Accept: Catedraticos e implacables!

Martes 23 de Octubre � Teatro Coliseo
Santiago - Chile
Demostrando una fidelidad a toda prueba, los fans nuevamente respondieron al llamado de lo que casi se ha convertido en una religi�n en nuestro pa�s; el rito de presenciar una aut�ntica lecci�n de c�mo debe ser interpretado el heavy metal por una de las bandas hist�ricas y fundamentales que concretaron los cimientos del estilo. Hubo que esperar al menos veinte a�os para poder tener al orgullo de Solingen en nuestro pa�s, pero si duda la espera val�a la pena y la banda ha pagado con creces su deuda present�ndose ya cinco veces en los �ltimos a�os. Ellos mismos declaran con orgullo que han encontrado en Sudam�rica un segundo hogar y a s�lo 11 meses de su �ltima visita, se presentaron en varias ciudades de M�xico, Brasil, Argentina y Chile, llegando incluso esta vez a Puerto Montt donde cerrar�n su periplo en un evento que seguramente ser� inolvidable para los metalheads sure�os, tal como lo fue esta noche en Santiago.
Trat�ndose de una segunda parte dentro del �The Raise Of Chaos Tour�, la base del setlist fue bastante similar al de su �ltimo show, pero hubo algunas sorpresas may�sculas que resultar�an un bombazo de adrenalina pura. Las luces se apagan suena la intro de �Die By The Sword� y comienza desde el primer segundo un show aplastante en intensidad, ejecuci�n, carisma, pasi�n y perfecci�n germana, s�lo basta que el maestro de ceremonias Wolf Hoffmann levante su pu�o al cielo para que todo el p�blico se vuelque en una catarsis colectiva de devoci�n, que contagia de inmediato a la banda la que no dar�a un segundo de respiro durante toda la noche, siguiendo con un lacerante �Stalingrad� demostrando que el nuevo material tambi�n tiene cl�sicos enormes, ni hablar cuando �Restless And Wild� sigui� con la demolici�n, para sin aviso previo, la banda aniquilar al p�blico con una electrizante y demoledora �TV War� una de las grandes sorpresas, por primera vez interpretado en Chile y tras cart�n atacar con otro cl�sico reciente como la infecciosa �Pandemic�. Reci�n en este momento el grupo se detiene unos segundos para que Mark Tornillo pudiera saludar al p�blico y demostrar lo contentos que estaban de estar de vuelta en Chile.
Conociendo a la manager de la banda Gaby Hawke (esposa de Wolf y la legendaria �Deaffy�), me consta que se preocupa de que el grupo tenga una rutina de ejercicios y alimentaci�n sana mientras est�n de gira y c�mo se nota eso sobre el escenario, porque no s�lo son unos m�sicos excepcionales, sino unos aut�nticos atletas de las tablas, exhibiendo una forma f�sica impecable para darlo todo a m�xima intensidad durante los 125 minutos que dur� el show. Luego vino el repaso al �ltimo disco con �Koolaid� que fue cantado a todo pulm�n por el p�blico, siguiendo con una brutal �No Regrets� y la festiva �Analog Man� cuya letra nos recuerda cuando todo era an�logo, sobre todo en el mundo de la m�sica, aludiendo a la nostalgia que genera recordar los 80�s. Y c�mo no sentir aquello, si a�n recuerdo como si fuera ayer cuando en 1985 siendo a�n un ni�o, mi madre me dio dinero para que me comprara la polera de Andr� Agassi y volv� a la casa con el vinilo del �Metal Heart� que estaba reci�n editado. Pero la gracia de todo esto, es traspasar esa pasi�n a las nuevas generaciones, prueba de ello que al lado m�o en primera fila hab�a una ni�a de no m�s de 8 a�os junto a su madre, con la emoci�n a flor de piel probablemente disfrutando sus primeros shows, hecho que no pas� desapercibido para Mark Tornillo, quien luego le entreg� una mu�equera y una baqueta como premio a su fidelidad. Un notable gesto de Christopher Williams, un baterista enorme, demoledor, tit�nico y con una t�cnica de los mil demonios sobre todo cuando castiga su juego de platillos, haciendo rebotar su baqueta derecha en la caja de la bater�a. Un gran hallazgo de parte de la banda, un m�sico con hambre y garra y que llegar� a ser un grande al nivel de leyendas como Scott Travis y Bobby Jarzombek y que adem�s �ltimamente estuvo tocando con los grupos de Gene Simmons y Ace Frehley. Tras una lapidante �Final Journey� y la siempre emotiva �Shadow Soldiers�, vino el momento del solo del maestro Wolf Hoffmann que precisamente se dedicada a tocar fragmentos de los grandes compositores cl�sicos, partes que tambi�n son coreadas por el p�blico en una fiesta total. Y cuando aparecen los tonos graves de la guitarra de Wolf, con ese sonido �nico y pesado que posee producto de que toda la vida ha tocado su guitarra utilizando una u�eta de bajo, la gente ya sabe que se viene �Neon Nights� en una versi�n plet�rica para seguir de inmediato con otro himno gigante como �Princess Of The Dawn�. La intensidad no decae un segundo y �Monsterman� fue otra sorpresa literalmente monstruosa con un enorme Tornillo en la interpretaci�n y pas�ndoselo en grande recorriendo los laterales del escenario, para seguir con m�s cl�sicos de car�cter indeleble como �Up To The Limit�, la siempre emocionante y totalmente apasionada �Metal Heart�, para seguir con la tit�nica e inmensa �Teutonic Terror� el himno m�s categ�rico del Heavy Metal de los �ltimos 10 a�os, para luego disparar ese torpedo nuclear de t�tulo �Fast As A Shark� que junto a la canci�n �Overkill� de Mot�rhead son las responsables de que surgiera el Thrash/Speed Metal casi de sopet�n. �Qu� demolici�n se�ores!
Pero quedaba mucho m�s porque luego de unos segundos en que el grupo se retira del escenario, suena la intro de �Stampede� y daba la sensaci�n que el concierto comenzaba de nuevo, sobre todo cuando sale toda la banda en plan de rematar al p�blico con un bis extenso y apabullante que continu� con una brillante �Midnight Mover� para seguir con esa obra maestra de todos los tiempos que es �Balls To The Wall�, donde uno de los mejores bajistas de la historia del Metal, el estratosf�rico Peter Baltes baj� del escenario y quedo arriba de un monitor del lateral derecho rebanando los cuellos de todos los asistentes con su poderoso sonido. El lugar era una caldera a punto de estallar, y fuera de todo protocolo porque no estaba consignada en el setlist y como agradecimiento a la masiva y rotunda entrega del p�blico, el grupo toc� por primera vez en chile su primer himno �I�m A Rebel� de su segundo disco de 1979. Que mejor forma de cerrar el show con una canci�n cantada a todo pulm�n y en un lugar que est� a escasos metros del Palacio de La Moneda, lugar donde debe haber llegado la onda sonora expansiva con los gritos de �I m A Rebel� provocados por este verdadero tanque del ej�rcito alem�n que termina pasando por encima de una audiencia plet�rica que se rinde sin tregua alguna a los pies de un gigante de la historia del Metal. Lo hicieron de nuevo, superando su propia alta vara de sus shows anteriores y es que no hay como ignorar cuando dos guerreros tan trascendentales, ic�nicos e influyentes como Hoffmann y Baltes se acercan al borde del escenario y te miran directo a los ojos con un brillo fulgurante, y sientes como un shock de electricidad retuerce cada hueso de tu humanidad. Por eso, cuando d�as atr�s en una entrevista Wolf Hoffmann declaraba que su deseo era literalmente morir sobre el escenario porque tocar Metal es la m�xima pasi�n de su vida, uno comprende y siente que lo est� diciendo desde el fondo de su coraz�n y esa pasi�n es precisamente el alimento del que se nutren las leyendas.
Cristi�n Pavez
Fotos: Sergio Mella
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