest Ayreon). Enfundada en riguroso negro con unos bellísimos y ajustados pantalones de cuero y guitarra en ristre, la blonda vocalista tomó posesión del escenario y desde ese momento se inició un etéreo viaje sensorial por atmósferas, texturas y emociones con su metal progresivo de afinación grave. Abriendo con Time Rotterdam de su disco debut, todo el teatro cayó en un trance hipnótico, para tras al finalizar el tema, Anneke irrumpir con un sonoro y efusivo Chi-Chi-Chi. Continuaron con My Champion Berlin donde luego de un par de ajustes en las perillas, el sonido quedó perfectamente balanceado y definido para disfrutar de la gran voz de Anneke que no acusa efectos de la edad en sus aterciopeladas cuerdas vocales. Vino entonces uno de los grandes momentos de la noche, con la maravillosa rendición a un clásico de la banda que la lanzó a la fama, The Gathering y la tremenda On Most Surfaces donde los teclados fueron disparados desde la mesa de sonido. Tras este tema Anneke deja su guitarra, para atacar ahora una versión de The Storm tema del proyecto The Gentle Storm del guitarrista y compositor Arjen Lucassen, del cual Anneke también formó parte. Más adelante y retomando su disco debut, la banda tocó Freedom Rio y por supuesto que en esta esperada y celebrada ocasión, no podía dejar de tocar el tema dedicado a nuestra ciudad, y Sail Away Santiago se llevó una tremenda ovación una vez interpretada. Quedaba tiempo para algo más, para seguir disfrutando de la gran voz de Anneke y sus danzas angelicales y de su poderosa, sólida y muy consistente banda con Fallout canción que Anneke cantó en uno de los discos del camaleónico músico canadiense en el Devin Townsend Project. Para el cierre otro momento altamente emocionante con una inmensa Strange Machines de The Gathering y ese disco dorado y clásico mayúsculo titulado Mandylion (1995), que fue el debut de Anneke con esa banda, cuando saltó a la fama con adoración internacional por todos los atributos artísticos ya mencionados y ampliamente conocidos. Previamente Anneke tras presentar a su grupo y con evidente emoción en sus palabras, anunció que estaban componiendo ya para un segundo disco de Vuur y que esperaban volver muy pronto al país, esta vez para realizar un concierto como acto principal, porque los 60 minutos de su show se pasaron volando como en un sueño celestial. Una tremenda y ovacionada apertura.
Epica
Tras el correspondiente chequeo de los equipos de sonido y lumínico, a las 21:30 horas saltó, literalmente, al escenario como un león desbocado el sexteto holandés. Se notaba en sus caras y en su enérgica actitud, que el grupo tenía muchas ganas de comerse las tablas e impactar a su audiencia tras la tremenda apertura de Vuur. La introducción Eidola fuertemente inspirada en la música que el maestro germano Hans Zimmer compuso para la película Inception, el grupo arrancó con todo con Edge Of The Blade perteneciente a su larga duración y motivo de la gira, The Holographic Principle (2016). Tras algunos ajustes desde la mesa, la audiencia empezó a disfrutar de lo mejor, porque está banda tiene mucho que ofrecer más allá de la tremenda voz de la colorina Simone Simons, que también ataviada de negro, hizo gala de su perfecto estado vocal, donde además lo suyo no es una histriónica presencia escénica, sino más bien aporta una cuota de glamour y delicadeza, dejando el aspecto físico del show a sus compañeros masculinos. Con Sensorium rescatada de su disco debut The Phantom Agony (2003), el jefe y guitarrista rítmico Mark Jansen nos recordó sus comienzos en su banda previa, los maravillosos y hoy extintos After Forever desde donde salió también la inmensa Floor Jansen actual vocalista de Nightwish. La poderosa y potente Fight Your Demons extraída de su EP The Solace System (2017), fue lo más nuevo del repertorio, donde los guturales de Mark salen a relucir en toda su agresividad. Y después de haber visto varias veces a Epica en vivo a través de los años, queda en evidencia cuanto ha crecido el grupo sobre las tablas, llegando a ensamblar un show perfecto en todos los sentidos como el de esta noche, con un gran juego luminotécnico, y un show que se pasea por diferentes sensaciones; garra, peso, agresividad (hubo un par de masivos slams dance en la cancha), emotividad, emoción y diversión; cada integrante de la banda tiene un papel destacado y protagónico dentro del show, hay momentos para el humor incluso, todo esto como grandes ingredientes adicionales a la música, ya que el guitarrista belga Isaac Delahaye mete unos solos estratosféricos, el portento de la batería Ariën van Weesenbeek hace gala de su impresionante hiper rápida velocidad de doble bombo, incansable es la consistencia del bajista Rob van deer Loo, un verdadero dínamo de poder, y el inquieto y simpático Coen Jansen que con su teclado giratorio y su extravagante teclado individual curvado, incluso bajó del escenario hasta el foso de los fotógrafos junto a los guitarristas para tocar prácticamente en la cara de los fans. Pero todo lo anterior está perfectamente integrado a la música, donde destaca Chasing The Dragons, tocada por primera vez en vivo desde 2013, para seguir con su equilibrado repaso a su discografía con canciones como Ascension Dream State Armageddon, Dancing In A Hurricane, Victim Of Contingency o la tremenda y gigantesca Cry For The Moon donde se vivió unos de los clímax más intensos de la noche, un momento mágico con todo el Caupolicán cantando con el corazón en la mano y ese remate final con un titánico solo de batería de Weesenbeek, realmente notable. Pero se vendrían más emociones y mucha más magia sobre el escenario, y ello ocurrió en Storm The Sorrow donde Anneke volvió para realizar un dueto simplemente fantástico junto a Simone, en otro momento altamente festejado por la entregada audiencia. Unchain Utopia fue la siguiente para cerrar el set regular con Once Upon A Nightmafre y otro momento de postal, cuando el tecladista le pide a todo el público que iluminen sus celulares y agiten sus brazos al son de la música, creando una distópica danza digital, en una cinematográfica escena digna de una novela de Isaac Asimov o Philip K. Dick.
Para el bis Coen Janssen regresó al escenario arengando al público a seguir un juego con su teclado, para decirle en español a la audiencia te amo, eres los mejores, juego al que se sumó Isaac Delahaye y juntos introducir Sancta Terra, tras lo cual Simone preguntó una más? y despacharse uno de los más grandes Hits de la banda, la celebrada y coreada Beyond The Matrix con todo el público de cancha saltando al unísono con la banda. El gran final con masivo slam dance en la cancha, llegaría con Consing To Oblivion cerrando 100 minutos de grandioso metal sinfónico, donde el único reproche sería que la banda no interpretó nada de su excelente disco Design Your Universe (2009), pero eso es hilar demasiado fino considerando el tremendo espectáculo ofrecido, con una banda que lo entrega todo sobre el escenario y que se preocupa de ofrecer un show que exceda lo meramente musical y sea una completa experiencia sensorial para todo su público, que emoción mediante, recibió de regalo de parte de la banda baquetas, uñetas, toallas, botellas de agua y las hojas del setlist. Después de dos conciertos extraordinarios como el de esta noche, si alguien piensa que la música no es el mejor alimento para el alma, por favor díganme entonces ustedes qué es.
Cristián Pavez
Fotos: Lilian Fernández
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