Sun Kil Moon: El pescador incompleto

Festival Fauna Otoño
Sábado 12 de mayo de 2018, Espacio Riesco
Mark Kozelek, verdadero nombre del estadounidense Sun Kil Moon, apareció en la década de los 90 al ser el líder natural de Red House Painters, banda fichada por el afamado sello 4AD, uno que reunió a muchos de los grandes compositores de la década 80, tales como Bauhaus, Dead Can Dance o Cocteau Twins, toda una esencia que incluso tiñó de post punk atmosférico a los primeros discos de la banda. Sin embargo, ya en la segunda parte de su discografía arrojaría su verdadera personalidad, la que se le denominó como sadcore, una corriente contemporánea a la explosión del grunge (y por ende, algo soslayada), en el que se disminuyen los niveles de ruido y velocidad, aunque persiste en él una lírica personalísima y en gran parte, melancólica. En el año 2002, Kozelek se emanciparía y se vestiría de Sun Kil Moon, proyecto solitario con el que ha publicado ocho álbumes y una serie de colaboraciones, que dan cuenta de un cantautor prolífico y desprejuiciado, amplio en sus deseos musicales y, por tanto, su voz grave y emotiva se puede escuchar dentro de un espectro que puede ir desde lo acústico a lo electrónico, siempre mostrándose como un interesante pilar de la evolución estadounidense de la música.
Sin retrasos y a eso de las seis de la tarde de ayer, Mark Kozelek y sus tres músicos acompañantes (guitarra eléctrica, batería y electrónicos) aparecieron sobre el escenario principal del destacado Festival Otoño Fauna, y luego de sus siempre divertidas presentaciones comenzó su show con dos temas de su más reciente álbum homónimo: This is My Town, acerca de sus vagabundeos por su ciudad, y 666 Post, en la que narra que su soledad lo condujo a la demencia, imaginando una extrema cercanía con el mal. Dos pistas que al joven público le costó seguir, dado que es un disco publicado recién hace un par de días, y en las que se apreció su especial capacidad de crooner, divagando entre el folk, el spoken word, un fraseo cercano al rap e, incluso, su capacidad melódica más las simples bases instrumentales de ambos temas lo acercan en forma oblicua a un jazz próximo al pop. Los terrenos de Sun Kil Moon son vastos, así como su acostumbrado y extraño buen humor, el que si bien divirtió al público hasta las carcajadas, también desacralizó el ritual melancólico en el cual se desarrollaba su actuación.
Luego de presentar parte del disco colaborativo publicado junto a los artistas Jim White (Dirty Tree) y Ben Boye, vino el turno de uno de los puntos altos de la tarde, Linda Blair, de marcado fraseo rap y en la cual la interacción con el público se acrecentó debido a los gritos onomatopéyicos de su inicio y luego pidiendo el ruido de los presentes, los cuales no perdieron la oportunidad de ser ensordecedores, clamando hasta un final dotado de caracteres ruidosamente desbocados. Una más de sus extensas composiciones que da cuenta de otras dos de las virtudes del actual Sun Kil Moon: sus amplios poemas de variadas estrofas y el continuo cambio de estado de sus composiciones. Terminó con dos temas emanados de uno de sus discos más folk, Benji del 2014 (hermano de Admiral Fell Promises del 2010). Primero apareció en formato de rabioso rock toda la belleza acústica de Dogs, tema de lírica profundamente narrativa y biográfica y que hace alusión al tema de Pink Floyd, y luego, la bellísima I Can t Live Without My Mother s Love, pieza abiertamente dedicada a su madre. La melancolía nuevamente sublimada, mientras afuera, el Otoño seguía acortando las tardes. La luz, desde hace un tiempo, se sigue desvaneciendo.
Carlos Navarro A.
Fotos: Peter Haupt H.
Tags
Ultimos Contenidos
''The Harmony Codex'': escucha el nuevo álbum de Steven Wilson
Lunes, 02 de Octubre de 2023