Animal Collective: dos hombres, dos guitarras, dos voces

Aniversario Club Fauna. Sábado 01 de septiembre de 2018, Teatro Teletón
Sung Tongs, el disco 2004 de la movediza formación de la banda estadounidense Animal Collective, ha sido considerado unánimemente como uno de los trabajos importantes de la década pasada en lo que música alternativa respecta. Y no es, por supuesto, una opinión antojadiza. El álbum de los norteamericanos es la culminación de una profunda etapa de indagación, de prueba y error, en el mundo del folk, una de las tantas facetas en las que ha incursionado la inclasificable agrupación. Este proceso se puede apreciar desde temprano en la historia de Animal Collective, en discos regulares como Campfire Songs (2003), pero, sobre todo, en el box set con grabaciones artesanales Animal Crack Box, en el que aparecen, entre muchas otras canciones, versiones primitivas de temas que después se incluirían en Sung Tongs y que dan crédito de los años de experimentación en el que la banda se sumergió, para que, finalmente, todo culminara en esta obra con un lenguaje musical acabado, en un estilo que fue rotulado como freak folk o, simplemente, folk experimental contemporáneo.
La genealogía acústica de Animal Collective no es fácil de rastrear, pero sus nexos son profundos con la tradición folk, pues no solo se nutrieron de artistas conocidos, como Syd Barrett o Simon & Garfunkel, sino que, sobre todo, de otros más ocultos: la legendaria cantante británica Vashty Bunyan, con quien editaron el EP Prospect Hummer en 2005, o varios cantautores norteamericanos que nunca estuvieron en el mainstream como Terry Jacks y Chris Smithers o guitarristas de la American primitive guitar como John Fahey o Robbie Basho y sus herederos Richard Bishop o Jack Rose. Todas estas apasionantes historias de buscadores de nuevos lenguajes musicales en el mundo acústico, por lo general desconocidos, explican, en gran medida, cómo surgió un disco, a primera vista, tan extraño como Sung Tongs.
Por este motivo y, también, por la calidad estética, la búsqueda melódica, las exploraciones en la guitarra acústica, la utilización de la capacidad vocal no únicamente como la transportadora de la melodía, sino que como una generadora de sonidos de la más amplia especie, es que interpretación de Sung Tongs en Chile era, desde antes de su realización, un hito importante de presenciar en vivo. Y el dúo de Panda Bear (Noah Lennox) y Avey Tare (David Portner) no decepcionó a la hora de activar una interpretación que no es fácil, que requiere de concentración, coordinación entre los dos y un arduo trabajo tanto vocal como instrumental.
Ambos músicos subieron al escenario a las 21:42 de la noche y, casi sin mediar palabras, comenzaron a tocar un álbum que fue ejecutado de principio a fin, tal como está en la grabación original de 2004. Moviendo los pies para encontrar el ritmo adecuado, los primeros acordes de Leaf House se hicieron sentir, con un público reaccionando a un disco que, sin duda, valoran. Las complejas interacciones vocales de ambos cantantes se complementaban con fuerza, en una conversación que no menguó en la hora 10 minutos que duró la presentación. El single del disco Who Could Win a Rabbit , ejemplo del Animal Collective melódicamente más dinámico y vital, dio paso a la sección más lánguida y cadenciosa, con aquella hermosa pieza de folk marciano llamada The Softest Voice. Avey Tare tomó unas sonajeras que sampleó durante toda la canción, entregando esa combinación de folk primitivo y bizarra música vocal contemporánea que cruza el disco. Las voces entre angelicales y rituales de ambos protagonistas, se complementaban de manera telepática.
Luego de una hiperkinética introducción titulada Covered In Frogs, con Tare en la percusión, la versión de Winters Love, con sus complicadas armonías vocales, fue recibida con entusiasmo por la audiencia conocedora del disco. La más encantadora Kids on Holiday y aquella melodía más reconocible y normal, fue acrecentando la sensación que estábamos presenciando un hito importante de la música distinta de nuestro siglo. Ambos integrantes utilizaban dos micrófonos cada uno, según fuera el uso que le dieran: cantos, gritos, sonidos, susurros, murmullos, etc. La más lúdica Sweet Road, demostró la destreza de ambos como guitarristas acústicos pese a que también son músicos de la electrónica- y cantantes, para luego dar paso al viaje psicodélico de más de diez minutos Visiting Friends, quintaesencia del freak folk minimalista y bizarro de Animal Collective.
La especie de mugido vocal de Collage, seguía exhibiendo la extraña estética musical que por muchos momentos se toma a Sung Tongs, para pasar a la tribal We Tigers y después a la que fue, tal vez, la interpretación más emotiva de la noche y uno de los puntos altos de todo el disco. Fue un privilegio presenciar en vivo una canción tan extrañamente hermosa como Mouth Wooed Her, en una versión que fue fiel a la del álbum, sin perder la emoción del directo. Las también bellas piezas Good Lovin Outside y Whaddit I Done, finalizaron un show sublimemente raro: sí, raro, pero por el hecho de que Animal Collective nos enfrenta a una experiencia musical a la que no estamos acostumbrados, que nos saca de la obviedad del canon, del sentido común, para llevarnos de la mano por un viaje que, debido a las fuentes desde las que se nutre, es novedoso y sorprendente para nuestros oídos.
Héctor Aravena A.
Fotos: Juan Kattan
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