Evil Confrontation Festival: La verdadera unión del Underground

18 - 19 - 20 de Mayo - Hacienda Picarquín
Santiago - Chile
La tercera edición del Evil Confrontation Festival trajo consigo algo nunca antes visto en nuestro país en cuanto a eventos de mayor convocatoria del metal underground: Por primera vez teníamos un show al aire libre, abierto para acampar y ocupar cabañas, y con más de 30 bandas en un cartel de tres días. Recordando fracasos en el pasado como lo fue el Beer Metal Open Air, con todas las bandas anunciando su bajada a pocos días de su realización, las dudas sobre si era posible llevar a cabo eventos de este tipo en Chile seguían presentes incluso hasta el día de hoy. Afortunadamente, la historia cambió para bien.
El festival en estricto rigor se inició el viernes 18 de mayo, frente a un número menor de asistentes en comparación a lo que vendría posteriormente. Con presentaciones de bandas como Los Duros, Praise the Flame y Dictator, un anticipo a lo que se vendría en los dos siguientes días. Buena manera de comenzar una extensa jornada, reflejando el lento arribo del público, que si bien no fue 100% masivo a la hora de llegar a su punto más alto, si apareció en una cantidad notable si se considera la pesada cartelera de shows actual, además de la lejanía del lugar y unos precios que si bien eran altos, estaban justificados dada la buena oferta de números musicales presentes, es así con los asistentes llegando en mayor número aún, ya sea quienes adquirieron entrada por todos los días o por uno solo, el sábado ya empezaba a anticiparse como una jornada intensa con shows potentes como el de los peruanos Mandrágora, Lucifers Hammer, Voltax de México, o los reconocidos thrashers chilenos Massive Power, quienes incitaron a uno de los primeros mosh de mejor respuesta dentro de aquel día dado su tradicional sonido materializado en composiciones como Mass Crime Corporation. Cabe mencionar que, más allá de problemas técnicos menores en muy pocos casos, el sonido de la gran mayoría las agrupaciones presentes estuvo a la altura como mínimo, habiendo potencia y claridad en casi todos los exponentes.
La variedad no solo se vio en los estilos que mostraban varios de los estilos del pesado género, sino que también en los países que conformaron la cita. Si bien los nombres locales eran mayoría, fue muy acertada la decisión de intercalarlos con agrupaciones no solo de América, sino que incluso de Europa. Pocas veces hubiésemos pensado que una banda como los suecos Dead Lord con su hard rock claramente influenciado por Thin Lizzy, y uno de los primeros puntos altos de la jornada, sería el antecesor de los oscuros chilenos Communion, ejecutando su despiadado y oscuro black metal. Y fue algo que no jugó en contra de ninguna banda, al ser todas disfrutadas de una u otra forma, sin causar rechazo entre quienes preferían una determinada corriente. El underground fue solo uno.
Sobre Dead Lord, quizás haya sido la única banda que para algunos no entraba completamente en la categoría de metal, pero aun así gozó de una muy buena recepción por su actitud completamente rockanrollera, energía en vivo y notables canciones, destacando Hammer to the Heart y Onkalo, por nombrar algunas. Además, se dieron el lujo de tributar sutilmente a otra leyenda de su género como lo es Kiss, interpretando la sección intermedia del clásico Detroit Rock City. Definitivamente un nombre imperdible dentro de quienes mantienen esa vena del hard rock llena de la mística de los 70.
Llegada la hora de los cabeza de cartel, la efervescencia del público superaba al frío imperante en el sector de Picarquín, dejando de importar apenas iniciado el show de los estadounidenses Demolition Hammer con Skull Fracturing Nightmare, una cita llena de agresividad por parte de un público que se rindió inmediatamente ante una banda sólida y que demostró que la brutalidad sigue ahí. Como ya se dijo, todas las bandas tuvieron un sonido casi perfecto, y si se aplica a una situación así, incluso resulta mucho más intensa. Clásicos como Hydrophobia, Infectious Human Waste, o Cripping Velocity, pertenecientes a sus dos primeros álbumes de estudio, fueron parte de lo presentado por el bajista y vocalista Steve Reynolds, quien incitó en más de un momento a que los presentes se manifestaran de una manera agresiva con mosh y stage diving incluidos. La comunión entre la banda y sus fans fue total, recibiendo ambos la mejor respuesta por ambas partes, habiendo energía sobre el escenario y entre quienes manifestaban su locura con headbanging y el infaltable mosh.
Estaría de más añadir cosas sobre Demolition Hammer, ya que fue algo que le hizo honor a su nombre, siendo una experiencia demoledora y brutal, mostrando ese lado del thrash que resulta mucho más agresivo y pesado aún. No solo se trataba de su primera vez en Chile, sino que también en Sudamérica, y frente a un público que claramente vibró con un show así de directo, los estadounidenses lograron su cometido al entregar su propuesta de semejante manera. No quedaron dudas acerca del poderío de una institución que solo lanzó tres larga duración y que lleva apenas dos años reunida tras una pausa de más de dos décadas. Prueba viviente de que, haciendo bien las cosas, la potencia no muere por más que pasen los años, por más que la actualidad de otros nombres nos diga lo contrario el día de hoy. No sorprendería verlos en acción por mucho tiempo más, incluso si no registraran nada en estudio, las ganas de tocar eran más que notorias, y habiendo shows así, público no les faltará nunca.
Con semejante presentación, cualquiera pensaría que había sido todo por el día, pero aún quedaba otro importante número. Angel Witch, nombre emblemático de la NWOBHM, también debutaba en Chile tras una larga espera que incluyó visitas canceladas poco antes de su realización, como pasó en 2016. Además se había anunciado apenas confirmada su visita que su setlist se basaría principalmente en su trabajo debut homónimo de 1980, por lo que sonó casi en su totalidad, aunque no en su orden original. A diferencia del show de sus antecesores thrashers, los británicos fueron muy precisos para hablar con sus fans, quienes resistían las bajas temperaturas gracias a canciones como Atlantis, Angel of Death, White Witch, o la que le da nombre a la ya legendaria agrupación, que cerró el preciso show y que animó de mayor manera a quienes soportaban tanto el cansancio como el frío.
Sin necesidad de largos discursos o de incitar al desorden de una manera tan eufórica, Angel Witch se coronó como un sólido cabeza de cartel e ideal para clausurar la primera noche a pesar de que el aguante de muchos ya decayera tras semejante jornada y esto no permitiera que se demostrara tanto movimiento por parte de los presentes. Incluso la banda se vio más tranquila en ese sentido, pero sin decaer en términos de actitud y potencia, por más que haya habido algunos problemas técnicos que no empañaron en mayor manera su show, siendo arreglados a la brevedad, por más de cierta molestia por parte de la banda, especialmente por los retornos.
Por varios cambios en el horario, fueron los suecos Bölzer quienes finalmente cerraron la oferta del día sábado, llegando con su death metal a altas horas de la madrugada incluso siendo que varios presentes ya se habían retirado después del show de los ingleses. Más allá de lo que haya sido el principal motivo de este cambio, resultó siendo algo en contra de la banda misma y sus fans, al tener que presentarse muy tarde dentro de una noche fría y agotadora, convirtiéndose esto en uno de los puntos en contra del evento en general. No todos poseen semejante aguante. De todas formas, material como The Archer, Hero y Roman Acupunture tuvieron la brutalidad que caracteriza al estilo y fueron bien recibidos, por más que se haya tratado de una banda de menor trayectoria como para haber cerrado un cartel que ofreció verdaderas leyendas de su género.
El domingo 20, día final de la extensa reunión de metal, inició con un marco de público que lentamente aumentaba conforme pasaban las horas. Y es que con una jornada tan agotadora, no todos llegaban a presenciar los primeros shows del día, de la mano de Acrostic, los paraguayos Evil Force o Deathsvn. Estos últimos, si bien se habían presentado en la primera jornada tocando material de su antigua encarnación llamada Metal Grave, fueron un número que llamó la atención por su característico estilo que combinaba el heavy metal con matices oscuros cercanos a lo gótico, incluyendo secciones instrumentales llenas de misticismo, siendo algo que se alejaba de cierta forma de lo tradicional que imperaba en el cartel.
Como adición a las bandas presentes, durante todo el festival también destacó la presencia de actividades de carácter medieval, como una aldea que recreaba dicho estilo de vida, juegos, o duelos con armas similares. Si bien la atención del público se centró mucho más en lo musical, resultó interesante la oportunidad de recibir este especial agregado dentro de la jornada, además de ser algo totalmente apropiado dadas las características del festival y su estética.
Ya se dijo antes, el festival fue variado, teniendo cabida todos los estilos que puede abarcar el meta, como del acelerado e intenso death metal de los locales Ejecutor se pasó al heavy/speed de los peruanos Blizzard Hunter, destacando estos por su alta energía sobre el escenario, marcados además por el hecho de que su inquieto vocalista Sebastián Dragón Palma no tuvo problemas para emular la alguna vez potente voz del ex Queensryche Geoff Tate para interpretar el clásico Queen of the Reich. En su totalidad, fue un acierto incluir bandas de esta región del continente que no frecuentan nuestro país, siendo una oportunidad más que valiosa para poder apreciarlas en una gran cantidad y abriendo la puerta a varios que hasta ahora no las conocían.
Si bien todos los grupos cumplían con entregar un show que resultara interesante de ver, ya sea por su energía en el escenario o su puesta en escena, Tribulation fue la que definitivamente aportó con un mayor contenido visual. Al tenebroso maquillaje de sus miembros, se les sumaron los movimientos del guitarrista Jonathan Hultén, el cual dentro de su ambigüedad a la hora del show, no paraba de bailar de una manera inquieta e incluso fantasmal. Siendo una agrupación relativamente joven si la comparamos con otras del viejo continente que fueron parte de la jornada, los suecos fueron aclamados como si de un clásico se tratase. No hubo restricciones con el tiempo de actividad de cada número, habiendo aplausos para todos por lo mejor que mostraran respecto a su propuesta, ya sea con mayor trayectoria o no. En el caso de Tribulation, tuvimos no solo un alto espectáculo musical, sino que también a una banda que su puesta en escena va más allá de una simple estética gótica, teniendo una mística superior y que lograba transmitirse. Definitivamente otro punto alto del festival sin siquiera tratarse de un cabeza de cartel, sorprendiendo a varios que desconocían a la agrupación y que disfrutaron de canciones como la encargada de abrir Lady Death o The Lament, por nombrar algunas.
Después del descanso que significó para varios el potente show de Oraculum, el debut en tierras nacionales de los ingleses Pagan Altar fue el que congregó al grueso de los asistentes, ofreciendo un show lleno de esa espiritualidad tan oscura del doom metal. Con el reciente vocalista Brendan Radigan, quien cumple con calidad la difícil tarea de llenar el vacío dejado por el fallecido Terry Jones, su paso sacó aplausos ante un público cada vez más cansado, pero que de todas formas vibró con material tanto reciente como clásico de esta leyenda de su género. Oscuras historias eran las que materializaba la banda con esos lentos acordes y esa voz tan apropiada para un estilo claramente influenciado por Jethro Tull, mostrando tanto material clásico como de su más reciente álbum The Room of Shadows, lanzado el año pasado de manera póstuma con Jones en las voces.
Cortes como The Portrait of Dorian Gray, The Cry of the Banshee o la canción homónima fueron parte de lo que los ahora liderados por el guitarrista Alan Jones, hijo del cantante fundador, utilizaron para ganarse a un público que no necesitó de una euforia colectiva para expresar sus loas hacia la banda, además que su propuesta tampoco es precisamente dinámica para generar revuelo que se exprese con mosh generalizado o cosas por el estilo, primando un lento headbanging, o incluso limitándose a solo ver y escuchar el espectáculo con atención, algo muy válido si consideramos la mística presente tanto en la actitud de la banda como en su sonido. Sin embargo, su show vivió un abrupto e injusto final. Tratando de que se ajustara todo a los horarios establecidos, tras una larga serie de atrasos, la banda no pudo terminar su set faltando solamente una canción como había anunciado el frontman, despidiéndose de una manera rápida en medio de gritos que pedían al menos un último tema para que el cierre no se sintiera así de forzado. Mal por los británicos, sobre todo considerando la calidad de su espectáculo. Situaciones así siempre dejan un sabor amargo, por más que el gran plato fuerte del festival estuviera cada vez más cerca.
Ver a Celtic Frost y/o Hellhammer, leyendas totales de ese metal completamente oscuro y que influyen hasta el día de hoy, es algo derechamente imposible. A su actual separación, se suma la reciente muerte de Martin Eric Ain, miembro fundador y clave de ambos nombres. Sin embargo, no era muy lejano pensar en ver a Tom Gabriel Warrior, líder de dichas bandas, presentando lo mejor de aquel material, y esa espera terminó en Evil Confrontation Festival, siendo su actual proyecto Tryptikon el gran final de esta muy extensa reunión de música pesada. Pasadas las 1 de la madrugada, la coreada Procreation of the Wicked, original de Frost, dio el vamos al ansiado debut de Warrior en Chile, partiendo de una manera lenta pero potente, llena de esos pesados y oscuros sentimientos que se busca transmitir sin necesidad de alta velocidad. Dethroned Emperor y Goetia, siendo este el primer corte original de Triptykon presente, le siguieron, para dar paso a un breve saludo del frontman que derivó en el clásico Circle of the Tyrants, despertando así a los cansados fans.
Material de Celtic Frost fue por lejos lo de mayor presencia, y era obvio no solo por haber sido anunciado Triptykon de esa manera, sino porque era una deuda más que pendiente por estos lados. Podríamos decir incluso que el material de esta banda fue lo más desapercibido en ese sentido. Ain Elohim -presentada recordando al fallecido bajista al ser escrita por él-, Into The Crypts of Rays, The Usurper y Necromantical Screams fueron parte del recuerdo que se hizo de la legendaria banda, conservando Warrior, su voz emblemática e imponente presencia escénica, incluso opacando a sus compañeros al llevarse la mayor parte de las miradas dado su estatus, pero siempre incluyéndolos al punto de ratificar que la banda no es solo él, destacando la presencia del guitarrista V. Santura y la enérgica bajista Vanja Slajh. Incluso hubo espacio para recordar a Hellhammer con las intensas Massacra, Reaper y Messiah. Definitivamente, los recuentos de estas bandas tuvieron una recepción mucho más amplia que el material de Triptykon. Warrior y los suyos se fueron a la segura. La cerca de hora y media de show terminó con la (Quizás demasiado) extensa The Prolonging, un siniestro corte que en la mayoría de los casos es utilizado por la banda para cerrar cada show. Una despedida sutil y Triptykon dejaba el escenario tras saldar una deuda que muchos pensaron que sería eterna, cerrando de una manera memorable un festival que realmente se la jugó en todo sentido.
Hace un par de años, las ideas de un evento completamente lleno de metal al aire libre al estilo de Wacken o Hellfest eran remotas y poco viables, sobre todo si se pensaba en el underground. La tercera fue la vencida para Evil Confrontation Festival. Si bien no todo fue perfecto, al haber atrasos, cambios en el orden de bandas, problemas de accesibilidad para varios u otros problemas de producción menores, se logró por fin un festival de esta envergadura. Bandas nacionales y extranjeras ideales para cada día y un sonido más que óptimo fueron los grandes logros de la triple jornada, además de poder dar a conocer nombres que para muchos pasan desapercibidos. Oportunidades de ver a bandas que por años se consideraba que difícilmente podrían tener un paso exitoso por aquí se dieron gracias al acertado cartel, y si se logró esta vez, no se descartarían nuevas versiones para años futuros. Incluso se creó una sensación de comunidad entre los asistentes, habiendo cercanía entre todos sin problemas mayores, estando ahí por un mismo sentimiento. Quizás aún hayan cosas que arreglar, menores a la larga, pero definitivamente se dio un paso enorme tras años de soñar con festivales así y recibiendo solo fracasos estrepitosos.
Luciano González
Fotos: Paula Miranda Contreras
Tags
Ultimos Contenidos
Roger Waters continúa recreando ''The Dark Side of the Moon''
Jueves, 21 de Septiembre de 2023
Reunión y amistad: Blink 182 estrena dos canciones
Jueves, 21 de Septiembre de 2023
Alain Johannes: los años de ''Euphoria Morning''
Jueves, 21 de Septiembre de 2023