Altavoz Fest 2018 - Una ruidosa fiesta de 15
Sábado 10, Domingo 11 y lunes 12 de noviembre de 2018
Estadio Cincuentenario - Medellín
El pasado fin de semana la capital antioqueña festejó los primeros tres lustros de su celebre Altavoz. El evento que surgió para dar espacio a los músicos locales ha crecido exponencialmente, convocando en esta oportunidad a más de 80 mil personas en dos tarimas durante tres jornadas. Todo ello en un marco de paz y convivencia que bien vale la pena recalcar.
Este festival gratuito es el más importante del país tras Rock al Parque, sin embargo cada uno tiene su línea artística, donde el evento paisa muestra un mayor interés en el talento local. La apuesta de los organizadores era poder llevar a cabo una fiesta de 15 a la altura de las expectativas. Que no eran pocas.
El primer día hubo un plato musical bastante variado, con artistas de diferentes partes del país exponiendo bastante riqueza en su sonido. Altavoz siempre ha tenido espacio para la cultura hip-hop, por ello un homenaje a tres décadas de este género en la ciudad tuvo lugar a media tarde del día sábado.
Doctor Krapula, quienes han venido celebrado 20 años de carrera, se hicieron presentes con un show muy dinámico, en el que la interacción con el público es fundamental. A continuación los británicos Bad Manners mostraron cómo es que el Ska es combustible para la alegría, mientras los locales Capitán Rocksteady y la Tripulación no desentonaron con muchos decibeles.
Los veteranos del ska californiano Hepcat se encargaron de cerrar la primera fecha, con mucho color, mostrando las virtudes de un grupo consolidado desde los años noventa.
El domingo fue la jornada designada para el metal. La parroquia oscura de hizo presente en la cancha del estadio Cincuentenario desde las primeras horas de la tarde. Allí actuaron grupos como Anacryptic, Witchtrap, Hidravenosa, Distracción, Released Minds, los mexicanos Pressive y los norteamericanos Judge. La noche la sellaron los españoles Ángeles del Infierno en compañía de los estadounidenses Six Feet Under.
Mencionar que al potente cartel nacional donde tendencias como el gótico, thrash y el death marcaron la parada, se suma un nombre como el de Judge, toda una leyenda del hardcore neoyorquino. Por su lado Ángeles del Infierno llamó a mucho público que deseaba disfrutar con sus clásicos de la vieja guardia del heavy metal en español.
El momento para Six Feet Under fue ideal, con miles de espectadores atentos al que fue el debut de Chris Barnes en nuestro país. El conjunto de la florida, descargó hora y media de un set devastador, con letras plagadas de zombies y rituales siniestros. Los pogos a varios lados demostraron la aceptación que tiene este death metal provistos de crujiente groove.
La alta afluencia de espectadores llegó hasta el día lunes, momento de cerrar con broche de oro. Entrada la tarde los franceses The Inspector Cluzo nos brindaron un show de puro rock n roll ejecutado por dos hombres. Le siguieron Radio Calavera con una pasión enorme por estar en esa gran tarima.
Desde Argentina la banda Él Mató a un Policía Motorizado siguió echando seguidores al bolsillo con su sardónico indie rock. El punk tuvo su clímax cuando llegó el turno de P-ne, quiénes contaban con una arsenal de incendiarias piezas bien conocidas por muchos de los presentes.
La nostalgia nos embargo con el repertorio de los británicos The Adicts. Su frontman, Keith Warren, es todo un maestro de ceremonias, llevando su espectáculo al paroxismo. Una noche con un clima muy agradable, un público entregado, y un grupo como The Adicts, el cual no pierde ninguna vigencia.
Los paisas La Doble A supieron sacar provecho de sus poco más de veinte minutos en escena. Practican un rock divertido, de guitarras afiladas y letras honestas. La conexión con mucha gente fue enorme. A continuación un video acompañado de fuegos pirotécnicos sirvió para dar aplausos a Altavoz por lo conseguido en todo este tiempo. De ser un pequeño festival para el talento local, pasó a ser una de esas citas que todo rockero del país no quiere perderse.
La guinda del pastel sería con el conjunto californiano Papa Roach. Los estadounidenses tan recordados a inicios del milenio por varios hits radiales, llegaban por segunda vez al país y primera en Medellín. El sistema de sonido fue el justo, cubriendo a todo el estadio con varios clásicos cantados por un dinámico Jacoby Shaddix.
Un total de 17 canciones incluida la esperada Last Resort pusieron a la audiencia como loca, con un sonoro cierre pasadas las 10 de la noche. La banda de la cucaracha no defraudó ni a viejos ni a nuevos fanáticos.
Remarcable labor en lo que a la organización concierne. Con los shows muy puntuales, y el audio muy fino en la mayoría de los espectáculos. La calidad de la gente, el buen clima, y un cartel cada día mejor, nos permite asegurar que Altavoz entra en una mayoría de edad sorprendente. Un evento para disfrutar.
Alejandro Bonilla Carvajal
Fotografías: Khristian Forero
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