Fennesz: pintando con música
Cine Arte Normandie, martes 04 de diciembre de 2018
Desde que se anunció el debut en vivo del músico y creador sonoro austriaco Christian Fennesz en Chile, los amantes de la mejor electrónica contemporánea sabían que sería una experiencia musical del alto impacto sónico. El artista europeo es un fundador de nuevos campos de sonido, de una obra rica en atmósferas y ambientes de gran potencia emotiva y de un particular tratamiento de la acústica y de la melodía, que lo encumbran como uno de los más importantes músicos de la exploración sonora de nuestro tiempo. Y así quedó claro ayer, con una presentación hipnótica y potente, que viajó por diversos estadios emocionales y sonoridades envolventes.
Con una ética y método de trabajo simple y económico, que solo utiliza el laptop y la guitarra, el austriaco es capaz de crear paisajes sonoros, que son al mismo tiempo y sin contradicción, monumentales e íntimos. Todo comenzó pasadas las 8 de la noche, con dos proyectos nacionales: los más toscos y ruidistas Montaña Extendida y los ambientales, ya clásicos de la década 90, LEM. Ambos, con sus propias características, fueron el preámbulo para que, sin ninguna presentación previa, la figura simple y tímida de Fennesz, subiera al escenario cerca de las 22 horas. Concentrado tras su ordenador, el concierto abrió con sutileza, a través de aquellos colosales mantos de sonidos que, en lo subjetivo, llevan a la introspección, pero que también, son el reflejo de una realidad tanto urbana como natural.
Las proyecciones ondulantes en blanco y negro a cargo de TRIMEX entregaban una perspectiva fantasmal que acrecentaban la sensación de misterio tan propia de la obra del austriaco. Luego de una buena cantidad de minutos solo generando sonidos y música a través del laptop, Fennesz, quien siempre tuvo colgada la guitarra en sus hombros, ejecutó el instrumento de cuerdas, creando de inmediato un impacto sonoro: la presencia de la guitarra fue inmensa en el recinto y casi se podía sentir por dentro del cuerpo. Una vez más el músico demostraba cómo la guitarra puede utilizase en distintos contextos estéticos, sin caer en la megalomanía de los guitarristas del rock. Fennesz la usa de manera sutil, tal como un pintor elige un nuevo pincel para su obra en curso.
En una hora exacta de concierto en las que no dijo ni una sola palabra, el artista interpretó tres nuevas composiciones de su próximo disco aún inédito, llamado Agora, además de hacer un recorrido combinado por piezas de dos de sus álbumes: el obligado Endless Summer de 2001 y Bécs de 2014. Tras unos leves gestos de agradecimiento y tal como apareció, Fennesz se fue del escenario de manera silenciosa y humilde, dejando una huella sonora indeleble en nuestro país.
Héctor Aravena A.
Fotos: Carlos Mella
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