Jinjer: En el momento justo

30 de noviembre - Club Blondie
Santiago - Chile
Siempre se dice que en Chile vivimos el metal de manera especial, de hecho, los medios lo hemos repetido tanto que a estas alturas ya es casi un cliché. Sin embargo, al revisar las postales que dejó el debut de Jinjer es casi imposible no reflotar ese lugar común, sobretodo cuando el mismísimo bajista de la agrupación, Eugene Abdiukhanov, postea una historia en su Instagram indicando que este fue el mejor concierto de sus vidas. Poco importa si son palabras de buena crianza, porque lo concreto es que los fanáticos nacionales demostraron con creces su compromiso con el combinado europeo desde el primer anuncio, acudiendo al llamado de manera tan entusiasta que la productora Spider tuvo que cambiar el concierto del Club Rock y Guitarras a un recinto de mayor aforo como la Blondie.
Con esa animada respuesta, no era difícil prever un encuentro de alto vuelo que tenía todos los condimentos necesarios para convertirse en una noche de antología. La ceremonia comenzó con la presentación de los santiaguinos Lyriahn, quienes aprovecharon la instancia para lanzar su primer trabajo discográfico llamado Sometamos o Matemos, en el que demuestran lo mejor de una propuesta que combina elementos melódicos con la fiereza de un metal filoso, todo liderado por la carismática Sandra Mayfair, quien logra elevar las composiciones al cielo con su voz cristalina, para luego hacerlas bajar al infierno con un gutural desgarrado entre texturas oscuras. El respetable escuchó respetuosamente la actuación de los nacionales, quienes promovieron un acto de apertura contundente en el que la ejecución se desarrolló de manera interesante en composiciones como The Big Martyr, destacando el brillante tándem de Prema Sagar y Jaime García en las guitarras y la maciza base conformada por Rolando Martínez en batería y Axel Loaiza en el bajo, quienes se pasearon por el death metal, el gótico y hasta el doom en ciertos rincones, dejando el terreno preparado para la presentación del combo ucraniano.
A minutos de que empezara el show, la insigne discoteque capitalina se transformó en una caldera, la gente ingresó a la pista al ritmo de varias canciones del Dirt (1992) de Alice In Chains, Metal Militia de Metallica y hasta Around The World de Daft Punk , que muchos recibieron entre risas y bailes, haciendo honor al espíritu de la Blondie y dando cuenta de lo prendido que estaba el ambiente, el cual estalló a más no poder cuando unos ovacionados Vlad Ulasevich, Eugene Abdiukhanov, Roman Ibramkhalilov y Tatiana Shmaylyuk subieron al escenario para dar rienda suelta a un mosh interminable al son de Captain Clock, Words of Wisdom y Ape. Desde ahí, la banda se mostró increíblemente cómoda, recibió cada olé, olé, olé, Jinjer, Jinjer con cariño y se apropió de las banderas chilenas que aparecieron desde las primeras filas, mientras hacían suyo el espacio con la potencia desmedida de Site Stay Roll Over y la matemática Teacher, Teacher.
En general, el setlist transitó por buena parte de King of Everything (2016) y también se dieron el tiempo de presentar nuevas canciones que formarán parte del EP Micro, dejando un lugar reservado para Cloud Factory (2014) hacia el final del show. Así, trallazos como I Speak Astronomy o Just Another convivieron de forma perfecta con las más recientes Dreadful Moments y Perennial, que siguen demostrando el poder instrumental de una alineación que se escuchó aplastante, brutal y compleja, tomando lo mejor del metalcore y el death metal, con cortes en seco de tintes progresivos en los que cada integrante está totalmente concentrado, pero también atento a un ambiente sudoroso en el que las cabezas se mueven agitadamente y los golpes al centro de la pista no dan tregua. Entre la batahola ambiental y sónica, la voz y el desplante escénico de Tatiana también concentraron la atención por su entrega siempre intensa en el headbanging y echándose a todos al bolsillo con una performance cinética en piezas como la aplastante Perennial o la aclamada Pisces, en las que se mostró sorprendida del refuerzo coral de los chilenos.
La frontwoman anunció el final con Whos Gonna Be The One, pero estaba ante una concurrencia difícil de roer y lo sabía, por lo que la banda fue y volvió rápidamente del encore para cerrar la noche con ????? ?????? ?????? (I want it I ll get it) , desatando nuevamente la euforia de una audiencia que fácilmente podría haber seguido el mosh durante unas cuantas horas más. Tanta era la energía que rondaba aún en el lugar, que Tatiana tomó el teléfono de uno de los asistentes y se sacó una selfie que de seguro quedará como testimonio de una jornada épica en la que tuvimos la fortuna de ver a Jinjer en el momento justo de su carrera, cuando son sin duda uno de los actos más vistosos del metal mundial, privilegio impensado décadas atrás, pero que hoy en día se da de forma mucho más natural y es positivo que la asistencia respalde instancias como esta. La magia de la primera vez ya formó un lazo de sangre con Jinjer, una calurosa bienvenida de un público que vivió la instancia a concho y que ya está esperando una próxima.
Pablo Cerda
Fotos: Cristian Dunivicher S.
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